Tal como lo anunció la Asociación Bancaria (AB), ayer concretaron el segundo paro de actividades en 10 días, en todas las sedes que el Banco Santander posee en el país en rechazo del cierre de «un centenar de centros de atención» de la entidad financiera.
Resistencia no fue la excepción, y la sucursal de Frondizi 102 se mantuvo cerrada durante toda la jornada laboral con un cartel en su puerta que anunciaba a los clientes desprevenidos que se acercaban al lugar sobre la medida de fuerza y los puntos del conflicto.
Desde el lugar, el secretario adjunto de la Bancaria, Jorge Díaz, advirtió a los medios que, de persistir con esta medida, se podría convocar a un paro general a nivel nacional.
recalcitrante
El comunicado pegado en el ingreso de la sucursal local bajo el título «Santander recalcitrante», el gremio explicó a los clientes que «a pesar del contundente paro nacional de la semana pasada, el Banco Santander, en una actitud recalcitrante, persiste en el cierre de 100 sucursales, tercerizar la operatoria bancaria para eludir el cumplimiento de las condiciones laborales de nuestra actividad, mientras niega el pago de un habitual bono anual que por derecho corresponde».
Además, denunciaron que Santander «aprieta y extorsiona, condicionando el pago a que cese nuestro rechazo al cierre de sucursales, que afecta la atención al público, y suma a la pérdida y precarización del empleo bancario, en el interminable ajuste que ejecuta, a pesar de la emergencia que atraviesa nuestra sociedad».
Profundización del conflicto
«El nivel de conflictividad no disminuyó y las autoridades del banco se niegan a pagar el bono anual, que es un derecho adquirido de los empleados, y además siguen con la postura de cerrar 100 sucursales en todo el país», detalló Díaz el motivo del malestar de los trabajadores.
Adelantó que, de no mediar una mesa de diálogo entre los delegados de la Bancaria y las autoridades del Banco, «profundizaremos las medidas con la posibilidad de llegar a un paro nacional», dijo.
«Estamos repitiendo la misma medida de la semana pasada en el banco Santander. No hubo ningún cambio en las autoridades del banco, con lo cual vamos a seguir manifestándonos y, si es necesario, vamos a profundizar las medidas para torcer el rumbo de lo que el Banco pretende», aseguró y resaltó: «Tenemos previsto resistir e impedir por todos los medios que esto se concrete».
Díaz, en diálogo con Radio Provincia, explicó que durante la pandemia hubo un avance en el uso de los medios digitales para la atención de los clientes y que, en el caso del Santander, «busca hacer punta en lo que es la atención por esta vía, y utiliza como variable de ajuste al personal», comentó.
Explicó que, de avanzar con el cierre de las sucursales, más de 1.500 personas se quedarían sin trabajo, ya que se encuentra en juego el puesto laboral de 15 trabajadores en promedio por cada una de las 100 sucursales que corren en riesgo de cierre.
«Esto es consecuencia de una mesa de negociaciones que tuvo varias reuniones y durante las cuales no se pudo cambiar la tesitura de las autoridades del banco respecto de estos dos temas principales y que afecta de forma directa a los empleados.
Una es el pago del bono que es un derecho adquirido que se pagó regularmente hasta el año pasado que incumplieron con el pago y este año vuelven a hacerlo argumentando que lo dejan sujeto a la productividad, cuando en el origen este condicionamiento no existe.
El otro es el cierre de sucursales, todo el personal queda expuesto a perder su puesto de trabajo en esa magnitud que estimamos que es de 1.500», recalcó.