El gobernador y el ministro de Obras Públicas de la Nación recorrieron ayer trabajos de alto impacto para limpieza y la provisión de agua potable, que se ejecutan en la provincia con el acompañamiento del gobierno nacional. Se concretará la reactivación de la planta de tratamiento de líquidos cloacales y el segundo tramo del acueducto de El Impenetrable.
Ayer, el gobernador Jorge Capitanich y el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, visitaron trabajos de alto impacto para el saneamiento urbano y la provisión de agua potable. Las obras se ejecutan con el acompañamiento del gobierno nacional.
Se trata la reactivación de la planta de tratamiento de líquidos cloacales del área metropolitana de Resistencia y el segundo tramo del acueducto de El Impenetrable que va desde Misión Nueva Pompeya a Fuerte Esperanza.
Asimismo, sobre la planta, Capitanich precisó que «se trata de una obra de altísima calidad que resolverá el problema de saneamiento urbano del área metropolitana, garantizando un impacto ambiental positivo». Es que a partir de esta obra, que demanda USD165 millones, se podrá extender la red de conexiones domiciliarias para llegar a más de medio millón de habitantes, buscando ampliar la universalización del servicio en la provincia.
«Sin dudas es una de las plantas más modernas del país, si no es la más moderna», remarcó el mandatario, tras valorar las gestiones del Ejecutivo nacional para reactivar la megaobra.
Anticipó, además, que podría ser inaugurada próximamente por el presidente Alberto Fernández, en paralelo a otras obras de gran envergadura como el acueducto de El Impenetrable que se encuentra ya en funcionamiento y cuya segunda etapa fue licitada hace un mes.
Se destaca que el acueducto tendrá 49 kilómetros, más un centro de distribución de agua potable en Fuerte Esperanza, redes de distribución, conexiones domiciliarias y sistemas de cosecha de agua de lluvia en cisternas y techos para 1.000 familias dispersas. La obra permitirá completar la red de provisión de agua potable para Wichí-El Pintado, El Sauzal, Nueva Pompeya y Fuerte Esperanza, incluyendo 63 comunidades rurales. Todas las comunidades urbanas de la zona lograrán cobertura universal de carácter regular, continua y de buena calidad.
La inversión, que ronda los $1.000 millones, será financiada por el Banco Mundial, a través del programa de Infraestructura Hídrica del Norte Grande y tendrá un plazo estimado de ejecución de 24 meses. Al respecto, Capitanich indicó que se trata de una obra extraordinaria que comenzó en 2015, sufriendo una paralización que pudo revertirse con la actual gestión nacional. «Es una obra muy anhelada por toda la comunidad, emociona poder concretarla que quedará para siempre en nuestro suelo transformando la vida de las y los chaqueños», señaló.
«Sabemos que falta mucho, pero es muy bueno abrir una canilla y que salga agua potable de buena calidad que nos permita tener salud pública», enfatizó el gobernador.
De las recorridas participaron también el ministro de Planificación, Economía e Infraestructura de la provincia, Santiago Pérez Pons; la jefa de Gabinete del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, Cecilia Cardini; el secretario de Infraestructura y Política Hídrica, Carlos Rodríguez; y el intendente de Misión Nueva Pompeya, Vicente González, entre otros funcionarios del gabinete provincial.
«Queremos que el Chaco crezca»
«Son obras que se sienten, y que permitirán que las y los vecinos de Chaco tengan esa respuesta que esperaron por más de 20 años. Nuestra misión es que el Chaco crezca de manera igualitaria, integral y con derechos», apuntó Katopodis. El funcionario analizó así que la obra pública en la Argentina se reactivó gracias a una firme decisión de Nación para cerrar la brecha y generar empleo. «Estamos generando obras y trabajo en todos los rincones del país», aseguró.
En cuanto a la obra cloacal que estaba paralizada, el ministro señaló que el objetivo es universalizar el servicio de saneamiento a través del tratamiento cloacal y la extensión de conexiones domiciliarias en la que también se trabaja.
«En forma progresiva queremos garantizar el 100% de cobertura en agua y cloacas, que en definitiva, se trata de garantizar derechos», dijo y valoró el trabajo que las provincias del norte grande vienen realizando para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. «Poner a la Argentina de pie es que llegue el agua potable a cada casa de nuestro país», sostuvo.
Detalles de la obra cloacal
La planta de tratamiento de líquidos cloacales está contemplada junto al sistema de colección e impulsión cloacal como parte del Plan Director de Cloacas del Área Metropolitana del Gran Resistencia. Son 29 kilómetros de cañerías, entre principales y secundarias, más la rehabilitación de 14 estaciones de bombeo.
Asimismo, terminadas, permitirán colectar y luego tratar los efluentes cloacales de más de 525 mil habitantes, mediante una planta de tratamiento con aplicación de tecnología de reactores anaeróbicos de flujo ascendente, única en el país de estas características y la segunda más importante por su impacto social.
Hasta 2015 la obra registró un avance del 70%, en tanto que de 2015 a 2019 avanzó un 27%, quedando luego paralizada.
Este año, en un trabajo conjunto entre Nación y Provincia se pudo reactivar el tramo final, restando solo un 3% de ejecución.
Avances de la pavimentación de la ruta 7, entre Plaza y Colonias Unidas
El gobernador Jorge Capitanich, junto al ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, visitó las obras de pavimentación en la ruta provincial 7, en el tramo de 39 kilómetros (en cercanías de Presidencia de La Plaza hasta Colonias Unidas). Las obras serían inauguradas a fines de abril por el presidente Alberto Fernández. Además, en el lugar rubricaron un convenio para la ejecución de obras de pavimento e infraestructura urbana en diferentes localidades de la provincia, con una inversión de $900 millones.
«Son obras que conectan, promueven la cultura del encuentro y que cambian la vida para siempre», expresó Capitanich en relación a la pavimentación de la ruta 7 y que pudo reactivarse y ejecutarse gracias al aporte del actual gobierno nacional. En esa línea, afirmó que la obra pública «reactiva la economía, promueve la generación de empleo de buena calidad y genera un impacto significativo para el desarrollo de la provincia», señaló.
La obra de la ruta 7, una solicitud histórica de las localidades que la circundan, abarca la pavimentación desde el empalme con la ruta nacional 16 y la ruta provincial 90, e implica una inversión superior a los $900 millones, financiado por el Estado nacional. El tramo a punto de concluir -solo restan pocos metros de un total de casi 39 kilómetros- prevé el completamiento de los trabajos básicos y ejecución de pavimento flexible y otorgó empleos directos a 50 operarios.
Además, incluye la construcción de una intersección en el empalme entre la ruta 7 y la avenida Victorino de la Plaza y, la construcción de obras básicas y de pavimento flexible en la zona rural y calzada, siempre con cordón integral (en algunas cuadras) en el sector urbano y sin cordón en la zona semiurbana de Presidencia de la Plaza (en el acceso a la localidad).