En el contexto de la pandemia COVID-19, muchas personas han realizado compras masivas de analgésicos para protegerse de resfriados y gripes, como la vitamina C, por ejemplo.
La vitamina C, que todo el mundo asocia con los cítricos, fortalece el sistema inmunitario y ha tenido mayor demanda al asemejarse los síntomas del covid-19 con una gripe. En España, por ejemplo, la gran demanda de esta vitamina ha hecho crecer exponencialmente las ventas de naranjas, principalmente, y de mandarinas, explica Romina Cerutti, Nutricionista y colaboradora en Guiadesuplementos.
En la Argentina, también se ha registrado un incremento de ventas en vitamina C pero, además, de pastillas para dormir y ansiolíticos, según un informe de la COFA. “Desde que comenzó la cuarentena hubo diferentes etapas. Durante marzo y abril, los productos más buscados fueron: vitamina C y polivitamínicos, que son de venta libre, no requieren receta y normalmente se demandan en el invierno.
Pero frente a las noticias de que esto era una infección, la gente se agolpaba a buscar estos productos y también los productos de higiene personal como alcohol, alcohol en gel, termómetros y barbijos de uso quirúrgico, que en abril se quebraron los stocks y recién se regularizaron para fines de mayo o primeros días de junio”, sostiene Isabel Reinoso, presidenta de la confederación.
“A medida que fue pasando el aislamiento también surgió la demanda de losproductos hipnóticos, que son productos naturales, como puede ser la melatonina para conciliar el sueño que no requiere de prescripción médica”, agregó Reinoso.
La presidenta de COFa mencionó que “por suerte se mantienen en equilibrio los medicamentos que tienen que ver con patologías crónicas, debido a la preocupación que tienen los mismos farmacéuticos y los pacientes que estaban bajo tratamiento crónico, al tener dificultad para tener una atención con su médico; la medicación que se vende bajo receta se mantiene estable”.
El Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal compartió un estudio que indica que “de mayo de 2019 a mayo de 2020 la prescripción aumentó cerca del 14%”.
“El dato es curioso porque los profesionales coinciden en que la afluencia de pacientes a los centros de salud disminuyó por el temor a contagiarse de COVID-19. Se sospecha que, en muchos casos, los médicos siguen prescribiendo con la receta de meses anteriores para no discontinuar tratamientos, pero al mismo tiempo no se realizan chequeos de rutina. Es el mal menor”, sostuvo Claudio Ucchino, director general de COFyBCF.
Asimismo, se ha registrado aumentos de consumo de melatonina y zolpidem (medicamentos para conciliar el sueño). Entre mayo 2019 y mayo 2020, la melatonina duplicó la venta y está en falta”, detalló el especialista. Finalmente, la venta de Clonazepam, sedante antiepiléptico, aumentó el 60 % la prescripción en el mismo periodo.