Hoy, la Orquesta Sinfónica provincial cumple 44 años desde su creación en 1977.
La formación integra el programa Patrimonio Activo del Instituto de Cultura que pone en valor sus elencos estables, centros culturales y museos.
La historia de la Orquesta Sinfónica del Chaco tiene hitos notables. En 1965, Eduardo Bértola -entonces director de la Escuela de Música- creó la Orquesta de Cámara, integrándola con docentes y alumnos del establecimiento, a los que se sumaron instrumentistas que quisieron aportar al emprendimiento.
En marzo de 1969, asumió como director el maestro Guillermo Bonet Müller. Incorporó integrantes, promovió la Orquesta de Cámara al nivel de organismo sinfónico y realizó la primera presentación ese mismo año. Desgraciadamente, el proyecto se truncó en 1973 con la rescisión de contratos de todo el personal.
En julio de 1976 se creó la Orquesta de Cámara Juvenil con dirección del maestro Víctor Falkenmeyer y, en abril de 1977, se creó la actual Orquesta Sinfónica que se presentó el 19 de junio de ese año en el Salón de la Enet1.
Desde entonces, la Orquesta realizó más de 450 presentaciones, con un repertorio de más de 350 obras de unos 150 compositores. Entre sus presentaciones memorables sobresalen el Homenaje al vals (1977), la presentación junto al Coro Polifónico de Resistencia en la Iglesia Catedral (1978), el espectáculo Hacia las raíces con el Coro Polifónico y el Ballet de la Escuela de Danzas (1978), que al año siguiente es representado en la Ferinoa (Salta) y el concierto de cierre de la temporada 1983 en el Cine Teatro Sep.
También intervino en las óperas Aída (1985), Carmen (1986), La traviatta (1987) y La flauta mágica (1991), y los ballets Coppelia (1988) y Giselle (1989) con el Ballet María Emilia Barba y la intervención de primeros bailarines del Teatro Colón y la presentación en el Festival de Verdi junto a coros de la ciudad de Resistencia (1990).
Desde la inauguración de la Casa de las Culturas del Instituto de Cultura del Chaco la Sinfónica tiene allí su sede propia.
Su director
En este marco el ICCH mantuvo una charla con Jorge Dumont el actual director de la Orquesta sobre la tarea que desempeña:
«Conducir una orquesta profesional implica estar atento a una multiplicidad de emociones que son convocadas en cada encuentro y no solamente en el concierto. Desde el ensayo, al momento de programar, uno tiene que tener en cuenta las realidades y los vínculos de las personas entre ellas y consigo mismas. Desde el punto de vista artístico, es un punto alto, ya que un concierto representa un gran detalle de la cultura humana. Pensemos que hay un grupo de personas ejecutando partituras con precisión quirúrgica: a ese encuentro lo defino como un elevadísimo punto de la cultura humana», describió.
«Cuando uno dirige una orquesta sinfónica provincial debe tener en cuenta que está trabajando con una herramienta de política pública y cultural, entonces siempre está supeditado a las instancias superiores que proponen los lineamientos donde uno debe intentar, a través del repertorio, conducir o reflejar esos lineamientos», explicó.
«Los desafíos son varios, no solo los contenidos. El público más joven, por ejemplo, es un público difícil de abordar. Sus realidades son otras, el mundo es otro, el tiempo que tienen para vivir es otro, están acostumbrados a la pantalla, porque todos les pasa muy rápido y tienen menos tiempo de reflexión. Por eso, intentar tener a alguien sentado durante 40 minutos escuchando una sinfonía es todo un desafío», reconoció. «Por eso los directores tenemos que estar todo el tiempo estudiando y preparándonos. Hay que cambiar de estrategias todo el tiempo. No solo debemos estudiar música, sino psicología o espiritualidad, todo lo que tiene que ver con conducir grupos. Además, el comportamiento grupal es modificado a partir de los contenidos», describió.
Al tiempo que precisó: «Los contenidos se trabajan desde una mirada y un pensamiento mixto. Hay que tener en cuanta mucha literatura, mucha mirada política y una mirada reflexiva sobre la realidad. A veces el contenido es fantástico, pero los distintos cuerpos artísticos (teatro y ballet, por ejemplo) lo ejecutan de distinta forma. Por eso, nosotros como orquesta estamos obligados a encontrar la manera de expresarlo de la forma más pura posible», aportó.
pioneras de
la orquesta
Asimismo, tres emblemáticas músicas de este cuerpo, hoy retiradas, también charlaron sobre lo que representa este aniversario en el contexto global, y sobre el rol de las mujeres en la música y en la Orquesta en particular. «El cumpleaños de la Sinfónica significa la continuidad de un proyecto, de un sueño colectivo, que implicó sacrificios y compromiso de muchos actores sociales, con dificultades, pero también con muchos logros», señaló María Elena Radici, ex primera percusionista.
«Cada aniversario me da alegría y orgullo ver cómo la Orquesta logró atravesar épocas conflictivas, y sobreponerse a todo, y seguir adelante con calidad y con un renuevo permanente de los jóvenes», agregó Lucía Villafañe de Ambros, ex oboísta.
«Soy de las primeras integrantes. En retrospectiva veo cómo la Orquesta logró sobreponerse a muchas limitaciones. Es pequeña comparada con las grandes orquestas del país, muchas veces faltaban músicos en las plantillas, y logró hacer obras de gran magnitud, óperas, ballet» precisó Perla Gagliardi, ex primera trompetista.
Las tres mujeres, músicas destacadas, estuvieron presentes en el cuerpo desde sus inicios, y reflexionan sobre el rol de las mujeres.
«Toco la trompeta, un instrumento que por muchos años se consideró solamente masculino, como todos los de la familia del metal. En ese momento y por muchos años estuve sola como mujer en la fila de los metales, no olvidemos que hablamos de más de 40 años. Hoy, las mujeres abarcamos casi la totalidad de los instrumentos. Me siento una de las pioneras en la provincia», señaló Gagliardi entre sonrisas.
«Si bien siempre hubo mujeres -desde la formación de las orquestas juveniles, de cámara, que fueron el preludio de la orquesta-, la presencia femenina fue creciendo. Yo fui primera percusión, pero empecé con la viola y Perla estaba sola en los vientos de metal. Hoy son muchas más y no hay ninguna área vedada a las mujeres», señaló Radici.
Destacó además el protagonismo que adquirieron: «Algunas de mis colegas formaron su propia orquesta, otras ocupan un rol clave en la docencia y difusión, y si bien el rol de dirección es predominantemente ocupado por hombres, también tuvimos muchas directoras invitadas».