La presidenta del Colegio de Psicólogos del Chaco, Ana María Delgado, habló de los efectos del coronavirus en la población. Reconoció que situaciones por duelo fueron unos de los temas de consulta. Apeló a volver a vivir el día a día.
Según un relevamiento que hizo el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la UBA, en marzo de este año, cuando se había cumplido un año de la llegada del Covid-19 al país, las palabras más usadas por alrededor de 3 mil personas para definir su 2020 fueron «incertidumbre», «tristeza», «angustia», «miedo», «soledad», «desastre» y «pérdida». Una de cada dos personas sostuvo que «incertidumbre» era la emoción más presente en marzo de este año, y le siguieron «cansancio» y «agotamiento».
De esta forma el impacto de la pandemia por Covid llega también a la salud mental y el retorno de las restricciones vuelve a generar una serie de reacciones y emociones en la población. Es por esto que Ana María Delgado, presidenta del colegio de Psicólogos del Chaco, consultada por Radio Libertad, analizó la situación y recordó que si bien los efectos en la salud mental de la población por la pandemia son innegables recordó que no son iguales para todos, por lo tanto, aseguró que la forma de afrontarlo también es personal.
experiencia
Al comenzar analizando la situación Delgado recordó que «tenemos una escasa experiencia de un año que es muchísimo, pero es escasa por todo lo que tuvimos que aprender, hay muchas cuestiones que comenzaron a surgir, como el requerimiento de una primera ayuda, de contención, a nivel sicológico, social y de información clara y precisa», sostuvo.
También aseguró que tras un año «fuimos logrando muchas cosas, creo que la mayoría de la población ha tenido un buen registro de estas cuestiones, pero cuando hablamos de población es una generalidad, y sabemos que, dentro de la población, de la comunidad, cada uno esto puede decirlo en forma muy general y extensiva, no le cabe a cada uno de la misma manera», diferenció. «Cada uno está parado en una situación diferente. Para algunos, a lo mejor, la instancia del tiempo que transcurrió de 2020, 2021 era el tiempo previsto, y pensamos en una salida, y es distinta a una persona que pensaba que de esto no saldríamos», comparó. «Cada uno nos paramos de manera distinta. Lo que sí todos fuimos necesitando contar con ayuda, saber que había que cuidarse uno mismo y al otro, saber que necesitamos una buena comunicación, conocer la situación real sobre todo en lo epidemiológico, lo sanitario, para estar preparados, saber a quién recurrir», describió la referente.
«Ahí tuvimos experiencias los psicólogos, de observar, escuchar, conectar, por eso necesitábamos buena información, y en algunos aspectos también sumamos una atención especial, la telefónica, durante el período necesario y lo seguimos haciendo», aportó.
«Pero fundamentalmente hay que ayudar en cada etapa a la gestión del estrés», recomendó.
Impacto
Delgado enumeró que los «hábitos de trabajo, de vida saludable, de descanso, de reflexión, las burbujas, que nos acerca o nos aleja, la continuidad de la experiencia familiar de contacto social, todo fue afectado, pero sabemos que no todo fue afectado de la misma forma, al mismo tiempo o con la misma intensidad», contrapuso.
«Entonces ahí tenemos que ver a los que trabajan en espacios cerrados, ni hablar del personal de salud de primera línea que sigue estando en primera línea, sin el tiempo, el descanso, del espacio que necesitan. Hay que volver a pensar cómo gestionamos nuevamente el día a día, con expectativas a muy corto plazo, para quienes son muy ansiosos», indicó.
«Cómo vamos a transitar entre lo que empezó esta semana, el decreto a través del discurso que escuchamos del Presidente, qué expectativa tenemos para la provincia, y sabemos que todos los que estamos hablando es región por región, ciudad por ciudad», explicó. «Estar muy atentos a todo eso, volver a conversarlo con nosotros, ver de qué manera se pueden modificar algunas cosas que habíamos llegado a establecer prácticamente desde septiembre del año pasado, empezamos a tener mayor circulación cada vez más, entonces a lo mejor hay que replantearlas, algunas tendrán que volver a un trabajo a distancia, a una comunicación a distancia, o a restringir las cuestiones que tienen que ver con el contacto directo, estas cuestiones que nos afectan durante mucho tiempo porque no hemos podido a lo mejor recuperarlas», describió. Al mismo tiempo ejemplificó: «Hay gente que tiene familiares muy lejos de donde vive, no se ha podido recuperar esa habitualidad», describió.
«Hay que revisar un poco dónde estamos, qué información necesitamos saber, buscando la información correcta, adecuada, oficial, porque si no muchos de nosotros participamos de muchos grupos, de las redes sociales, y tenemos de todo, opiniones sesgadas, personas que repiten lo que dicen otros», reconoció.
Por esto, a pesar de la incertidumbre, Delgado recordó: «Hemos aprendido muchas cosas, sabemos que con las medidas de cuidado con las que siempre nos insisten, el distanciamiento, el lavado de mano, el alcohol en gel, el tapaboca o la mascarilla, eso nos ayuda, la vacunación por supuesto nos ayuda, pero necesitamos completar la primera dosis a toda la población. Y después la segunda dosis, y después podemos transitar de otra manera», explicó la transitoriedad de la situación.
«Necesitamos reflexión en cada ámbito, en la vida familiar, en las familias, con las escuelas, las escuelas hacia adentro, los lugares de consulta por síntomas de Covid, no cortar las líneas de atención en salud, las que sean a nivel público y a nivel privado, no es que se ha hecho, pero se ha tenido que compensar con las líneas telefónicas y eso hay que revisar qué alcance estamos teniendo con toda esa ayuda que podemos dar en el aspecto remoto», reconoció profesional.
Asimismo, Delgado destacó que «toda la población, sobre todo en el Chaco, en estas localidades pequeñas, hemos tenido la triste experiencia de despedir a nuestros compañeros, amigos, familiares, a veces en circunstancias que no estaban previstas, y eso sí ha sido una afección especial en la que hemos tenido que abocarnos los psicólogos», aseguró.
«Ha habido una merma en los últimos meses del año pasado y en enero, pero ha vuelto a darse, no solamente con el tema estrictamente relacionado a la pandemia, sino en lo que produce en muchas personas la situación de encierro o de limitación, de movilidad habitual que tenían, en sus trabajos o lo que fuera, así como muchas personas están transitando situaciones de duelo, muchas familias han perdido más de un familiar, y en otras situaciones también aquellos que han dejado de consultar por otras cuestiones de salud, que ahora se ven afectados por las consecuencias de esas no consultas y a lo mejor no poder continuar con el tratamiento adecuado», describió y reconoció que «en el caso de la salud mental es todavía mucho más complicado, hemos tenido que cubrir desde la atención remota, telefónica, muchas de estas situaciones. Esperamos poder continuar con esas personas que necesitan la atención presencial, tanto a nivel público como privado. porque hemos visto realmente el efecto que ha tenido el distanciamiento, el aislamiento y las dificultades de comunicación. No toda la población de la provincia cuenta con los elementos tecnológicos adecuados para la comunicación y si los tiene no es personal», sostuvo.
Entre la incertidumbre y el aprendizaje
Según el relevamiento del Observatorio, espontáneamente las palabras que aparecen con mayor frecuencia para expresar lo que significó 2020 son, en su gran mayoría, de valencia negativa: incertidumbre, tristeza, angustia, miedo, soledad, desastre y pérdida. Entre las de mayor frecuencia la única palabra de valencia positiva es aprendizaje. Esta red semántica de «palabras-conceptos» resulta coincidente con las nubes de palabras obtenidas en los estudios realizados durante 2020 y vuelve a evidenciar el estado general de ánimo de los argentinos a un año del inicio de la pandemia
En el balance desagregado por diferentes ámbitos se observa que el impacto más negativo de la crisis ha sido en lo económico, el trabajo y en la salud mental
Mientras que el conjunto de palabras de valencia positiva evocadas lleva a pensar que las experiencias positivas que la mayoría rescata, pivotean en torno a los afectos y al amor en los vínculos familiares, a la amistad y el compañerismo, al estar unidos para ayudarse mutuamente y a la recuperación de valores que quizás, antes de la pandemia, no se los tenía tan presentes. Asimismo, aparecen palabras como aprendizaje, autoconocimiento, reflexión, introspección, asociadas a una actitud de búsqueda interior, de conexión con uno mismo, que seguramente ha promovido y catalizado el prolongado confinamiento que hemos vivido.
El estado emocional-cognitivo en el que se encuentran los argentinos para iniciar el nuevo año parece situarse en una posición equidistante entre el optimismo y el pesimismo. Las dos opciones más elegidas, expectante y esperanzado, reflejan un posicionamiento personal de prudencia y de atención vigilante frente al año que se inicia; es como si manifestaran: «veremos que nos depara 2021, estamos atentos y con esperanza de que sea algo bueno».