El artista chaqueño contó cómo logró sobrellevar los primeros meses de cuarentena sin poder trabajar y se refirió a las herramientas virtuales que abrieron paso a nuevos paradigmas que llegaron para quedarse.
El arte estuvo sin duda entre los rubros más afectados por la pandemia, pero acaso sea uno de los que salgan más airosos de la experiencia de desconcierto y encierro prolongado que tuvo lugar durante gran parte de 2020: instituciones y artistas ensayaron todo tipo de artilugios para no romper el lazo con sus interlocutores, generando una trama de experiencias que aportaron distracción en el corto plazo y al mismo tiempo dieron paso a nuevos paradigmas que llegaron para quedarse.
Cuando lo inesperado rompe la lógica articulada de lo cotidiano, lo que al principio descoloca se transforma también en una instancia para repensar dinámicas cuya supervivencia parecía garantizada por la inercia de lo instituido.
En declaraciones a Radio Facundo Quiroga, el artista plástico Milo Lockett brindó detalles respecto de su actividad en el nuevo contexto de la pandemia y si bien logró amoldarse a esta nueva estructura, confesó que «era muy difícil trabajar y sostener el negocio que había encarado en Buenos Aires».
El artista comentó que luego de siete meses debió despedir empleados. «Desde el inicio de la cuarentena se mantuvo el local cerrado», se lamentó Lockett, quien a modo personal se le sumó un siniestro vial a fines del año pasado mientras transitaba en moto, en el que resultó con graves lesiones.
«La pandemia me dejó en claro que siempre se puede estar peor», afirmó entre risas a modo de ornamentar la tragedia que vivió y agregó: «Después de esta pandemia vamos a ser mucho más pacientes y tolerantes».
En 2021, el artista emprendió un nuevo proyecto para acercar a su domicilio su local de arte.
Milo Lockett, desde Buenos Aires, realizó un duro análisis respecto de la situación política y social actual donde remarcó la necesidad de impulsar a la Argentina hacia el conocimiento y la eliminación de la corrupción sistemática.
ARTE Y PANDEMIA
En 2020, año de la pandemia, el prestigioso artista plástico se vio obligado a distanciarse de su pintoresco atelier de Palermo Hollywood, para instalarse en su refugio familiar.
«Al principio, la pandemia me shockeó. Estuve casi dos semanas un poco paralizado. No podía pensar, actuar, accionar, me costaba pintar. Después armé un taller en la galería de mi casa y empecé a trabajar. Estoy pintando todos los días en los horarios que puedo. Porque ahora estoy mucho más con mis hijos. Todo esto me hizo reflexionar sobre el tiempo que uno le da a los niños y que le brinda a su pareja», afirmó Milo en una entrevista que le dio a la revista Caras a fin de año.
«Después de esta pandemia vamos a ser mucho más. Preponderará más la inteligencia emocional que solo la inteligencia, la cual está sobrevalorada», reflexionó el artista chaqueño.
Por último, remarcó que hay que pensar en la gente que menos tiene. «A la Argentina le esperan años muy lindos, porque va a haber mucho trabajo social. Yo deseo ser parte de ese cambio. No quiero que mis hijos dentro de 25 años me digan que yo pertenezco al pasado», concluyó.
SUBASTA SOLIDARIA
Ya a finales de 2020, Lockett fue parte de una movida solidaria para ayudar a personas de bajos recursos. Se trató de una muestra y posterior subasta de arte, gracias a que doce artistas de renombre donaron sus obras.
El evento fue organizado por la ONG Asociar y tuvo como objetivo recaudar fondos para seguir llevando a cabo los desarrollos sociales y productivos de la ONG como la elaboración de un café y la fabricación de lavandina.
Entre los artistas más famosos estuvo Milo Lockett, cuyo cuadro fue subastado con una base de $50 mil.