“Me siento proscripta desde el 2018 y ese es un sentimiento que, aunque no les guste a algunos, es el sentimiento de exilio, de desarraigo, de no pertenencia luego de haber llevado al éxito tantos años a la UCR», dijo.
A poco de consumarse la nueva conducción de la Unión Cívica Radical (los intendentes de Du Graty Juan Carlos Polini y de Pampa del Infierno, Glenda Seifert) tras la aprobación mayoritaria de una lista única, la diputada nacional Aída Ayala, quien quedó al margen del armado de las listas, volvió a apuntar hacia adentro del radicalismo y ratificó que se siente “proscripta” por sus correligionarios.
“Siempre he apostado a la unidad, más en esta situación, no tiene sentido ir a una interna cuando la agenda de la gente no pasa por quién conduce la UCR”, planteó Ayala en declaraciones a Radio Libertad.
La diputada nacional explicó que ante ello acudió a las autoridades de Convergencia Social “para ser parte de la conducción del Comité Capital y Provincial”, desde donde le contestaron que “no somos dignos de formar parte de la conducción sino lo echamos a Dino Ortíz”.
“La verdad que no puedo, un día antes que se cierre la lista, que me planteen que o lo echo a Dino Ortíz del NEA (Nuevo Espacio Abierto, línea interna de Ayala) o me incorporo a la UCR. Entonces no puedo andar echando a la gente, no me manejo de esa manera”, reprochó la diputada y criticó en ese sentido que los que le piden eso fueron sus propios exfuncionarios.
Ayala también confió que le pidieron que “debería tener los papeles en orden” en referencia a los diferentes procesos judiciales que atraviesa por causas de corrupción, sobre lo cual apuntó a la desconfianza de sus pares y destacó que “todos los que me acusan hoy fueron secretario de Gobierno, coordinador de Gabinete, secretario de Obras Públicas, subsecretario”, dijo.
“Tengo que demostrar a los dirigentes de mi partido, que quieren ver los papeles para ver si soy inocente. La verdad que es lo más fuerte que me podría haber pasado que me interpele mi propio partido”, comentó.
“Me siento proscripta desde el 2018 y ese es un sentimiento que, aunque no les guste a algunos, es el sentimiento de exilio, de desarraigo, de no pertenencia luego de haber llevado al éxito tantos años a la UCR”. “Soy radical, y aunque me echen no me voy a ir a otro partido”, aseguró.