El río Paraná es el segundo río más largo de Sudamérica, tras el Amazonas, o el 14º más largo del mundo y hace su recorrido a través de Brasil, Paraguay y Argentina, con una longitud de 4.880 kilómetros. Cerca de quince ciudades, de estos tres países, se establecieron en sus márgenes y desarrollan mediante el mismo actividades económicas y de subsistencia, como la ictícola, medio de transporte de carga, la provisión energética en el caso de las represas, como la de Yacyretá e Itapú, y la toma, potabilización y distribución del agua para las comunidades. Por esto, la bajante «extrema», como lo calificó el Instituto Nacional del Agua, que lleva ya dos años, genera preocupación por las repercusiones directas que genera en todo su paso y en cada una de las actividades que concentra.
Actualmente, a pesar de haber llegado a marcas inferiores a las registradas el año pasado, continuará en descenso. Así lo anticipó el director de Estudios Básicos de la Administración Provincial del Agua del Chaco (APA), ingeniero Hugo Rohrmann, en contacto con Radio Nacional Resistencia. El especialista recordó que no es la primera vez que se registra este fenómeno, y explicó que forma parte de un comportamiento histórico de este cauce, como también son las inundaciones. Además, detalló las repercusiones que genera el poco caudal y señaló algunas medidas de previsión que se deben tomar para que la situación no se torne más complicada.
bajante persistente
«Lamentablemente el Paraná está transitando por segundo año consecutivo una bajante excepcional, el año pasado nos había sorprendido con valores muy bajos, tanto en Corrientes como en Barranqueras, 70 o 80 centímetros y hoy estamos en 30 a 40, valores aún más bajos», dimensionó Rohrmann, quien reconoció «una gran preocupación porque no sabemos cuándo termina esa bajante». En este sentido, indicó que «las perspectivas de lluvias de los servicios meteorológico tanto en Brasil como en la Argentina, están indicando que en los próximos dos o tres meses de invierno, que llueve poco, va llover menos de lo normal, entonces ya se prevé que esta bajante va a continuar y lo que estamos viendo ahora no es lo más crítico, y eso agudiza los impactos que tuvimos el año pasado», afirmó.
Seguidamente enumeró los inconvenientes que la bajante genera «problemas en las tomas de agua para alimentar a las poblaciones, problemas en la navegación, hoy en el riacho de Barranqueras no se puede navegar, no entran barcazas de combustible, no salen barcazas con granos, un impacto muy definido en los peces que necesitan salir del cauce para alimentarse y reproducirse, y encima con medidas de vedas o no veda distintas, de un lado o del otro de la orilla del río, con lo cual eso tampoco ayuda», cuestionó.
Al tiempo que añadió: «hay otro impacto que comienza a visualizarse, a lo mejor acá en Argentina no es tan evidente, pero en Brasil sí, que es la menor generación de energía hidroeléctrica, porque los embalses tienen cada vez menos almacenamiento, y ya saben que por tres o cuatro meses no se van a recuperar, entonces ahí aparece otro aspecto, de vuelta una bajante excepcional y nos pone en crisis en un montón de temas que habrá que ver como se resuelven prioritariamente», puntualizó.
agua potable
Teniendo en cuenta que la provisión de agua potable es uno de los factores que mayor impacto podría generar, el referente del organismo provincial explicó de qué manera mitigar estos efectos: «está claro que hay que tener alternativas, hay que tener un plan B, sabemos que la toma es fija, que no la puedo mover, al igual que las bombas, y que van a tener problemas en valores tan bajos, entonces habrá que tener bombas alternativas, puestas sobre fontones que se puedan mover, aceptar que no voy a tomar toda el agua posible, pero voy a garantizar un servicio mínimo se ofrezca a la población» .
En este sentido, recordó que «el año pasado ya se dio en Formosa, en Paraná, Santa Fe, Corrientes, acá mismo, han hecho colocar bombas más bajas, pero si esta situación se sigue agravando entonces necesariamente debo garantizar ese servicio, debo decir que es mínimo, tengo que alertar a la población, estamos en una situación en la cual la naturaleza nos pone a prueba y por lo tanto tengo que cuidar el agua. Eses es el camino», aseguró. «El año pasado nos sorprendió, este año tengo que estar en mejores condiciones para que esa situación no genere un impacto tan definido en el abastecimiento de agua, tan importante dentro de este contexto de pandemia», destacó también.
Rohrmann reconoció que no se encuentra interiorizado en las operaciones de cada empresa estatal, como el caso de Sameep en el Chaco, o privada en Corrientes o Santa Fe. «Está claro que tienen que tomar los recaudos. Nación la semana pasada envió una nota a todas las provincias, a los organismos hídricos, para que hagan un relevamiento expeditivo, de cuáles son las tomas que están en situación más crítica, que no pase lo de Formosa, el año pasado, que la toma principal quedó en el aire, y tuvieron que recurrir a otra toma que no se usaba, entregando menos agua», recordó. «En ese aspecto, habrá que ver en cada uno de los prestatarios, en caso de Chaco, Sameep, debe saber hasta que valor la toma actual en Barranqueras puede tomar agua sin problema o cuando pueden aparecer inconvenientes», indicó.
Tras lo cual destacó: «Por eso es muy importante esa decisión de llevar la toma de Barranqueras al Paraná, al lado del puente Belgrano, dentro del grupo de obras del segundo acueducto. Porque el Barranqueras ante situaciones de bajante excepcionales se empieza a desconectar, baja mucho la calidad del agua, pero en cambio, tener la toma en el Puente Belgrano, donde hay agua siempre, porque ahora está muy bajo peo están pasando 8 mil metros cúbicos por segundo, para nosotros 4 mil o 5 mil es suficiente, y de mejor calidad», comparó. «En este aspecto, cada una de las prestatarias del servicio de agua potable, ya están sabiendo. En Santa Fe están poniendo bombas auxiliares, en Corrientes también cada uno sabe cuál es ese límite, yo desconozco que precisa cada uno de ellos, pero eso se está trabajando con seguridad y hay mucha preocupación, porque la bajante está presente y todavía no hemos visto los menores registros, que, de acuerdo a las perspectivas de lluvia, va a seguir hasta julio o agosto con seguridad», reiteró.
Otro factor que preocupa es la fauna ictícola, y en este sentido el especialista cuestionó que no se unifique una política de protección: «En cuanto al tema de la veda, es llamativo que administrativamente se decida de un lado o del otro del río, en un lugar si y en el otro no. Tenemos que ponernos de acuerdo en cuidar este potencial que es enorme pero lo tenemos que cuidar, y vemos que entre Santa Fe y Entre Ríos no se ponen de acuerdo, entre el Chaco y Corrientes tampoco, Formosa y Paraguay, Argentina y Paraguay, entonces en este aspecto me parece que es necesario acordar con los pescadores cuales son las mejores medidas para pasar este momento de crisis y preservar este potencial, este es otro aspecto que se puede trabajar y mucho y acordar que ante situaciones como esta no haya divergencia entre un lado y otro».
previsiones
Al momento de mirar a futuro, el especialista señaló que «los servicios meteorológicos tanto de Argentina como de Brasil, trabajan una herramienta, que es las perspectivas trimestrales, que todos los meses lo van actualizando, de mucho uso, muy práctica. Lo que dice la última perspectiva de junio, julio y agosto, es que las lluvias van a ser menores a las normales, en lo que es la Cuenca del Paraná y dentro de toda la cuenca del Plata, durante los meses de invierno ya no llueve, es decir que va a seguir este mismo panorama de escasa lluvia».
En este punto radican las causas de la bajante: «El motivo claro son estas precipitaciones por debajo de lo normal, está lloviendo muy poco, en los estados del sur de Brasil han decretado la emergencia agropecuaria de acá a fin de año, están racionando el agua en las grandes ciudades, por que los niveles de almacenamiento son muy críticos y por lo tanto ya se sabe que esta situación va a ser más crítica de acá en adelante», advirtió.
» Mediciones históricas
Rohrmann recordó que no es la primera vez que se da este fenómeno: «Por suerte acá en Corrientes tenemos 120 años de medición de altura del Paraná y se han visto situaciones más críticas, y como estas, también producto de sequías que se mantuvieron dos o tres años, en los años 44 o 45, el río llegó a 82 centímetros por debajo de 0 y hoy tenemos 30, es decir que estuvo un metro menos de lo que hay hoy. En el 68, 69, 70, el río llegó a 0 metros, o sea que fueron tres años de sequía», ejemplificó. «En conclusión, son situaciones climáticas que ya se han producido en la historia, que se vuelven a repetir, y es el panorama que llama tanto la atención y pone foco en esa crisis que genera esta naturaleza con falta de agua y el agravante de no saber si termina en julio o agosto», resumió.
«La temporada de lluvia en nuestra región empieza en octubre, claramente, empieza a llover más que en septiembre. En Brasil, por suerte empieza en agosto, septiembre, entonces todas las miradas están puestas en ver si esta nueva temporada de lluvias será normal o superior a la normal para que el rio Paraná y Paraguay se empiecen a recuperar y esta bajante pasa e a la historia», adelantó.
«Hace más de 50 años que no se daban estas situaciones críticas, quiere decir que la naturaleza, cada tanto, nos ofrece extremos, tanto de bajante como de inundaciones, de acá a unos años vamos a tener situación de crecientes con inundaciones, vamos a estar mirando cuáles son los registros máximos, nos vamos acordar del año 83 en el que todo el año estuvo en creciente», auguró el especialista. «Esa es la manifestación que ofrece esos ciclos de años normales, con muchas lluvias, con muy pocas lluvias y el comportamiento de los ríos acompañan esa oferta de precipitaciones, en este momento nos está tocando años de sequía, impacto mucho más definido y crítico en estos estados del sur del Brasil, que en el noreste de Argentina», contrapuso. «En el país no es tan marcada por suerte, siempre se espera alguna lluvia para que el sector agropecuario tenga menor impacto, pero está claro que teneos que conocer estos comportamientos extremos para estar mejor preparado para cuando se presente, y el impacto sobre la sociedad sea menor posible», finalizó.