Sucede todos los años en esta época: la postal de Resistencia en los días previos a Navidad es la misma.
Miles y miles de personas volcadas masivamente al centro de la ciudad en búsqueda de regalos, ropa y productos para preparar la cena de Nochebuena.
Esta vez, con la particularidad de que el repentino y sostenido aumento de los contagios de coronavirus de las últimas semanas parece no impactar en la conciencia de la población, porque los protocolos de prevención casi que son nulos. (Ver recuadro)
Si bien ya desde este sábado comenzó a advertirse un movimiento mayor al habitual, fue ayer que las principales calles céntricas se vieron colmadas.
También la masividad se dio en los cajeros electrónicos y en el tránsito vehicular, que se tornó aún más caótico que el resto del año.
Los locales más concurridos -a lo largo de toda la jornada- fueron los de venta de juguetes y regalos; al igual que aquellos de venta de ropa e indumentaria.
En varios de esos comercios llegó a haber largas filas de hasta 20 o más personas que debieron esperar afuera su turno para ser atendidas.
«Hoy (por ayer) trabajamos el doble o hasta el triple que un día, por ejemplo, de la semana pasada», aseguró Carlos, el encargado de un local de la peatonal que vende indumentaria para niños.
«Tenemos algunas promociones y la gente busca precios, pero también es cierto que algunos están apurados y quieren solucionar cuanto antes el ‘trámite’ de comprar los regalos o la ropa que van a usar el 24 a la noche», describió Alfredo, empleado de un local multirrubro de la peatonal.
MOVIMIENTO INTENSO TODO EL DÍA
LA VOZ DEL CHACO recorrió las principales arterias del centro de la ciudad desde temprano y también por la tarde, horario en que se incrementó el movimiento de la gente.
Por la mañana, los más demandados fueron las jugueterías y comercios multirrubro que también ofrecen regalos para niños y artículos para poner debajo del arbolito navideño.
Claro que los locales de venta de ropa se vieron muy concurridos, algo que sucedió en las dos ferias ubicadas en la zona céntrica y el macrocentro de la ciudad (la vieja terminal y el edificio de Las Heras e Illia).
Tras el descanso obligado que impuso la siesta (y los casi 35 °C que se registraron ayer) el movimiento retomó pasadas las 17.
A partir de ese horario trabajaron con mayor intensidad las carnicerías, supermercados y distribuidoras de alimentos, ya que la gente se volcó a comprar lo necesario para la cena navideña.
Aunque el centro volvió a ser un hormiguero, la actividad también se trasladó a los locales ubicados en las avenidas Castelli, Alvear, 25 de Mayo y 9 de Julio, entre otras.
Los cuidados contra el
coronavirus, bien, gracias…
La gran circulación de personas de los últimos días se dio en un marco de enorme crecimiento de los contagios de coronavirus en la provincia y el país.
Sin embargo, la gran mayoría de las y los que se volcaron a las calles a hacer compras pareció no respetar los cuidados preventivos mínimos de la lucha contra el Covid-19.
Así las cosas, pudo observarse que más de la mitad de las personas dejó de lado el uso del barbijo, por ejemplo, y que ya no hace caso al distanciamiento social, dos recomendaciones claves para evitar contraer la enfermedad.
Incluso en algunos comercios ya no se exige tener colocado el tapabocas para ingresar; y otros no cuentan ni siquiera con alcohol-gel o rociadores en las puertas de acceso.
A la espera de la entrada en vigencia del pase sanitario que confirmó el Gobierno será necesario desde el 1 de enero próximo, el relajamiento ciudadano y social respecto de la peligrosidad del virus parece ser el denominador común al menos antes de las tradicionales fiestas de fin de año.