La bromhidrosis es una enfermedad muy poco común, pero que es una verdadera pesadilla para quien la padece, sobre todo en verano. Es una condición en la que el cuerpo expide un excesivo olor desagradable. Se da principalmente en las axilas, pero también puede presentarse en los pies y genitales.
Esta enfermedad puede afectar en sobremanera a la vida cotidiana de las personas y de quienes las rodean. El problema va más allá de lo físico y puede convertirse en un sufrimiento psicológico y de automarginación social, por miedo a sudar en exceso y causar malestar en los demás.
¿Cómo se produce esta enfermedad? Nuestro cuerpo tiene dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas y apocrinas, las cuales se encargan de perder agua por la piel, o lo que se conoce como transpiración. En cuanto a las ecrinas, se centran en la evaporación del agua corporal, y se concentran en las axilas, los pies y los genitales.
Por su parte, las glándulas apocrinas realizan el proceso de secreción con un componente importante de lípidos. Una vez en la superficie de la piel, son descompuestas por las bacterias de la dermis en amoniaco y en ácidos grasos cortos. En las personas que padecen bromhidrosis, el problema es que estos compuestos tienen un olor fétido y desagradable.
Aunque no se conoce bien donde yace el origen del problema, se ha observado que las personas que padecen la enfermedad tienen unas glándulas apocrinas más grandes y densas. No obstante, la intensidad del olor depende de la proporción de grasas secretadas. Al respecto, los dermatólogos coinciden en señalar que ya hay nuevos estudios y alternativas de solución. Por ejemplo, en países como Estados Unidos ya se usa el sistema ‘MiraDry®’, un nuevo tratamiento contra la sudoración que apunta a revolucionar el sector de la salud.
¿Qué hacer contra la bromhidrosis? Mantener una higiene dérmica impecable es fundamental. Debemos ducharnos diariamente, así como lavarnos cada vez que sudemos en zonas sensibles. De igual forma, hay que secarse después de cada limpieza para evitar el crecimiento de bacterias.
También podemos usar jabones especiales (germicidas) que eliminan las bacterias de zonas sensibles. Otra opción es aplicarnos cremas con antibióticos. No obstante, ello debe estar prescrito por un dermatólogo, quien debe analizar el problema que tenemos y recetar de acuerdo con las características que presentamos.
De igual forma, podemos afeitar las axilas y genitales, pues así reducimos la posibilidad de acumulacion bacteriana y retención de malos olores. En el caso de los hombres, será un procedimiento que ayudará en el verano, pues, por lo general, el olor que expiden es más fuerte. El uso de un perfume para disimular el problema también puede resultar útil. Los perfumes para hombre tienen una concentración aromática del 12 % y 18 %, por lo tanto, la fragancia se impregna por bastante tiempo.
Otras recomendaciones se basan en la alimentación: es necesario evitar alimentos que promueven el mal olor, como el ajo y la cebolla, así como evitar bebidas como el alcohol y las infusiones estimulantes, puesto que estas aumentan la sudoración.