El parlamentario Fabián Rodríguez Simón luego de una larga y reiterativa defensa frente a la Comisión de Asuntos Internos del Parlasur, admitió que su pedido de asilo en Uruguay aún no le fue otorgado debido a un dictamen negativo de la CORE (Comisión de Refugiados) y no consiguió fundamentar su ausencia en el país, pese a que debe presentarse ante la Justicia argentina.
En la mañana del martes 21, frente a la Comisión de Presupuesto y Asuntos Internos del Parlasur, el parlamentario Fabián «Pepín» Rodríguez Simón se presentó finalmente a expresar su alegato de defensa. Tras encontrarse inmerso en un proceso que busca desvincularlo de su cargo como funcionario, está acusado de cometer “falta de decoro” en sus funciones por evadir a la justicia argentina e instalarse en Uruguay, donde de acuerdo a sus dichos solicitó asilo político.
Cabe recordar que actualmente Rodríguez Simón enfrenta dos escenarios, entre los que se encuentra su posible extradición a Argentina, cuestión enmarcada en la jurisdicción de la justicia uruguaya, y el pedido de removerlo del Parlasur, que convocará a una sesión para tratar su caso tras los dictámenes de comisión.
Luego de las correspondientes notificaciones formales, Simón Rodríguez comenzó su exposición. En una extensa presentación, en la que intentó desprenderse de las acusaciones que subyacen sobre su persona, el aún parlamentario no pudo fundamentar fehacientemente los motivos de su presentación como refugiado en la República Oriental del Uruguay.
Además no cuenta con un aval que desmienta que actualmente se encuentra prófugo de la Justicia, siendo esto incluso admitido por él mismo, al declarar que no obtuvo respuesta favorable a su solicitud de asilo, diciendo expresamente que el resultado del informe confidencial de la CORE (Comisión para los Refugiados) dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, el cual fue remitido a la justicia argentina el pasado 30 de julio, fue negativo en cuanto a su pedido de reconocimiento como condición de refugiado político. “El informe fue negativo, no fue enfáticamente negativo, pero fue negativo”, sostuvo el parlamentario.
“Yo no he cometido ningún tipo de falta de decoro en el ejercicio de mis funciones”, reafirmó Rodríguez Simón, agregando: “Niego categóricamente haber sido uno de los ideólogos de la destrucción del Parlamento del Mercosur y de extorsionar a ningún grupo empresario”. “El tema de mi pedido de extradición es un tema judicial que este no es el ámbito para debatirlo. Lo que les estoy brindando a ustedes son las herramientas para que quede claro que no constituye ninguna falta de decoro en el ejercicio de mis funciones el haber pedido refugio. El acusarme de falta de decoro solo pretende proscribirme a mí y a quien tuviera mi misma opinión política solo porque en ámbito del Parlamento soy el único que simpática con la propuesta republicana”, alegó al considerar que el pedido de remoción de su cargo se trata de una persecución política expresa hacia él, por sus expresiones y simpatía política, las cuales cree han generado disgustos entre sus pares y fomentado que se lo procese. “Me están intentando proscribir por mis opiniones sobre la actividad política”, señaló.
En este sentido, si bien su alegato presentó un amplio abanico en cuanto a cuestiones de jurisprudencia y doctrina que podrían ser aplicables a su solicitud de refugiado político, no logró de forma expresa una fundamentación de su situación como prófugo de la Justicia argentina.
Al ser declarado en rebeldía, tras no presentarse a la declaración indagatoria por la causa sobre la “presunta existencia de actos llevados a cabo por funcionarios públicos, desde las altas esferas del Poder Ejecutivo Nacional o a instancias de aquellos, que mediante hostigamiento y ahogo financiero para con las empresas del Grupo Indalo, habrían importado casos de corrupción”, lo que provocó que la jueza María Servini ordenara su pedido de detención y extradición.
El parlamentario afirmó en un primer momento que desconocía los delitos por los cuales estaba siendo investigado, lo que impedía un correcto ejercicio de su defensa. Sin embargo, admitió reconocer los delitos que se le imputan: “Se me imputa por haber amenazado a los apoderados del juego de la ciudad de Buenos Aires y haberlos extorsionado” tras ser interrogado por una parlamentaria de Paraguay.
El parlamentario por Argentina, doctor Julio Sotelo, se expresó al respecto de esta situación y afirmó que casos como el de Rodríguez Simón “son delitos comunes y no hechos susceptibles de pedir asilo político en un país extranjero”. A esto aseveró: “Al estar firme la resolución de la jueza Servini, que ordena su inmediata detención, y al ser un representante ante organismos internacionales, constituye una absoluta falta de decoro que un prófugo de la Justicia argentina represente al país ante el Parlasur donde están representados Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay”.
En definitiva, de acuerdo a lo que sostiene el parlamentario Sotelo, Rodríguez Simón es “un prófugo de la Justicia no puede representar a su país, carente de ética y moral, propias de un funcionario de su tipo, el cual ha abandonado todo valor necesario para llevar adelante la tarea parlamentaria”.