Tras conocerse las mediciones del Indec sobre las ventas de supermercados de junio 2021, que con un 9,5% de aumento puso fin a una racha de cinco meses consecutivos descensos, desde la Cámara de Supermercadista de la provincia, su titular Miguel Simons, confirmó el informe y analizó la situación.
«A nivel provincial las ventas de supermercados han crecido un poco más que a nivel nacional, que fue de un 1%. Pero en definitiva estamos recuperándonos de caídas importantes como las de febrero y marzo que a nivel nacional sumó casi un 15% con esos dos meses», recordó el referente del sector.
Más adelante reconoció que «es auspicioso que sea revertida un poco esa tendencia, creemos que eso se va a mantener por lo menos hasta fin de año», anticipó momento en el que esperan poder recuperar las ventas. «Esperamos que este año las fiestas sean un poco más beneficiosas, se venda un poco mejor, porque este año y el pasado, las fiestas principales como son el Día del Padre, la Madre, sobre todo y Navidad que son los días de más ventas realmente han sido muy pobres», afirmó.
Al momento de analizar las causas de este repunte, Simons atribuyó «a los incentivos y dinero que está ingresando al mercado, por diferentes canales, los bonos a los jubilados, algunas ayudas sociales». También señaló que al «incrementarse la circulación de las personas, la activación de las escuelas, la universidad, todo eso va colaborando para que haya más movimiento de gente acompañado de un poco más de dinero en la calle que incentivan las ventas».
No obstante, reiteró: «Venimos de meses muy castigados».
MÁs movimiento
El referente de los supermercadistas señaló que este repunte de ventas se dio en los productos de primera necesidad, «los básicos», sin embargo explicó que «nosotros nos fijamos más en los rubros que se han frenado, más de los que aumentan las ventas, porque realmente hemos mermado mucho la venta de productos como de algunas verduras o frutas, la carne que está muy limitada en este momento para el público, porque es un producto que no ha dejado de aumentar, y algunos productos lácteos»
Además aclaró: «Se están vendiendo solamente los básicos como la leche, los yogures de litro que han mantenido sus precios y están económicos y los quesos blandos, después el resto de los rubros muy poco se vende. Lo demás es todo canasta básica: arroz, fideo, puré de tomate, aceite, que es un producto que se utiliza mucho y está muy caro», y recordó: «Nosotros no podemos acceder a los Precios Cuidados por lo tanto estamos más expuestos a los aumentos de precio».
También explicó que los días de cobro de la tarjeta alimentar «es una fecha que nos da un poco de respiro».
Sin embargo, señaló algunos inconvenientes que comenzaron a detectar con su uso: «Lo único lamentable con la tarjeta Alimentar es que antiguamente recibíamos solamente los supermercados o almacenes o carnicerías importantes que cumplíamos con ciertos requisitos, hoy lamentablemente hasta los quioscos reciben tarjeta Alimentar, lo que genera malestar de los socios», y explicó: «Con la tarjeta Alimentar impuesta por el gobierno del Chaco, hace unos años, donde solamente se podía comprar productos alimenticios, un quiosco 24 horas que recibe la Alimentar es un poco inconveniente porque todos sabemos que primero no tienen precios accesibles y segundo que su principal venta no es justamente alimenticio».
«Pero es una cuestión que realmente existe y produce malestar entre los socios, que están molestos por el tema de que tenemos una serie de exigencias y compromisos impuestos que no son los mismos que los de los 24 horas», comparó.
En otro punto apuntó: «Incide porque hoy por hoy esos negocios no son como antes, como han sido en su inicio pura y exclusivamente quioscos, hoy son realmente multirrubros, y no sé si están preparados o habilitados para hacer estos rubros, pero es muy común ver que venden cualquier tipo de alimenticio, de lácteo, con unos precios que uno sabe que son fruto de la falta de carga impositiva, porque tiene menor presión fiscal que un supermercado o una carnicería bien instalada, es una competencia desleal, porque la tarjeta Alimentaria, no la actual, sino la que en su momento teníamos en el gobierno de Capitanich, era pura y exclusivamente para alimentos, e inclusive no sé si esta tarjeta cubre otro tipo de producto que no sean alimenticio o de limpieza».
Simons aseveró que si bien trasladaron estas inquietudes a las autoridades «fue una conversación informal porque legalmente no tenemos ningún tipo de acción que podamos hacer, sabemos que es una competencia desleal para cualquier rubro que cumpla con las necesidades de la tarjeta Alimentaria, pero es un lamentable desperdicio cuando nosotros tenemos socios que inclusive pagando con tarjeta Alimentaria hacen algún tipo de descuento y beneficio, pero muchas veces son precios más competitivo y tenemos el detalle de vender solamente productos alimenticios con esa tarjeta, de todas manera se ha dispersado mucho y le ha quitado importancia y capacidad de capital a los supermercados».
A modo de balance final, el referente del sector indicó: «Si bien nosotros realmente estamos vendiendo mejor, todavía nos queda un poquito pendiente de la rentabilidad y la carga impositiva que en algún momento se tiene que reveer. Hay algunos planes, pero solamente son para aportes patronales, incentivos solamente para empleados nuevos y los que tenemos empleados viejos no podemos utilizarlo».