Dando claras muestras de que aún es un equipo «en construcción», más allá que ya pasaron dos fechas, Villa San Martín volvió a caer ante Central Olímpico de Ceres, ahora por 85-81.
Sin dudas que lo más descatable del Tricolor pasó por ese momento en el que dos de sus pibes -Santiago Pérez y Francisco Alasia- se mezclaron con los grandes Ludueña, Williams (un obrero ya imbuido de la mística villera, pero falto de práctica) para dejar la mejor imagen de lo que fue la segunda presentación del máximo representante provincial en juegos de conjunto.
Precisamente, lejos estuvo Villa de ser -más allá del citado «momento»- un conjunto ya que le faltó casi todo lo que hace a ello. Volumen de juego -solo cuando Ludueña pasó a ser «2» -con Alasia en la base-, se vieron cosas positivas-; intensidad; hasta actitud -habida cuenta la manera en que perdió casi todo el partido en el juego aéreo-, fueron las falencias notorias que incluso llevaron a la hinchada a reclamar la presencia de «los pibes». Y hablando de pibes, muy bueno lo mostrado -además de Pérez y Alasia- por Galassi. La visita, que empezó la temporada con varios amistosos a cuestas, se mostró precisamente más «aceitado» y con el simple hecho de mantener su estilo de juego -en que los triples son parte- y con producciones superlativas como el ex Villa, Banegas (25), se llevó justicieramente otra victoria del reducto tricolor.
El Tricolor se despertó tarde
y volvió a caer
La última pérdida de Villa, estando a solo un doble de distancia abajo -81/83-, de alguna manera grafica lo que es esta versión 2021/22 del Tricolor. Sin rotación de balón, flojo en ambos tableros -muy permeable en defensa-, solo es entendible desde el poco tiempo que tuvo hasta aquí Villa para armarse para este nuevo desafío.
Para rescatar, sí, el buen aporte de los pibes -primero Galassi (10), luego Pérez (10) y Alasia (3)- que embuídos de la mística villera -por más que el primero venga de Regatas- le cambiaron la cara que hasta allí era casi de apatía del representante provincial en la segunda categoría del país. También lo de Williams (8), que ya sabe lo que esa camiseta significa y con su overol -ese que lucha todos los rebotes, busca todas las opciones (las mejores opciones, no cualquiera) para sumar-, también aportó lo suyo.
En su segundo choque con Ceres, el Tricolor siempre «corrió de atrás»; el 6/5 del inicio con tres hombres anotando dos puntos cada uno fue, lamentablemente, solo un espejismo. Porque a partir de allí la visita distribuyó juego y goleo para llevarse los primeros 10’ por 28-21. Ya allí, Banegas -25, quien paso casi sin pena ni gloria por Villa- mostró que era «su» noche.
En el inicio del segundo segmento, Torné (13) impuso condiciones en la cercanía del cesto y Matías Martínez (15) desde el perímetro y así apareció la primera «escapada» de Ceres que se fue arriba 40/28. Villa la remó otra vez y con un 17/17 en el cuarto se fue al descanso largo solo 38-45 abajo.
De regreso, un parcial de 5/0 (con triple incluido), a favor, le permitió a Ceres irse 14 arriba: 52/38. Y, precisamente, con la cuarta bomba de Banegas, la visita logró la máxima del cuarto: 61-46. Dato: Ceres finalizó con ocho triples, solo uno más que Villa, pero los mismos aparecieron en «la precisa» para aplacar cualquier reacción primero y para sentenciar luego. Nuevo triunfo parcial de los santafesinos -21/14- para entrar al último cuarto 66-52 arriba.
Con la sangre tricolor de los pibes -en especial Pérez, que aportó de todo- y Williams, Villa fue limando diferencias hasta colocarse 81-83 abajo y con la posesión a favor.
Pero volvió a fallar -como toda la noche- en la ejecución, dejó el balón en manos de un solo jugador, la perdió y Martínez selló el 85-81 que le dio a Ceres su segunda victoria en otros tantos enfrentamientos con el Tricolor.