Luego del anuncio por parte del Gobierno de postergar hasta marzo la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), pautada por ley para este 1 pasado, referentes de Estaciones de Servicio mostraron su preocupación por el impacto que puede tener la medida en el sector y alertaron por el creciente desabastecimiento que experimentan las estaciones del interior del país.
De acuerdo a un informe de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha), la situación de las estaciones de servicio es compleja, donde más de la mitad (52,3%) no lograr vender volúmenes de combustible suficientes como para alcanzar el punto de equilibrio, operando directamente a pérdida, según reflejó el portal especializado surtidores.com.
Este cuadro se viene agravando en los últimos meses por las denuncias de estaciones de bandera blanca (muy presentes en rutas o pueblos de menor densidad urbana) que dejan de recibir combustible o se enfrentan a escenarios donde se aplican cupos de venta. Es que en escenarios donde las petroleras no logran rentabilidad vendiendo sus productos, prefieren guardar el combustible para abastecer a las estaciones propias, lo que deja afuera a los jugadores más chicos.
La situación afecta a los estacioneros, pero también pone en riesgo las cadenas logísticas de las empresas que dependen de las estaciones blancas, tales como el transporte, el sector rural o incluso a los turistas que saldrán a la ruta a partir de este mes por la temporada de verano.
«Es complejo que se tomen medidas como este decreto que congela el precio sin contemplar las consecuencias. El campo empieza en poco tiempo a trabajar la cosecha y las máquinas agrícolas no tienen garantizado el abastecimiento del combustible. También está la demanda por la temporada turístico, otro factor que suma presión», sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.
El referente del sector agregó además: «Nosotros tenemos congeladas las tarifas desde mayo y en el medio subieron los insumos, la presión por salarios, los costos fijos. Cada vez se necesita vender más volumen de combustible para evitar quedar con los números en rojo. Tenemos estaciones que corren riesgo de cerrar en el verano con este panorama, no sé si llegan a la actualización de marzo».
Es que según un informe presentado por Cecha, en base a datos de la Secretaría de Energía, una estación de servicio necesita vender 315 mil metros cúbicos de combustible al mes para poder superar los costos operativos y alcanzar el punto de equilibrio, una barrera que no alcanzan hoy el 52,3% de las estaciones.
Según el mismo trabajo, la caída del volumen de ventas de combustible en los últimos años estuvo potenciado por el combo pandemia más recesión, que comenzó en abril de 2018. En estos tres años, se perdió en volumen de ventas el equivalente a 5,2 meses de trabajo.
quiebre de stock
Por su parte, consultado en la provincia Miguel De Paoli, referente empresarial del sector, también analizó la situación y en primera medida señaló los problemas de abastecimiento en estaciones de servicios de la provincia y de toda la región, como consecuencia de «la asimetría» de precios entre el mercado argentino y los países vecinos.
«Hoy se plantea un dilema porque se está dando un quiebre de stock y hay estaciones que no están recibiendo combustible en forma regular. Se debe a que se han sumado nuevos consumidores a la demanda de combustibles en el país, que son los vecinos que tenemos en el Paraguay, Brasil y Uruguay, que ahora pueden cruzar la frontera», explicó en diálogo con Radio Provincia, que fue refleado además por Foco Chaco.
En esa línea, amplió: «A ellos, el litro de combustible les sale la mitad aquí en la Argentina que en sus países. Por ejemplo, en el Paraguay, un litro cuesta unos $240 argentinos, mientras que aquí el litro sale $95. Ese desplazamiento de la demanda nos está complicando la provisión a quienes estamos en esta parte del país», aportó otro factor a los mencionados anteriormente.
Hablando de su caso en particular, De Paoli afirmó que hace dos días no vende combustibles por la falta de stock. «Hay muchos colegas que están pasando por la misma situación», alertó. «No es tan fácil aumentar la producción de petróleo para abastecer la nueva demanda. Todo se da en un ritmo paulatino», agregó.
La bajante
Sumado a este incremento de la demanda, otro factor se genera complicaciones en el abastecimiento en la región, y es la histórica bajante del río Paraná que ya lleva más de dos años. «Tenemos un problema de logística que contribuye a la situación. No es un escenario sencillo lo que estamos pasando aquí con el abastecimiento», definió.
En otro punto, el empresario reveló que la preocupación por ese «quiebre de stock» llegó al Congreso de la Nación donde diputados nacionales ya tomaron nota del problema, sobre todo por el faltante de gasoil, necesario para las labores vinculadas a la producción primaria en todo el país.
«La falta de previsibilidad en la producción es una preocupación que tampoco es nueva. Es un fenómeno que padecemos hace dos décadas, pero se complica por los factores climáticos y porque no pueden llegar las barcazas por el río», indicó.
Sobre la demanda extra habitual en las fiestas de fin de año, De Paoli fue cauteloso. «Hay un esfuerzo por tratar de complementar la nueva demanda. El tema es si nos alcanzará todo lo que se producirá para abastecerla ahora en diciembre», marcó.
Precio
Por otra parte, el empresario se refirió a la actualización de precios de los combustibles. Así, recordó la ley que establece una periodicidad de tres meses para la adecuación de composición de impuestos internos en los valores de los hidrocarburos.
«La actualización está planteada para marzo de 2022 y está marcando la pauta de lo que está pasando con el precio de los combustibles a nivel país: hay un prejuicio cierto de que cada vez que aumenta el combustible, aumentan otros bienes; pero la realidad nos muestra que otros bienes de la economía aumentaron más de lo que subió el precio de los combustibles en lo que va de 2021», contrastó.
En números concretos, recordó que el precio de los combustibles subió 25%, mientras que otros bienes aumentaron 50%. «Ese atraso (del valor de los combustibles) es lo que miramos con preocupación sobre cómo se adecuará», indicó finalmente.