En respuesta a una materia pendiente en cuanto al cuidado y regulación medioambiental, autoridades de la Administración Provincial del Agua (APA), la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente de la Provincia y Sameep mantuvieron una reunión de trabajo que permitió avanzar en la materialización del proyecto del Sistema de Tratamiento de Efluentes Cloacales para Camiones Atmosféricos del Área Metropolitana del Gran Resistencia (AMGR).
El proyecto, elaborado por la APA, prevé la instalación de una planta compacta a 8.5 kilómetros del centro de Resistencia, hacia el sur de la ciudad, dentro del mismo predio de emplazamiento de la nueva planta de tratamientos cloacales.
Beneficia directamente al Área Metropolitana del Gran Resistencia (Barranqueras, Fontana, Puerto Vilelas, Resistencia y zonas aledañas) debido a que, en la actualidad, algunas zonas no poseen un sistema de recolección dinámico con descarga en un punto final de tratamiento. En cambio, este nuevo sistema garantiza la recolección de desechos con su destino en la planta de tratamiento, que permitirá la descarga de seis u ocho camiones cada dos horas aproximadamente.
El objetivo es mejorar las condiciones medioambientales de la provincia mediante la descarga segura de los camiones, evitando así un impacto severo a corto y mediano plazo. Sin el tratamiento adecuado, estos desechos pueden perjudicar al ambiente acuático en general, generando malos olores, turbidez en el agua y la degradación de su ecosistema.
problema
de vieja data
La descarga de desechos de camiones atmosféricos en lugares inapropiados, como en ríos y lagunas es una de las problemáticas que hace tiempo viene generando el alerta y malestar de los pobladores aledaños en la ciudad, que en reiteradas ocasiones hicieron públicas sus denuncias.
La falta de infraestructura básica, como lo es la red cloacal, que padecen más de la mitad de la población del país, da lugar este servicio que consiste en el desagote de lo se conocen como pozos negros, donde se acumulan los desechos de los hogares, con capacidad limitada, por lo que en determinado plazo requiere de su vaciamiento. Si bien esta actividad se encuentra regulada, y desde el 92 se encuentra vigente la Ley Nacional de Tratamiento de Residuos Peligrosos que establece el procedimiento y protocolo para este servicio.
Según esta norma se considera peligroso todo residuo que pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. La medida dispone la inscripción en un registro y el otorgamiento de un certificado ambiental, instrumento que acredita, en forma exclusiva, la aprobación del sistema de manipulación, transporte, tratamiento o disposición final que los inscriptos aplicarán a los residuos peligrosos.