Desde la Fundación Libera Chaco, dedicada al rescate de caballos utilizados en la tracción a sangre, señalaron las demoras y burocracias, para avanzar en la sustitución de este ya arcaico sistema. Su referente Romina Cura, en contacto con Radio Nacional Resistencia, dimensionó que todavía existen en circulamiento en Resistencia más de 500 carros, mientras que estiman que solamente dos de cada 10 caballos reciben buenos cuidados.
Estas afirmaciones se basan en la tarea diaria que realizan en la fundación, en la que día a día se encuentran con animales en muy mal estado, lo que queda documentado en las redes sociales de la fundación con imágenes muy fuertes, pero que reflejan la situación en la que reciben a los animales.
Pero también se puede ver como los cuidados y buenos tratos logran milagros. Sin embargo esta titánica tarea de recuperar a los equinos, es onerosa, y se sostiene gracias a la sociedad, que según afirma Cura, cada vez va tomando más conciencia sobre los derechos de los animales.
A modo de presentación, Cura recordó que «ayudamos a caballos maltratados, la mayoría son de lo que se conoce como la tracción a sangre, es decir los carros para decirlo en criollo. Somos una ONG sin fines de lucro, por ende todas las donaciones que podamos recibir son sumamente bienvenidas, porque mientras los caballos están a cargo nuestro, los alimentamos y le damos la atención veterinaria, hacemos tratamientos que en algunos casos llevan muchos meses, indicado por nuestros veterinarios y por los especialistas en las diferentes patologías con las que nos encontramos todos los días».
Respaldo popular
Desde esta fundación hace tiempo vienen impulsando legislaciones que permitan un cambio de paradigma. «Nosotros en 2016 presentamos una ordenanza al municipio, que nunca se reglamentó, en 2019 se hizo una consulta popular en las elecciones generales, para que todos los vecinos de Resistencia emitan su opinión, si estaban de acuerdo en que el 1% de los impuestos que cobra el municipio sean destinados a este programa de sustitución de tracción a sangre, hubo una cuestión judicial, que hace poco más de dos meses el Superior Tribunal de Justicia, nos permitió poder difundir los resultados de esta consulta», recordó las trabas que se impusieron mediante un recurso de amparo.
Con los resultados en mano, Cura afirmó que «54 mil personas dijeron no a la tracción a sangre y si a que se destine ese impuesto para empezar a que haya un cambio, que no deje a afuera a nadie», indicó el apoyo de la comunidad.
En otro sentido, la rescatista destacó: «Entendemos que la tracción a sangre no solo implica el maltrato hacia los caballos, sino que también significa trabajo en negro, trabajo infantil, es imposible salir al centro y no ver menores conduciendo el carro, son muchas aristas, que por lo menos con la fundación ponemos sobre la mesa».
Al tiempo que reconoció: «No nos podemos ocupar de todo, nos ocupamos de darle una segunda oportunidad a los caballos, pero somos conscientes que hay mucha gente que a través de las changas se gana su plato de comida para llevar a la casa».
En medio de estas situaciones, para Cura la intervención estatal es fundamental: «Necesitamos un estado mucho más presente, tanto en el ámbito provincial como municipal para darle respuestas también esas personas», reconoció.
Al mismo tiempo que señaló: «Estamos en el siglo XXI y todavía en Resistencia hay en circulación más de 500 carros, es muy contradictorio».
Ante lo cual reiteró: «Siempre dejamos en claro desde la Fundación que no estamos en contra de los carreros que los tienen bien a los caballos que los cuidan, porque obviamente de 10 carros hay dos que los caballos están bien cuidados, lo reconocemos, pero la problemática nuestra es que todos los días nos topamos con caballos que están muy maltratados».
«Solo por dar un ejemplo, ayer nos dieron aviso de un caballo que aparentemente tenía una herida de bala cerca de la boca, y no, era el freno que le ponen, los lastima tanto que le generó toda una infección en la boca, que nunca lo curaron», ilustró un caso. «Es como muy complicado el día a día, y muy sensible. Pero hay que avanzar para que haya un cambio, alguien lo tiene que hablar, y hay que decirlo, y encontrar en conjunto soluciones que favorezcan a todos en esta cuestión que viene hace años», instó.
Por otra parte describió los recursos que se requieren para poder realizar esta tarea. «Más allá de lo que cuestan los medicamentos, no es lo mismo vacunar a un perro que en promedio tiene 15 kilos que a un caballo que tiene 300 kilos. Entonces la medicación es cara, darle de comer también es caro, Resistencia creció mucho y los barrios quedaron sin terrenos, donde largar a los caballos para que pasten, y un fardo de alfalfa, obviamente que cuesta plata, que hay que invertir y que hay que ser un poco consciente», consideró.
Al tiempo que recordó que el trabajo que realizan también es de visualización, información, educación y concienciación: «Hace algunos años el caballo era solo una herramienta de trabajo, pero creo que fuimos evolucionando, y hay que entender no es solo mi herramienta, sino un ser vivo, que me ayuda a comer o tener otro tipo de ingreso».
Sin embargo no solo los propietarios de los animales tienen la responsabilidad en sus cuidados. Cura explicó que «también hay otros casos en los que los vecinos y vecinas contribuyen y son cómplices cunado pagan una changa y ven que el caballo está sumamente maltratado y lo hacen llevar escombros, la basura, que no va a lugares indicados, sino que va a parar a los basurales a cielo abierto que en Resistencia hay cientos».
«Entonces el municipio puede tardar y ser muy burocrático cuando uno llama para solicitar el servicio de los escombros o retirar ciertos residuos, pero hay que insistir, para algo se pagan los impuestos y para algo hay que hacerlo cumplir. Por eso también hay que enseñar a que los vecinos no sean cómplices de eso, más cuando los animales muy maltratados», explicó.
La solución: un Estado y sociedad presente
En cuanto a las herramientas con la que cuentan, se encuentran las legislaciones y normativas encuentran las normativas. «Por lo menos a nivel provincial, el Chaco tiene muy buenas leyes y ordenanzas municipales, que son aplicables, no son penales, porque hay una sola ley a nivel nacional que es penal, pero si puede implicar cierto tipo de multas, y cuando uno le tocan el bolsillo es una cuestión disuasoria, pero para eso necesitamos también que la justicia, que forma parte del estado, también se involucre un poco más», demandó.
A modo de ejemplo comentó: «Nosotros tenemos el acompañamiento de la jueza de faltas Marcela Cortez, a quien le corresponde la mitad de lo que es Resistencia en el juzgado de faltas provincial. Pero así también tenemos a su colega Luis Eudardo Dellamea, corresponde al Juzgado del barrio Güiraldes que tiene otra jurisdicción más amplia, hace unos meses atrás, devolvió a los maltratadores, una yegua preñada que estaba portando entre 30 a 35 postes de tres metros de largo, esa es la justicia también, son las dos caras, tenemos una jueza que acompaña y siempre piensa en resguardar al animal y después seguir investigando la causa o el motivo, después tenemos jueces que devuelven el animal a los maltratadores, es como que te roben el celular y la tenencia provisoria le den al acusado».
También incluyó a los dirigentes políticos «hace falta un montón porque todavía no se puede llegar a ningún lado porque hay falta de voluntad política, hemos conversado con todos y todas los que han pasado por cargos que tienen la decisión o el poder para empezar a hacer algo y la verdad es que no se ha llegado todavía a buen puerto».
No obstante, destacó: «Trabajamos muy bien en conjunto con la policía rural, que está a cargo de los Comisarios Núñez, el comisario Sosa, a la que también asistimos a través de los recursos que nos dona la gente a nosotros, porque les falta un poco de presupuesto. Entonces, siempre decimos que las ONG existen porque que hay una ausencia del estado, porque si no estas organizaciones que ayudan a personas o animales no existirían», aportó.
«Hace 10 años que estoy en esto y a nivel conciencia de la sociedad, más allá de que siguen habiendo actos de totalmente crueles contra animales, de cualquier especie, creo que hemos evolucionado y que la gente tiene un poco más de conciencia. Y en lo que respecta a la tracción a sangre creo que hay muchísima más conciencia, que también nos ayuda, pero la gente tiene que ayudarnos, ir a la comisaría, denunciar», alentó a involucrarse y dejar la indiferencia.
«Es un trabajo en red, cuando rescatamos un caballo es porque se unieron las mismas fuerzas, de un montón de gente que hace el animal pueda estar con nosotros y tenga esa segunda oportunidad», finalizó.