Esta no es una semana cualquiera para Osvaldo Ojeda, un chapista oriundo de Corrientes. Con 83 años, se recibió de abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste, luego de un largo recorrido en la educación superior.
Padre de siete hijos y bisabuelo, Ojeda comenzó a estudiar la carrera hace 15 años, después de toda una vida dedicada a su taller. «Comencé a los 68 años, se me ocurrió hacerlo un día que nombraron a mi hijo fiscal de Instrucción en la localidad de Saladas. Entonces me dije: ‘mi hijo tiene que tener un padre abogado'», relató Osvaldo a Télam.
«Imagínese, yo soy chapista, trabajé durante 60 años en mi taller, estaba en las antípodas del derecho, era otra cosa, un sueño», dijo aún sorprendido por su graduación. El título de nivel superior que obtuvo el lunes le otorgó una exposición pública a la que no estaba acostumbrado en su ciudad. También fue reconocido por la propia universidad. «Se me metió en la cabeza que tenía que ser abogado, fue muy complicado para mí, me costó muchísimo, me enfermaba de los nervios, pero finalmente lo logré», expresó.
Como dice, la carrera no le fue sencilla. Osvaldo debió atravesar varios problemas de salud y contó que estuvo internado en 2009, en 2013 y en 2016: «Me enfermaba por los nervios, en la época de los exámenes. Me trató mal, pero lo superé».
Respecto de sus días en la Facultad de Derecho en la capital correntina, recordó con gracia lo que le pasaba en las primeras clases: «Todos me miraban y pensaban que era el profesor». «Durante los 15 años que cursé, me tuve que sentar adelante, en la primera fila, no porque quisiera, sino porque era la única forma de escuchar y ver bien», destacó el hombre.
Osvaldo aseguró que lo difícil no fue solamente estudiar, sino también la integración con sus jóvenes compañeros. «Ellos hacían jodas y se mataban de risa, y cuando estudiábamos en grupo también era difícil para mí adaptarme, por eso les pedía a los profesores para hacer los trabajos solo; lo aceptaron y me fui acomodando», mencionó.
Ojeda aseguró que fueron pruebas difíciles, tanto en el estudio como en la diferencia generacional. «Ahora ya estoy trabajando de abogado, tengo práctica, aunque no lo necesito para vivir, porque tengo mi taller con personal», remarcó. Finalmente, adelantó, con entusiasmo, que su título universitario será el motivo de una celebración comunitaria en el barrio. «Haremos una gran fiesta para mediados de enero, frente a mi casa en el barrio Libertad y ya estamos pidiendo autorización para cortar la calle», dijo.
Desde la Facultad celebraron su recibimiento y destacaron que durante la pandemia «el nuevo abogado recibió acompañamiento permanente por parte de asesores pedagógicos, para fortalecer su formación académica». «En ese contexto, desde la Facultad se felicita al ex estudiante por haber concretado la meta y por confiar en la Universidad Pública», concluyó la institución.