Ella es chaqueña y él británico, el amor superó el tiempo y las distancias porque se casaron en Resistencia este año. En primera persona, la novia contó su historia a LA VOZ DEL CHACO y adelantó que habrá, el año que viene, una segunda boda en el Reino Unido, donde él la está esperando para comenzar una vida juntos. Sólo queda un mes de papeleo por lo que la Navidad y Año Nuevo será por Zoom.
Por Patricia Muñoz
Cuando se cree que las historias de amor sólo están en las películas, en la previa de la Navidad una chaqueña cuenta su propia experiencia que bien podría ser parte de una Love Actually (Realmente Amor) del Siglo XXI.
Estamos hablando de Marisol Colombo, quien es de Makallé y conoció a su amor en las redes sociales. Si bien “hubo una conexión inmediata” le llevó 10 años de mensajes, videollamadas, historias fallidas y más, para darse cuenta de que el amor no estaba la vuelta de la esquina sino en Londres, lugar al que fue tras pasar por diez cancelaciones de un vuelo en plena pandemia, pero que la llevó hasta donde vive él: Josh Queen, de 28 años, un año menor que ella.
En 2010 Marisol conoció por Facebook a Josh, pero recién se vieron cara a cara en 2020 cuando ella viajó a Reino Unido desde donde tuvo que volver porque su visa turista venció. Un año después se casaron en Resistencia. Él volvió a viajar a Londres y ella espera por unos papeles para irse y reencontrase con el que ahora es su esposo.
Amor en redes
Como si de una película se tratase, Marisol se animó y sin importar las circunstancias y los palos en la rueda que podrían presentarse en plena pandemia decidió viajar a Reino Unido para conocer en persona a su amor que de platónico pasó a ser lago real. Es que durante 10 años sólo conversaron por las redes sociales, y se realizaron videollamadas las que a veces se cortaron porque ambos probaron con un amor cercano que en ninguno de los dos casos resultó. Este 2021, después de tantas idas y vueltas, están casados, aunque los separa nuevamente los 12 kilómetros de distancia atento que Josh tuvo que regresar por trabajo y Marisol espera ansiosa la visa matrimonial que lleva al menos 60 días hábiles, de los cuales transita el número 34, por lo que la Navidad y Año nuevo van a pasar cada uno con sus familias.
“Nos conocimos 2010 por Facebook; yo buscando amigos (por su carrera, tenía casi 18 años y empezaba el profesorado de inglés en el San Fernando Rey) mandé un par de solicitudes. Sabía que era muy difícil que alguien las acepte porque obviamente es raro que te manden solicitudes de este lado del mundo y tampoco desde allá, pero Josh aceptó de inmediato. Empezamos a hablar y se dio una conexión inmediata, o sea siempre tuvimos esa facilidad para comunicarnos, de contarnos cosas, fue instantáneo, empezamos a hablar a construir un vínculo. Conocí a su familia y él a la mía”, cuenta Marisol que se fue comunicando con Josh según fue pasando el tiempo primero por SMS, Skipe y WhatsApp.
A través de los años crearon entre los dos una hermosa amistad, “construimos algo muy lindo que obviamente no era una relación porque ninguno de los dos creemos en el amor a la distancia y aparte éramos conscientes que con la distancia iban a ser muy difícil las cosas, entonces teníamos nuestras relaciones e incluso llegamos a convivir, pero habiendo fracasado siempre supe que él estaba ahí para mí, y yo también, a pesar de que cuando estábamos con otra persona nuestra relación se enfriaba”.
“Él siempre estuvo ahí para mí, en todas mis decisiones, siempre tenía esa palabra de aliento y eso llevó a que concretemos una relación de mucha confianza y que nos conozcamos un montón. Nuestra relación se basa en la comunicación en vez de lo físico, nos centramos en construir esa relación porque ciertamente ninguno pensó que podríamos tener un futuro con tanta la distancia, pero llegó un día en que ambos estábamos solteros y nos preguntamos qué vamos a hacer porque hace 10 años estamos hablando y justo estaba el tema de la pandemia entonces creo que todo fue más difícil, pero como uno es hijo del rigor dije ahora quiero realmente esto y el año pasado compré un pasaje para ir hasta el Reino Unido”, recuerda Marisol sobre el momento en que venció los temores y se jugó por amor.
Eso fue en agosto de 2020, del otro lado, Josh la esperaba en el aeropuerto y desde que se dio el cara a cara confirmaron que la relación era de verdad. La pandemia para ellos no pasó desapercibida ya que debieron soportar, al igual que todos, las restricciones hasta que pudieron estar juntos.
“Él estaba esperándome, tan pronto nos vimos, tan pronto pudimos estar juntos, pasar tiempo juntos, nos dimos cuenta que todo era real, que había algo que nos unía después de pasar tantos años solo hablando, supimos que era super real y super genuino y pudimos concretar físicamente lo que lo que sentimos durante todos esos años”, indicó Marisol que estuvo en el Reino Unido por cinco meses, desde diciembre de 2020 hasta mayo, que fue cuando él le propuso matrimonio en una escapada romántica que organizó.
“Fue en abril, el día de mi cumpleaños y un mes antes de que yo vuelva para Argentina en una escapada de fin de semana. Me llevó a una ciudad que se llama Bath, que es muy bonita y me pidió matrimonio, pero antes de eso preparó un speech en castellano para hablar con mi papá por videollamada que nos casábamos (él sólo habla inglés)”, agregó Marisol al revivir ese momento tan feliz.
La familia de Marisol se puso muy feliz, sabían de él al igual que sus amigos. “Todos sabían de nuestros anhelos, que éramos especiales”, cuenta.
Ahora, Marisol espera ir a vivir con Josh, sólo debe llegar la visa matrimonial. Los trámites son un poco complicados y llevan 60 días hábiles por lo que el reencuentro y una segunda boda será recién en 2022. “Antes debemos presentar un montón de papeles, terminar los trámites para probar que la relación es genuina, probar que las condiciones económicas son suficientes. Estoy en ese lapso de espera ahora mismo. Luego veremos si vamos a vivir allá, o viajar, somos personas que no estamos atados a nadie y tampoco cerramos la posibilidad de vivir en otro país, quizás Italia, España o también en algún momento volver a la Argentina si se dan las condiciones y las oportunidades”, agregó sobre cómo planean su futuro y recordó que a él le gustó mucho el país ya que además de Resistencia conoció Bariloche y las Cataratas del Iguazú, lugares elegidos para pasar su luna de miel.
Ella trabaja en la UTN y en escuelas secundarias donde enseña inglés, pero su mundo laboral no la tiene atada y por tanto no tiene miedo de empezar de cero. Josh trabaja en tecnología en un banco que se dedica a pensiones (jubilación, pero privada). “Quiero explorar varias posibilidades, no solamente quedarme con la enseñanza, es una oportunidad para empezar de cero y con tal de estar con él no importa a lo que me dedique”, afirma Marisol.
La boda
Josh pudo venir a Argentina en agosto y planearon la boda en tres semanas. Fue íntima, para cuarenta personas. Primero una ceremonia en una terraza de un edificio donde Marisol vivía y la fiesta en el Hotel El Pomar.
“Fue una celebración chiquita, la verdad, pero todo salió muy lindo y él se fue muy contento”, cuenta Marisol, a pesar de que los familiares de Josh vieron la boda por Zoom. Sin embargo, habrá una segunda boda el año que viene allá, ya que por el Covid todo fue muy complicado. “Ahora tenemos que celebrar el año que viene para la familia de allá. Vamos a seleccionar una la Iglesia y luego un salón para una segunda boda”, agregó.
Marisol no se define como romántica, ella asegura que son muchas las parejas que se conocen como lo hicieron ellos y que también terminan juntas. “No sé si fue algo romántico, él conoce lo bueno y lo malo mío, y al revés, sí sabemos que es algo especial, y cuando hay amor todo fluye”, dice segura Marisol para insistir que no se considera una persona romántica a pesar de que su historia lo hace parecer como tal.
Su boda está trascendiendo en los medios de comunicación, pero Marisol marca que son muchas las mujeres que tienen parejas con alguien del exterior. “Quizás las mujeres hoy en día estamos tan decepcionadas en el amor que creemos que estas cosas no pasan y no van a suceder, pero la verdad es que pasan, a mí me paso, pero con la tecnología de hoy lo vemos como algo mucho más natural. Somos dos personas comunes que hablaron, se enamoraron y se dieron cuenta que se amaron desde el momento en que empezaron a hablar, pero por cuestiones de circunstancias ajenas y quizás la edad, también nos jugó en contra, ya que en ese momento éramos menores de edad y hasta que ambos maduramos y dijimos vamos a ponernos las pilas y realmente hacer algo, pasaron diez años”, dice y da cuenta de que se arrepienten de no haberlo hecho antes “por cobardía, quizás porque es difícil levantar tus cosas e ir a ver a una persona lejos”, reconoce Marisol y recuerda que cuando se conocieron, Josh estaba en el último año del secundario y ella iniciando su profesorado.
Nicolás Zervin, el fotógrafo de una boda de encanto
“Ser fotógrafo de bodas es conectar con muchas historias y parejas, empezar a recorrer un camino juntos, el cual muchas veces sigue, ya que te volvés fotógrafo familiar de ellos, o hasta se logra una amistad que sigue por años, eso es lo que realmente amo de eso”, contó a LA VOZ DEL CHACO Nicolás Zervin, quien tuvo la suerte de captar el momento más bello y romántico de la historia de amor de Marisol y Josh.
“Esta boda fue muy especial por la historia de fondo que tenía, a Marisol ya la conocía previamente, es un amor de persona y Josh cuando lo conocí fue una gran experiencia para mí, que me permitió poder conocer sus gustos, sus tradiciones. Fue genial, es una persona super divertida”, reveló Nicolás, sobre la intimidad de esta pareja que hoy trasciende y demuestra que todavía se puede amar en un mundo que enfrente pandemias, catástrofes, crisis económicas, y tantas otras cuestiones que corren del foco a las personas pensando en que la vida real no se asemeja en lo más mínimo a la de las películas. Pero, como en todo, siempre hay una excepción.
“En el momento de la boda toda novia es única y hay una mezcla de emociones, algunas nerviosas, otras ansiosas o super relajadas, lo ideal es siempre mostrar seguridad en lo que estás haciendo, pero lo principal es siempre llegar con la mejor onda y transmitírsela”, acota Nicolás Zervin al relatar su experiencia sobre cómo llevar el momento más feliz de las mujeres que eligen casarse.
Para este fotógrafo que capta momentos para atesorarlos en el tiempo lo importante es “conectar” con los novios. “Creo que la magia se logra conectando con la pareja desde el primer momento, desde que se comunican conmigo, que no te vean como un desconocido que solo va a sacar fotos, lograr un acercamiento es primordial para que ellos se olviden de mi cámara y todo salga super natural, ya que eso hace la belleza de las fotos”, reveló.
@nicolas_zervin_bodas