Identificada en el pasado como la enfermedad de los pobres, en la actualidad la padecen entre 6 y 8 millones de personas en el mundo, de las cuales 1,2 millón son mujeres en edad fértil.
Identificada en el pasado como la enfermedad de los pobres, el Chagas sigue siendo una amenaza silenciosa para los habitantes de una vasta región de América Latina, que incluye a la Argentina, donde se estima viven cerca de un millón y medio de personas infectada por el parásito, según cálculos de la Organización Mundial de a Salud (OMS).
El Chagas no tiene la visibilidad pública de otras enfermedades que afectan a los sectores urbanos, pero mantiene latente la preocupación y ocupación de las autoridades, del mundo científico y algunas ONGs, que reivindican la utilización de las dos leyes nacionales que existen en la materia: la 26.281, de prevención y control de todas las formas de transmisión de la enfermedad; y la 26.279, de pesquisa neonatal.
Ambas se suman a obligaciones internacionales contraídas por el país por tratarse de una enfermedad endémica presente en varias provincias.
La infección se detecta con un análisis de sangre, el cual se realiza, de manera gratuita, en los centros de salud y hospitales. Dentro de los principales modos de transmisión figuran el de persona gestante a hijo durante el embarazo o el parto y la transmisión vectorial a través del insecto conocido como «vinchuca» o «chinche», cuando están infectadas con el parásito Trypanosoma cruzi (T.cruzi)
La enfermedad de Chagas es endémica en 21 países de las Américas, desde el sur de los Estados Unidos hasta Argentina y Chile, no obstante lo cual, los flujos migratorios permitieron su expansión a zonas donde antes era desconocida, como otras regiones de Estados Unidos, Europa, Canadá, Japón y Australia. En Argentina, las provincias que certificaron la eliminación de la transmisión vectorial por Triatoma infestans (la principal especie de vinchuca de Argentina) son Río Negro, Misiones, Neuquén, La Pampa, Entre Ríos, Jujuy, Santa Fe, San Luis, Tucumán, Corrientes, en tanto que las provincias a certificar son Mendoza, San Juan, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Salta, Chaco, Santiago del Estero y Formosa.
La enfermedad debe su nombre al médico brasileño Carlos Chagas, que en 1909 realizó el primer diagnóstico de la enfermedad, un trabajo que fue profundizado por el sanitarista argentino Salvador Mazza, quien trabajó e investigó en forma incansable en las regiones más pobres del noroeste.
El Ministerio de Salud de la Nación define al Chagas como una infección causada por un parásito llamado Trypanosoma cruzi (T. cruzi), que generalmente no presenta síntomas y sólo 3 de cada 10 personas infectadas desarrollan la enfermedad. En estos casos, puede afectar el corazón o el sistema digestivo.
Asegura además que el Chagas se puede prevenir, tratar y curar si se detecta a tiempo, y además no se transmite a través de la lactancia, ni por convivir, besar, abrazar o tener relaciones sexuales con personas que tienen la enfermedad.
«Argentina sancionó en 2007 la ley que dictamina como obligatoria la realización y notificación de pruebas diagnósticas para todas las mujeres embarazadas, recién nacidos de madres con Chagas y sus otros hijos, así como también el control de las donaciones de sangre y órganos», explicó a Télam Andrea Gómez Bravo, representante de la Fundación Mundo Sano, la principal organización no gubernamental dedicada al seguimiento y tratamiento del Chagas y otras enfermedades como el Dengue, el Zika y el Chikunguya.
El trabajo de la fundación, asegura Gómez Bravo, se vincula y se enmarca en las actuales estrategias regionales y mundiales establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y contribuye con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
«Argentina -explicó- cuenta con importantes institutos de investigación reconocidos regionalmente como son el Instituto Nacional de Parasitología Mario Fatala Chaben y el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular Ingebi-Conicet y en la región es reconocida por tener el laboratorio productor del benznidazol, medicamento indicado para el tratamiento etiológico del Chagas, que cuenta con aprobaciones de agencias regionales de diferentes países y de la FDA de los Estados Unidos».
Fuente: télam