El Ente que controla el Túnel Subfluvial que une a la ciudad de Santa Fe con Paraná advirtió este miércoles sobre el riesgo de caminar o circular en barcazas pequeñas por encima de la malla protectora de ese pasaje, que quedó expuesta en algunos de sus tramos por la bajante del río Paraná.
Si bien el Ente aclaró que «no hay riesgo» en el interior del viaducto ni para la navegación por la zona, solicitó tener precaución: «Queremos transmitirle seguridad a los usuarios: donde se hace visible la malla ya hay entre 12 y 18 metros de tierra por encima del viaducto», apuntó el organismo.
La bajante del Paraná dejó a la luz en algunos sectores la malla protectora geotextil de hormigón y de unos 900 metros del túnel subfluvial. El Ente explicó que sus equipos técnicos «realizan constantes mediciones batimétricas» y que «no se observaron cotas comprometedoras ni anomalías en la distribución del flujo».
Mientras, las cubiertas protectoras muestran «un comportamiento adecuado, dentro de un escenario de aguas bajas».
El director técnico, Augusto Cortés, afirmó que la malla protectora mantiene «confinado el suelo y permite evitar pérdidas de las capas de arena» que existen entre el túnel y dicha manta.
Asimismo, recomendó «no caminar ni acercarse» a la manta visible ya que «se pueden lastimar y hasta perder la vida. Es una zona peligrosa y hay que tener precaución».
Registros preocupantes
En la ciudad de Paraná, el río creció siete centímetros y tiene hoy una altura de -5 centímetros (por debajo de la altura sobre nivel del mar), lejos del límite de aguas bajas (2,30 metros), 1,20 metros menos que a principios de junio, y se prevé que alcance niveles muy similares a los registrados en el año que más descendió en la historia.
En Diamante, la altura del río se incrementó al alcanzar este miércoles los 25 centímetros de altura, pero por debajo de los 2,40 metros del límite y 1,18 metros menos que el 6 de junio. En tanto, en La Paz, el crecimiento fue de 16 centímetros los últimos días y se mantiene estable con 56 centímetros, aunque representa 1,24 metros menos que a principios de mes y muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas.
En Victoria, el río aumentó cuatro centímetros y alcanzó los 1,18 metros pero continúa lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas.
A raíz de la bajante, viviendas y calles costeras tuvieron grietas y quiebres en el suelo; varias embarcaciones quedaron encalladas y se registran cambios en la morfología y el ecosistema natural de las islas y la costa.
Por su parte, el Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió que la tendencia descendente «va a continuar en las próximas semanas», y existe una «máxima probabilidad de que persista durante el invierno» y siga de forma «similar en el último trimestre del año».
El organismo espera impactos en «las tomas de agua para consumo urbano; para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales», además de problemas en «la navegación fluvial; fauna íctica; estabilidad de márgenes» y una «exposición a incendios en márgenes e islas».