Marcos Fleitas, integrante de la Multisectorial por los Derechos Humanos, adelantó ayer que avanzan las gestiones para concretar la segunda Casa de la Memoria de la provincia y primera del interior.
En diálogo con radio La Red, el dirigente manifestó que «a lo largo de la Argentina hubo muchos centros clandestinos de detención que fueron utilizados para exterminar, torturar, violar, desaparecer personas, apropiarse de hijos, y hay una ley nacional que nos permite usar esos lugares, convertirlos en espacios de memoria».
Este lugar fue reconocido por el gobierno provincial hace más de dos años «como Patrimonio Histórico Cultural, en la manzana policial que funcionó la excomisaría Primera, la ex Alcaidía y la Brigada de Investigaciones que fue un dispositivo muy importante en el circuito represivo del Chaco, acá en Sáenz Peña».
La gestión que busca materializar este espacio de la memoria está encabezada por la Multisectorial de Derechos Humanos, «que se está conformando con muchas agrupaciones políticas, dirigentes barriales, familiares de desaparecidos, exdetenidos, nos dimos esta tarea que la iniciaron algunos compañeros atrás, nosotros estamos retomando».
Sobre el objetivo principal de lograr una Casa de la Memoria, Marcos Fleitas remarcó que «se apunta a visibilizar el terrorismo de Estado y sus consecuencias en términos socioeconómicos, pero también en lo relacionado a la violación flagrante de los derechos humanos».
El Chaco y las
Ligas Agrarias
Acerca de las particularidades que tuvo la dictadura cívico militar en nuestra provincia, Fleitas remarcó la acción de las Ligas Agrarias, «que fue una organización campesina muy grande, la más grande de la Argentina, y que tuvo su epicentro en Sáenz Peña».
A partir de los cabildos abiertos que se celebraban en nuestra ciudad, contó, «se reclamaba cuestiones que tiene que ver con lo productivo, que iban a contrapelo de lo que quería imponer la dictadura, eso provocó la persecución y el amedrentamiento de miles de productores».
En esta línea relató que «hace poquitos días tuvimos la oportunidad de que un sobreviviente de las torturas viniera, hiciera un reconocimiento del espacio y brindara parte de su testimonio. Se trata del compañero Alfredo Baletto que fue un docente rural de la zona de Bajo Hondo, que fue secuestrado y torturado en el lugar».
Para concluir, Fleitas reflexionó sobre la visibilización de lo que sucedió en la última dictadura: «Sentimos que es una necesidad social, porque si no lo errores se vuelven a repetir. Necesitamos viva la memoria para que la gente entienda lo que pasó. Es revivir, pero también seguir buscando justicia».