Las postales fueron captadas por Hernán Povedano, Gerardo Cerón y Nicolás Guastavino, integrantes del equipo de esta fundación que tiene su propia base de investigación biológica en medio de la reserva natural que constituye el parque nacional.
En su cuenta oficial de Facebook, la ONG relató la experiencia de este largo viaje por las aguas del Bermejo.
«Navegar el río invita a imaginar caudales enormes de agua que atraviesan la Argentina y moldean el paisaje desde la cordillera hasta esta selva; este monte salvaje, casi virgen. Nos subyugó el misterio dentro de los bosques ribereños, debajo de las copas enormes de timbós y algarrobos, chañares verde azulados, palos santos y borrachos, y secuencias de alisales que nacen en cada curva de este río magnífico», reseñaron.
«Vimos un grupo de casi 50 majanes, y también osos hormigueros, coatíes, antas, carpinchos y yacarés. Nos sobrevolaron decenas de garzas moras y vimos rayadores barrer el agua con sus picos. Compartimos historias con pobladores locales bajo las estrellas de El Impenetrable y acampamos con vistas soñadas hacia un río que llama a recorrerlo y descubrir sus secretos más antiguos. Encontramos huellas de Qaramta, uno de los últimos yaguaretés que viven en El Impenetrable chaqueño», detallaron.
En otra parte aclararon que «nos rompieron el corazón los restos de animales salvajes en campamentos de caza furtiva en las costas al norte del río, que aún se encuentran desprotegidas. Ese es otro paisaje, el de la extinción. Desde los Andes hasta el Río de la Plata, a nuestro paso y en pocas décadas, incontables especies que evolucionaron aquí por milenios van desapareciendo, para siempre».
«Podemos elegir cambiar este paisaje; podemos trabajar para recuperar las especies que le son propias al río Bermejo, que lo conocen desde siempre. Podemos recuperar sus interacciones ecológicas; interacciones que reafirman la vida. Esa belleza natural que es propia de este río, y que nos cautiva en cada meandro», concluyeron.