La empresa Ecoqiru nació hace poco más de un año en la localidad de Margarita Belén en la provincia del Chaco. Es una unidad de negocio dentro de la firma «Autopiezas NEA S.R.L.» que lleva en el mercado 6 años. Ésta última es el primer desarmadero de autos legal de la provincia. Su tarea es desmembrar al vehículo que tiene destrucción total por accidentes para recuperar 30 piezas del automóvil que luego son reintroducidas en el mercado automotriz como repuestos usados. El resto es desecho que debe ser destruido.
Desde el desarmadero se ocuparon durante los últimos 5 años de vender los excedentes como aluminio y chapa o metal a mercados que se encargan de transformarlos. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con los plásticos. Advirtieron desde la empresa que la industria tradicional excluye todos los plásticos que tienen tintas, que están impresos o que son mezclas de plásticos, es decir se excluye la mayoría de los plásticos post-consumo.
Así fue que nació Ecoqiru («qiru» en quechua significa «madera»), para otorgarle un uso sustentable al material plástico que generaba «Autopiezas NEA S.R.L.» como así también a los desechos plásticos de las empresas y los hogares. De esta forma contribuyen a disminuir la contaminación desmedida colaborando además con el medio ambiente.
«Somos empresarios comprometidos con el medio ambiente, tratamos que cada decisión tomada tenga el menor impacto posible», así se define la firma que crea madera plástica a partir de desechos y fabrica macetas, sillas, tablas, decks, tirantes.
TRABAJO
ARTICULADO
Las primeras producciones se realizaron utilizando la materia prima que provenía del desarmadero de autos, pero más tarde advirtieron que solo eso sería insuficiente. Es por ello que hicieron convenios con organizaciones sociales, voluntarios ambientales, empresas del medio para hacer un canje. «Estas organizaciones nos dan el plástico, nosotros con una quita del proceso de producción, le damos puntos y esos los pueden canjear por productos nuestros», detalló José Álvarez, Socio Gerente de «Ecoqiru».
A diferencia de la madera natural, la «madera plástica» no se quiebra, no la afecta la humedad, hongos o insectos. Estas características le otorgan una mayor durabilidad y menos mantenimiento logrando, así, un ahorro considerable de dinero y tiempo. Los productos duran de 50 a 100 años.
«Nosotros no solo recuperamos los plásticos que desechamos de las autopartes sino que gracias a los convenios podemos reutilizar todo lo que sea plásticos desechados por las empresas, las recolecciones diferenciadas que realizan las organizaciones no gubernamentales», señaló José Álvarez.
PRODUCCIÓN ECOLÓGICA
Los costos de producción y la inversión primaria en este mercado casi desconocido en esta zona del país, son elevados. Sin embargo, tal y como lo reconoció Álvarez, la decisión de emprender en este proyecto jamás decayó. «Nosotros somos empresarios hace 20 años. No somos sabios de los mercados pero el mercado del reciclaje es la vanguardia. Todo lo que concierne al cuidado del ambiente es el futuro. No existe otra posibilidad.», reflexionó José Álvarez.
Enfatizó que el proceso de conciencia y cuidado del ambiente «puede ser lento» por cuestiones «culturales» pero entiende que es el proceso al que se encaminan las nuevas generaciones.
MERCADO SUSTENTABLE
Toda la producción de la empresa se comercializa a través de páginas web, en Mercado Libre y también en redes sociales. El público es diverso. Existen compras menores destinadas al hogar como sillas o a la jardinería como macetas y también decks para la fabricación de pisos. Otro mercado es el que demanda tablas y tirantes.
La sustentabilidad y conveniencia económica de la madera se da en diversos puntos. Entre ellos, la reducción de la huella de carbono porque reutiliza el 98,5 % de los desperdicios de su proceso de producción; genera un ahorro de 12.000 millones de litros de agua (5300 piletas olímpicas) y 40 millones de kilos de plástico, entre otros aspectos sustentables.
El uso de la madera plástica es ideal para apoyar las políticas de sustentabilidad de las empresas: no sólo es un material 100% reciclado, sino que, una vez que cumple su ciclo de vida, que ya de por sí toma muchos años, el material puede reciclarse y usarse para crear nueva madera plástica.