Ayer se conmemoró un nuevo 3 de junio, fecha en la que las mujeres de todo el país salen a las calles a demandar el fin de los femicidios bajo la premisa «Ni una menos». Este fue el segundo 3J en pandemia, por lo que las manifestaciones fueron virtuales, y el sexto desde su conformación, como un movimiento autoconvocado empujado por el caso de Chiara Páez en Santa Fe, una joven de 14 años asesinada por su novio que, ante la constante sucesión de hechos de este tipo, provocó el hartazgo general e impulsó esta exigencia colectiva. No obstante, pese a la premisa, desde ese momento hasta hoy faltan 1.717 mujeres, es decir que se comete un feminicidio cada 31 horas, según contabilizó el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven.
Asimismo, a la consigna principal cada año se suman exigencias, como lo es en este caso la aparición con vida de Tehuel, un joven trans que lleva más de dos meses desaparecido y la necesidad de una Ley Nacional de Cupo Laboral Travesti Trans. Además, en este contexto de crisis sanitaria también se demanda reconocimiento del trabajo en los comedores, el trabajo de promotoras de género en los territorios, que no solo atienden las cuestiones relacionadas a la violencia de género, sino que también responden a las problemáticas del Covid, por lo que el pedido es la vacunación de quienes sostienen los cuidados en los barrios populares.
En la provincia también se cumplen seis años del caso de Yanina Sequeira, en el cual, gracias a la lucha de sus familiares, amigos y organizaciones, y tras todo este tiempo, lograron que se reabra la causa caratulada como muerte súbita y se someta a juicio por jurado a su pareja acusada de femicidio, que comenzará este mes.
Si bien durante estos seis años, a fuerza de la lucha sostenida, el colectivo de mujeres logró muchas conquistas, como modificaciones en la legislación, incorporando capacitación en los poderes del Estado con perspectiva de género, pensiones para las hijos e hijas de las víctimas de femicidios, mayor presupuesto para la atención de casos de violencia de género, todos los esfuerzos continúan siendo insuficientes, ante una problemática estructural fuertemente arraigada en sociedad, como es el machismo y todas sus formas, que alcanza su máxima expresión con las muertes de mujeres.
cada 31 horas
Desde el Observatorio de las Violencias de Género Ahora Que Sí Nos Ven difundieron las cifras de femicidios en la Argentina desde el primer Ni Una Menos, el 3 de junio de 2015 y el 29 de mayo de 2021, elaboradas a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país. Durante estos seis años, se registraron 1.717 femicidios, que significa un promedio de un femicidio cada 31 horas. Mientras que el 64% de los femicidios fue cometido por parejas o exparejas, y el 64% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima. Mientras que 290 de 1.717 víctimas habían realizado al menos una denuncia y 163 tenían medidas de protección. Estos hechos dejaron a 1.523 huérfanos.
Con los datos sobre la mesa, desde el observatorio aseguraron que «a seis años del primer Ni Una Menos vemos con preocupación que la violencia machista no cesa».
Y resaltaron que «tal como venimos señalando en estos años, el lugar más peligroso para las personas que viven violencia machista es su hogar. En estos seis años el 64% de los femicidios fue cometido en la vivienda de la víctima, un porcentaje que se mantiene año a año», aseguran. «Al mismo tiempo, en cuanto al vínculo de la víctima con el agresor, se observa que desde el 3 de junio de 2015 el 64% de los femicidios fue cometido por la pareja o expareja de la víctima, y cerca del 90% de los femicidios fue perpetrado por un integrante del círculo íntimo de la víctima (parejas, exparejas, familiares y conocidos)». Desde el observatorio consideran importante analizar estos dos datos de forma conjunta, «ya que nos ayudan a derrumbar la creencia histórica que afirma que las mujeres estamos más expuestas a ser atacadas en la calle, a oscuras y por una persona, un monstruo, alguien que desconocemos. Por el contrario, el espacio que el patriarcado nos impuso, el privado-el hogar, es donde más violencia sufrimos, a manos de alguien que dice querernos, que no está loco, sino que lleva al extremo las desigualdades de género de esta cultura machista», aseguraron.
Respecto del acceso de las mujeres a la Justicia, en estos seis años el análisis realizado por el observatorio arrojó que dos de cada diez víctimas habían realizado al menos una denuncia previa a su femicidio y solo una de cada diez víctimas tenía una medida de protección judicial. «Esto deja expuesta la falla del Poder Judicial y las fuerzas de seguridad. Si una mujer denuncia violencia machista y luego es asesinada, ese acto habla de respuestas ineficaces por parte de actores judiciales, y el no controlar el cumplimiento de las medidas de protección es un acto de violencia que se suma a la violencia institucional que muchas veces ejerce la Policía», describieron. Por lo cual la exigencia es «una reforma judicial feminista y perspectiva de género para romper con las complicidades patriarcales en la Justicia y las fuerzas de seguridad».
Por último, recordaron que en este año comenzaron a relevar los casos de travesticidios y transfemicidios, «registro que se dificulta porque nuestra fuente, los medios de comunicación, no considera noticiable a los crímenes de odio por género. En 2021 hemos observado cuatro transfemicidios, cifra que entendemos está subrepresentada».
A modo de conclusión, destacaron que «desde 2015 a esta parte, el movimiento feminista ha logrado que se empiece a hablar sobre la violencia física y los femicidios, no como resultado de relaciones pasionales, sino como producto de relaciones asimétricas de poder, y también pudimos poner en la agenda política y mediática otros tipos de violencia más imperceptibles (económica, psicológica)», reconocieron. «En estos años con la fuerza de la marea de mujeres y disidencias hemos conquistado derechos, como el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, un paso más hacia la soberanía sobre nuestros cuerpos», añadieron también a la lista de conquistas. «Sin embargo, las cifras que hoy difundimos reflejan que la lucha contra la violencia machista todavía no terminó y que es necesario el compromiso de toda la sociedad, en especial de los tres poderes del Estado, principalmente el Poder Judicial, de los medios de comunicación y los varones, porque la violencia machista no es solo un asunto de mujeres», finalizaron.
Yanina Sequeira: de muerte natural a femicidio
En la provincia, la Mesa Multisectorial Feminista comenzó la campaña nacional «hasta que #niunamenos sea una realidad» y acompaña el pedido de justicia para Yanina Sequeira.
En este sentido recordaron este caso emblemático: «A Yanina la encontraron muerta en 2015, en un departamento en General Vedia, Chaco, tirada en su cama al lado de su bebé de 6 meses, donde vivía con su pareja. La Justicia chaqueña, sin investigar y sin siquiera ver el resultado de la autopsia, caratuló la causa de muerte súbita y la archivó. Sin embargo, su familia tuvo serias sospechas al ver moretones en su cuerpo, sangre en las uñas y otras señales que demostraban que su muerte fue violenta», indicaron.
«La familia de Yanina no dejó de luchar hasta saber la verdadera causa de su muerte. En octubre de 2019, después de cuatro años y ocho meses la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó que fue asesinato, contradiciendo lo afirmado por la Justicia chaqueña.
El descubrimiento de que se trató de un femicidio y por el que tiene prisión preventiva la expareja Adrián Morel, fue por la pericia del médico legista de parte, Basilio Ramírez, y posterior dictamen del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, que ratificó cada sospecha de la familia de Yanina, fue una muerte violenta de asfixia por contracción externa. Durante este mes se retomarán las audiencias preliminares con la presencia del imputado», destacaron
Por esto resaltaron que «seis años después de su muerte, la sociedad chaqueña, a través del Juicio por Jurados, tiene la oportunidad histórica de otorgar justicia para Yanina, condenar a su femicida y dar un poco de paz a toda una familia».
Anticiparon que «desde el movimiento de mujeres y feministas del Chaco decidimos acompañar cada paso para que, una vez por todas, #Niunamenos sea una realidad.
De esta forma convocaron a artistas, estudiantes, trabajadores, funcionarios, y a todos los sectores de la sociedad a realizar una campaña a través de las redes con la consigna «Hasta que ni una menos sea una realidad, ¡basta de femicidios! Justicia para Yanina Sequeira».