Un 23 de septiembre de 1947, las mujeres obtuvieron el derecho al sufragio y la potestad de ser elegidas con las mismas prerrogativas que regían hasta entonces sólo para los hombres.
El gobierno de Juan Domingo Perón promulgaba hace 74 años (un 23 de septiembre de 1947) la Ley 13.013 que instituyó el voto femenino en el país, y en homenaje a esa fecha se conmemora el Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer.
En base a esta norma, impulsada por Eva Perón, y sancionada por el Congreso de la Nación, las mujeres obtuvieron el derecho al sufragio y la potestad de ser elegidas con las mismas prerrogativas que regían hasta entonces sólo para los hombres.
En la Argentina las primeras mujeres que se ocuparon sobre el tema de la participación política y el sufragio femenino fueron las militantes del Partido Socialista (PS) y las anarquistas, que comenzaron la lucha por la igualdad de derechos y de oportunidades a la par de los hombres, quienes contaban con derechos cívicos casi desde el mismo momento en que se organizó la Nación.
Estas socialistas y anarquistas, siguiendo el ejemplo de las europeas, fundaron entre 1900 y 1910 una serie de agrupaciones en defensa de los derechos cívicos de la mujer.
Antes de ser electo Presidente, Perón promovió desde la Secretaría de Trabajo y Previsión una política dirigida a las mujeres, y en ese ámbito creó la División de Trabajo y Asistencia a la Mujer, y como funcionario dejó en claro su apoyo a la iniciativa del voto femenino.
A esos efectos se constituyó la Comisión Pro Sufragio Femenino, que solicitó al Ejecutivo el cumplimiento de las Actas de Chapultepec, por las cuales los países firmantes que aún no habían otorgado el voto a la mujer se comprometían a hacerlo.
El 3 de septiembre de 1945 la Asamblea Nacional de Mujeres, presidida por Victoria Ocampo, resolvió rechazar el voto otorgado por un gobierno de facto y reclamó que el Gobierno fuera asumido por la Corte Suprema.
El lema de la Asamblea era: «Sufragio femenino pero sancionado por un Congreso elegido en comicios honestos», y llegado a la Presidencia, el peronismo volvió sobre la cuestión del sufragio femenino con una campaña que protagonizó Eva Perón.
En ese sentido, la primera dama llevó a cabo durante los primeros años del gobierno justicialista una febril actividad para promover el voto femenino que incluyó reuniones con legisladores, actividades con mujeres y mensajes a través de las radios.
De esta forma, Eva Perón se convirtió en vocera del derechos que durante décadas era reclamado por las mujeres, y el 9 de septiembre de 1947, el Congreso sancionó la ley que días después sería promulgada por el Poder Ejecutivo.
Para aplicar la Ley 13.010, el Estado argentino debió crear un nuevo sistema de registro y documentación de la identidad de las personas, a fin de elaborar los padrones electorales.
Hasta entonces se utilizaba la Libreta de Enrolamiento (LE), un documento de identidad que solo poseían los varones nativos o nacionalizados, que había sido creado en 1911 para implementar la Ley Sáenz Peña de voto secreto y obligatorio para varones.
Ese documento era el que constaba en los registros militares de enrolamiento en el servicio militar obligatorio, que había sido establecido en 1904 sólo para varones
La Ley tuvo un primer alto impacto político cuando en agosto de 1951 la Confederación General del Trabajo (CGT) propuso la candidatura a vicepresidenta de la Nación de Eva Perón, ofrecimiento que declinó en función del cáncer que la aquejaba y de la presión que ejercieron factores de poder para que esa postulación no se concretara.
El 11 de noviembre de 1951 se celebraron elecciones presidenciales que contaron con un padrón de 8.613.998 personas, cuando las elecciones realizadas seis años antes contaron con un padrón de 3.405.173 ciudadanos.
Internada por el cáncer que padecía -y que ocho meses más tarde le arrebataría la vida- Eva Perón sufragó ese día desde la cama de un hospital, donde se trasladaron las autoridades de la mesa que tenía asignada para cumplir por primera vez con su deber cívico
Las mujeres asistieron masivamente a votar, con una participación superior al 90%, y en la Cámara baja resultaron elegidas 23 diputadas, mientras que seis senadoras resultaron ungidas para ocupar una banca en la Cámara alta.