Por instrucción presidencial, el jefe de Gabinete y el ministro de Agricultura buscan arreglar un frente al que le adjudican buena parte de la derrota del oficialismo en Entre Ríos y La Pampa.
En un día y a un ritmo inusual respecto de los tiempos en que venía funcionando el Ejecutivo, el flamante jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el también flamante ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, mantienen este sábado por la mañana una reunión para elaborar una hoja de ruta y satisfacer lo más pronto posible una instrucción presidencial: poner fin al conflicto con el sector rural, y en particular con los productores ganaderos y los frigoríficos, por la limitación a las exportaciones de carne.
La premura está motivada no solo por cuestiones económicas, debido a los menores ingresos por exportación, la pérdida de turnos y horas de trabajo e incluso los incipientes despidos de personal en los frigoríficos, sino también por motivaciones políticas. Un análisis de los resultados de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 12 de septiembre mostró que la prohibición inicial y las algo más suaves limitaciones posteriores a las ventas de carne provocaron un nivel de malestar tal que se reflejó en los resultados electorales en Entre Ríos (donde el oficialismo perdió por amplísimo margen) y La Pampa, una provincia donde el peronismo estaba prácticamente invicto desde el retorno de la democracia.
Sergio Ziliotto, el gobernador pampeano, estuvo durante la semana en la Casa Rosada, donde fue recibido por Manzur. Posteriormente, también se reunió con Domínguez, el titular de Agricultura, que de entrada mostró gestos amigables hacia el sector. Además, al igual que sus pares de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y de Córdoba, Juan Schiaretti, el jefe de Estado pampeano respaldó abiertamente el reclamo del sector rural para que se liberen las exportaciones cárnicas. Córdoba es una causa perdida para el oficialismo, pero La Pampa y Entre Ríos son colinas que pretende reconquistar en las elecciones legislativas de noviembre.
La presión de los gobernadores peronistas por ponerle fin al conflicto ganó impulso en los últimos días. Domínguez, el titular de Agricultura, también instruyó a técnicos de su cartera a reunirse con representantes técnicos de la Mesa de Enlace del campo (que integran la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales, Federación Agraria y los cooperativistas de Coninagro) y ya hubo dos reuniones técnicas sobre esa y otras cuestiones que inquietan al sector rural, la última ayer viernes.
Además, Domínguez recibirá el martes a los titulares de la Mesa, Nicolás Pino (SRA), Jorge Chemes (CRA), Carlos Achetoni (Federación Agraria) y Elbio Laucirica (Coninagro). Algunos, como Pino, ya hicieron saber que no quieren ser convidados de piedra de una nueva jugada de apaciguamiento y que si no los convocan para anunciar una medida concreta que ponga fin a las limitaciones a la exportación, no están dispuestos a ir a la reunión. De hecho, hace ya varias semanas las diferentes entidades pusieron a consulta de sus diferentes regionales, y a través de ellos de sus productores asociados, la elaboración de un “Plan de Lucha”. Eso es, precisamente, lo que el Gobierno busca ahora desactivar, además de satisfacer el pedido de sus propios gobernadores y recuperar los votos perdidos en las primarias.