Un hombre estuvo varios años en prisión por un crimen que no cometió. La Justicia provincial ordenó su libertad luego que la supuesta víctima, su hija, reconoció haber mentido porque no le permitía tener una relación con su amiga.
Habrá que ver cómo sigue la situación de la mujer, debido a ser falsa denunciante.
J.C.M. enfrentó cargos penales por abuso sexual a su hija, cuando era menor de edad. Siempre afirmó ser inocente pero no alcanzó: se «comió» tres años a la sombra.
Pero ese cambio en su condición fue a raíz de la confesión de la presunta víctima, que fabuló este hecho por la bronca de no poder estar con su novia, ya que el padre no la dejaba salir y no aceptar su inclinación lesbiana.
LA CONDENA
En 2018 fue detenido el acusado por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y por la situación de convivencia.
«Jamás en la vida hice daño a mis hijos o he intentado hacerles daño, al contrario, siempre los he protegido, los he amado; lo único que nunca les di fue la libertad que ellos querían tener para salir, ella siendo adolescente, no le dábamos la libertad de salir sola, lo hacía con su mamá o conmigo; pido por favor se investigue a fondo», dijo en su momento Juan Carlos, en declaraciones que reprodujo el portal Corzuela en la Web.
La sicóloga a cargo del caso, indicó que no pudo determinar que la menor haya sido lesbiana y que tampoco le habló de esa situación, cuando todos los testigos, incluida la supuesta víctima y la propia amiga, dijeron que tenían una relación de noviazgo.
El acusado salió absuelto porque no hubo pruebas en contra de él. Y quedó demostrado que la que mintió fue la propia damnificada, situación que la sicóloga del Poder Judicial no pudo acreditar.
Por otra parte, también mintió la mujer que había ayudado en aquel entonces a la damnificada, quedando detenida por falso testimonio, una persona mayor de edad, de nombre Olga, quien era la que ayudó inicialmente a la menor a escaparse de su casa.
La historia
En 2018, la damnificada D.B.M. denunció a su padre por abuso sexual, confesando además que en fecha no determinada, pero en 2008, cuando tenía 6 años, su padre J.C.M., en horas de la noche, efectuó tocamientos sobre las partes íntimas.
En 2010 y en fecha no determinada, ella ya contaba con la edad de 8 años y su padre en reiteradas oportunidades, en horarios de la noche la volvió a tocar por debajo de su ropa, continuando con su accionar hasta la actualidad, según la denuncia.
«Al poquito tiempo que se separaron (sus padres), mi papá me llevó a vivir con él a la costa de río, en la zona de Las Tres Bocas en Vilelas, donde tenía un rancho de cartón y chapa, donde yo tenía una cama y él tiraba un colchón en el piso», apuntó.
«Ese rancho mi papá ya tenía armado porque cuando se iba a pescar quedaba ahí, y a veces nos íbamos con mi mamá o con mis hermanitos permaneciendo yo ahí dos o tres meses hasta que nació mi hermanito; una de esas noches, mi papá se acostó conmigo en la misma cama, y me empezó a tocar los pechos, y luego mis partes íntimas, creo que fue solo manoseo en esas dos partes, no recuerdo mucho más porque pasó mucho tiempo y tampoco me acuerdo nada más después que él me tocó», añadió.
También se tomaron varias declaraciones, del hermano Emanuel, de la ex de J.C. y de O., quien fue la mujer que ayudó a D.M. escapar de la casa, manifestando que la joven a las 4 le escribió contando que el padre volvió a tocarla, por lo que esta decidió socorrerla.
Además, declaró además la madre, quien expresó desconocer los dichos de su hija y que la misma nunca le demostró un comportamiento ligado a los hechos denunciados.
El juicio se efectuó hace pocos días, declararon numerosos testigos y el debate se extendió varias semanas, concluyendo el pasado 9 con la absolución del acusado.
Actúo como fiscal Martín Bogado, y como defensores los abogados Miguel Barceló y Concepción Chávez.