Seleccionado entre 20 propuestas del concurso impulsado por la Municipalidad y organizado por el Colegio de Arquitectos de Chaco dispone la reorganización en 16 macromanzanas con circulación vehicular periférica y calles de prioridad peatonal.
Tras el anuncio del proyecto ganador del Concurso Nacional de Ideas Espacio Público y Movilidad del Área Central de la Ciudad de Resistencia, semanas atrás se conocieron detalles.
La convocatoria de la Municipalidad de Resistencia organizada por el Colegio Profesional de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia del Chaco (Cpauch) y auspiciada por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (Fadea), invitaba a los profesionales a desarrollar propuestas de índole urbana sobre 400 hectáreas que integren las diferentes actividades de la ciudad, propongan una consolidación identitaria del centro urbano en las distintas escalas de abordaje (ciudad, barrio, calle), aborden los conflictos ambientales y estructuren las diferentes formas de movilidad.
La propuesta ganadora, entre otras 20 que se presentaron, fue Eco Resistencia, de las arquitectas Karla Montauti y Elizabeth Vergara de Buenos Aires.
El proyecto propone la creación de una red modular de 16 macromanzanas con circulación vehicular periférica y calles de prioridad peatonal que impulsen la Eco Movilidad a través de bio-sendas internas.
La propuesta descentraliza el núcleo urbano consolidado creando microbarrios temáticos con actividades dinámicas de participación ciudadana. Estos barrios, articulados con una red de microbosques, garantizarán la absorción y superarán los valores de espacio verde recomendados por la OMS por habitante. En las 56 manzanas cruz idearon calles con prioridad para el peatón, con actividades comerciales y de uso mixtos como caracterización de los principales ejes de la ciudad que convergen en la plaza 25 de Mayo. Adicionalmente proponen cuatro distritos económicos que impulsen e incentiven el desarrollo comercial mejorando su competividad. En las texturas del piso de las calles con prioridad peatonal diseñaron una conexión con los ancestros del territorio con los patrones de los telares de los pueblos originarios. Cada calle tendrá una identidad propia con un patrón especial que los diferencie. Tematizando la ciudad con la mitología ancestral.
Corredores ecológicos
El proyecto ganador propone reencontrar los bordes naturales de la ciudad. Impulsa la creación de ejes ecológicos como miradores naturales; al Este, el río Paraná (reserva Isla Barranqueras); al Norte, el río Negro y al Sur potenciar el borde natural con actividades agroecológicas. Sumaron los caminos de sirga de los humedales como eco-senderos internos.
Proponen además conectores cada diez cuadras aproximadamente, como grilla conectora del paisaje y parques urbanos existentes. Urbanamente humaniza los recorridos interbarriales con alamedas de velocidad intermedia y carriles exclusivos de colectivos, con islas verdes centrales mitigadores de emisión de Co2 y ruido.
También sugieren sustituir la manzana común por un grupo de manzanas y redirigir el tráfico de rodados al perímetro de estas. La movilidad interior es de prioridad peatón (10 km/h). Las 16 macromanzanas redistribuyen el 70% del espacio público ocupado por la motorización para el ser humano, esta acción da la posibilidad de «llenar de verde las calles» y ser una «ciudad museo al aire libre».
calles con prioridad peatonal
Las macromanzanas son células urbanas de unos 300 o 400 metros de lado organizadas a partir de calles vehiculares comunes de circunvalación. Dotadas de un interior humanizado a través de las calles prioridad peatón con una velocidad de 10 km/h. Cada una de estas macromanzanas se convierte en un microbarrio con identidad propia, con acceso a todos los servicios necesarios para la vida cotidiana en un radio de acción cercano. La misión está en promover la peatonalidad, el eco-transporte, espacios dinámicos y seguros sin límites de horario para toda la ciudadanía.
Asimismo, proponen un sistema de plazas temáticas en las intersecciones de las calles con prioridad peatonal. Se constituyen como nuevas centralidades. Son nodos microbarriales que irradian concentración ciudadana participativa. Potencian las actividades existentes fortaleciendo el sentido de pertenencia y promovemos actividades flexibles e integradas con la tecnología a través de «infopoints» que fortalecen el patrimonio cultural de ocio y turismo del centro histórico.
EcoTransporte
Las arquitectas además proponen un cambio de paradigma en cuanto al transporte con un modelo de humanización que promueva la ecomovilidad a través de la redistribución del 70% del espacio público, anteriormente ocupado por motos y coches aparcados. «Se ha ocupado la ciudad con artefactos ruidosos y contaminantes (autos y motos) que ocupan al rededor del 70% del espacio público, en gran medida estacionados durante mucho tiempo. La red de colectivos circula por la misma vía que motos y vehículos particulares cruzando en todas las esquinas y sin carriles exclusivos directos se mezclan todos los tipos de transporte en todas las direcciones. Los peatones son relegados a lo que sobra de la motorización», señalan en su diagnóstico. «Proponemos un cambio de paradigma, un modelo de humanización que promueva la ecomovilidad a través de la redistribución de ese 70%. De esta forma proponen priorizar a los usuarios, situando al peatón y a las nuevas formas de ecotransporte en primer plano, seguido del transporte público con carriles exclusivos directos. Por esto sugieren la reorganización del tráfico vehicular por tipo, con macrobloques, donde el tráfico general no pueda circular en su interior, con excepción de los vehículos del barrio, la policía, las ambulancias, los bomberos, los repartidores y los vehículos con personas de movilidad reducida.
También transformaron el antiguo carril de bicicletas de dos metros de ancho para crear biosendas de tres metros de ancho, no solo para los ciclistas, sino también para promover nuevas formas de transporte ecológico sobre ruedas como los monopatines eléctricos, los patines, las patinetas, los bicitaxis, etcétera.
Proponen la máxima flexibilidad mediante la recalificación del suelo para usos mixtos y ejes comerciales-gastronómicos. El proyecto gestiona acciones innovadoras, tecnológicas, ecológicas y creativas que auspician la activación temática a través de recorridos inteligentes y rincones multiuso. La misión es «llenar las calles de vida». El ambiente es transversal a toda la propuesta. Una ciudad para los seres vivos, humanos, animales y vegetación. Renaturalizan la ciudad a través de una red de absorción ecológica de 640 microbosques, estos confieren un paisaje cultural que recupera rasgos del sistema ecológico chaqueño.