La Argentina sufre una histórica ola de calor esta semana, con temperaturas máximas que se han acercado hasta los 43 °C en el interior superando marcas de más de 65 años en algunas localidades, lo que a su vez provoca récords en el consumo eléctrico, como el que se registró el lunes, y como el que se esperaba durante la jornada de ayer con una demanda de 28.500 MW, según informó la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa). Ante esto, el gobierno nacional decretó la reducción al máximo de la asistencia de los agentes de la administración pública nacional, para el mismo día y durante la jornada de hoy, a partir de las 12, con presentación de servicio mediate teletrabajo en los casos que corresponda. La medida busca reducir el consumo de energía eléctrica en las dependencias oficiales del gobierno nacional. Asimismo, solicitó a las grandes empresas reducir su consumo en ambas jornadas, extremándolo en los horarios pico. También se instó a la población a realizar un esfuerzo solidario para disminuirlo en la medida de sus posibilidades, reiterando un esfuerzo mayor a las grandes empresas que concentran el mayor consumo de energía eléctrica.
Restricción energética
Según el secretario de Energía, Darío Martínez, el aumento de la demanda de energía eléctrica producto del crecimiento de la actividad económica, sumada al incremento asociado a la ola de calor, generan un récord de energía eléctrica para estos días. «Ante tal situación, el sistema eléctrico se verá tensionado», alertó.
«El panorama en materia de distribución no es homogéneo, por eso hemos resuelto apelar a la solidaridad social y a la responsabilidad sectorial y ciudadana, con el claro objetivo de privilegiar a los usuarios y usuarias residenciales», instó. «Para resolver esta situación les estamos pidiendo un esfuerzo solidario de ahorro de energía en estos días, a todos y todas, en función de sus posibilidades y de su capacidad».
El funcionario resaltó que «hemos solicitado a los grandes consumidores de energía que reduzcan su consumo durante estos dos días, y en especial extremen esa reducción en el horario pico. Somos conscientes de que ello implica un esfuerzo organizativo, logístico y empresarial», reconoció.
Martínez explicó que la reducción del consumo de los grandes usuarios permitirá dos objetivos. «Uno es mejorar y aliviar la operación general del sistema, y el segundo reducir la carga sobre los sistemas de distribución, que podrán privilegiar la demanda de los consumos residencial y comercial».
Ante esto afirmó que «sabemos que estamos solicitando un esfuerzo solidario, pero lo hacemos seguros de que el empresariado argentino responderá ante esta circunstancia poniendo el hombro, por lo que desde ya le estamos muy agradecidos».
Seguidamente se dirigió a la población: «También les pedimos que ahorren la mayor energía posible durante estos dos días. Porque un pequeño ahorro de cada uno nos ayudará a todos».
Emergencia
Sin embargo, el consumo energético no es el único problema que genera esta ola de calor. Al clima cálido se le suma la sequedad ambiental por falta de precipitaciones, causada por el fenómeno meteorológico La Niña. El río Paraná, el segundo más importante de Sudamérica, registra su nivel más bajo desde 1945, lo que a su vez complica el abastecimiento de agua. En estas condiciones basta una chispa para que se desate el infierno.
Ayer, según el Servicio Nacional del Manejo del Fuego existían siete focos activos, dos contenidos y dos controlados en diferentes y distantes puntos de la geografía del país, como Corrientes, Catamarca, Tierra del Fuego, Tierra del Fuego, Santa Fe, Neuquén, Salta, Río Negro, Formosa, Buenos Aires, San Luis y Mendoza.
Por esto el Gobierno declaró el miércoles la «emergencia ígnea» en todo el territorio por el plazo de un año, con el fin de adoptar las medidas necesarias para atender «con carácter inminente» el combate de incendios forestales, rurales o de pastizales, la restauración de las de zonas afectadas y la prevención de nuevos focos.
«En virtud del riesgo de superación de la capacidad de respuesta de los medios empeñados en el combate del fuego, la criticidad de la situación y el peligro inminente de una catástrofe ambiental, deviene necesario, imperioso y conveniente proceder a declarar la emergencia ígnea en todo el territorio nacional», dice el decreto publicado en el Boletín Oficial.
El Gobierno se muestra preocupado también por las consecuencias de la escasez de lluvias en el campo argentino, que representa el 9% de la economía del país y es la principal fuente de entrada de divisas. En 2018 se registró la peor sequía en medio siglo, con pérdidas de más de USD4 mil millones.
Es un momento de sequía extrema que lleva dos años consecutivos y de una ola de calor que se viene preanunciando «prender fuego, aunque sea en zonas permitidas, lo cual puede provocar un desastre», advirtió el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky.
Federovisky también se refirió al cuidado del agua: «El consumo promedio de agua corriente en el país es de 350 litros diarios por persona, mientras que el promedio mundial es de 100 litros menos», por lo cual pidió regular su consumo «para que este recurso esté disponible para la hidratación de toda la población».
Un fenómeno con particularidades que llegaría a su fin el lunes
La ola de calor se prolonga por la Argentina, dando muestras de que no es un evento más de altas temperaturas como tantos que se registraron en los últimos años. Varias particularidades hacen que sea un evento extraordinario que está quebrando día a día distintos tipos de récords de temperatura en diferentes puntos del país.
Entre estas particularidades destacan no solamente la intensidad de esta ola de calor en el sentido de las temperaturas extremas que varios días atrás fueron previstas y actualmente se van cumpliendo, sino también la persistencia a lo largo de varios días.
Otro punto notable es la extrema sequedad del aire con la que se está desarrollando el evento, a diferencia de otras olas de calor más húmedas en donde la protagonista es la sensación térmica, y quizás las temperaturas reales no son tan extremas.
La ola de calor presentará su fase final el sábado, generalizándose las marcas de más de 40 °C sobre el centro y norte de la Argentina, con posibles picos llamativos por ejemplo de hasta 43 °C dentro de la provincia de Buenos Aires, y poniendo en riesgo una vez más los récords vigentes.
Desde el sábado se notará finalmente un brusco aumento de humedad en la región central del país, el aumento de nubosidad previsto vendrá acompañado de un calor más húmedo e insoportable, con sensaciones térmicas por encima de los valores reales de temperatura.
Las lluvias y tormentas estarán generalizándose entre el domingo y lunes en toda la franja central del país con la llegada de un frente frío, haciendo descender finalmente las temperaturas extremas de estos días.
pronóstico
en la provincia
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para la jornada de hoy en la capital provincial se espera una máxima de 40 °C, tal como marcó el termómetro el jueves y viernes, con mínimas de entre 35 °C y los 38 °C. Asimismo, el sábado y el domingo se espera que las máximas cedan un poco con 38 °C de máxima y 34 °C de mínima. Con el inicio de la semana, el lunes llegaría alivio con probabilidad de lluvias y tormentas, que se extenderán hasta el miércoles, y temperaturas máximas de 30 °C a 27 °C y mínimas de 22 °C a 25 °C. El miércoles se espera un cielo mayormente nublado, con temperaturas agradables de 29 °C de máxima y 23 °C de mínima.
La Administración Provincial del Agua (APA), por su parte, informó mediante la Dirección de Estudios Básicos, que el fenómeno La Niña, que ya había presentado una fase en la región durante el último trimestre de 2021, persistirá durante enero, febrero y marzo. Es decir que para el Chaco se estiman precipitaciones normales en la región Central y Oeste e inferiores a lo normal para el Este.
En coincidencia con los servicios meteorológicos de cada país que indican que en la Cuenca del Plata existe el 50% de probabilidad de que las lluvias sean superiores en Brasil, siendo normales en Paraguay e inferiores a lo esperado en la Argentina. Este porcentaje es del 60% en el Norte de Sudamérica.
El SMN prevé temperaturas un 45% superiores a las normales.
Debido a que el año anterior tuvo un comportamiento variado de excesos y déficit de precipitaciones sin recuperación sostenida de caudales, los ríos no alcanzaron a recuperar sus niveles. Especialmente el río Paraná, que aún mantiene características de bajante extraordinaria.