«Impuesto rosa» es el nombre con el que se conoce al hecho de que las mujeres paguen más que los hombres por el mismo producto. Es un concepto que nació en Estados Unidos en la década del ‘90 bajo el nombre de «pink tax», su traducción en inglés.
En la Argentina, esta diferencia de precios del mismo producto entre sus versiones masculina y femenina está o estuvo presente en los últimos años en al menos 14 productos. En 2022, la diferencia que pagan las mujeres respecto de los hombres es del 12%, un punto porcentual más que la que pagaban en 2021.
El dato surge de un informe de la consultora Focus Market en la previa del Día Internacional de la Mujer. La firma relevó 515 puntos de venta que comercializan 14 productos. Toma los mismos bienes desde 2018.
Por ejemplo, una afeitadora celeste vale $71. En cambio, una rosa y con etiquetado orientado a las mujeres cuesta $79, un 11% más.
Más ejemplos: una diferencia del 8% en las colonias infantiles ($522 para niñas y $485 para los niños) y del 20% en perfumes (menos mililitros por el mismo precio en la versión femenina de la misma fragancia).
En cambio, en el ibuprofeno -un bien diferenciado en cuestiones de marketing en las versiones que apuntan a aliviar los dolores menstruales- la diferencia es del 0%. Esto quiere decir que vale lo mismo esta edición que todas las demás.
«En los últimos años las diferencias de precios que pagan hombres y mujeres por las mismas categorías y tipología de productos se mantuvieron estables», explica Damián Di Pace, director de la consultora.
Sin embargo, advierte, las opciones para las mujeres también se han ampliado en la oferta en el mercado «disminuyendo el impacto de sesgo diferencial del color rosa tanto en la decisión de compra en la demanda femenina».
En otras palabras, ya no hay tanta preferencia por los productos etiquetados puntualmente para las mujeres como antes. De hecho, suelen ser el mismo producto, como en el caso de las afeitadoras o del ibuprofeno.
«El mercado va resolviendo el diferencial en forma gradual y lenta pero avanzando hacia un mayor equilibrio en el fenómeno en el mercado local», añade Di Pace.
Según el informe, las mujeres argentinas vienen pagando una diferencia de precio promedio del 12% durante los últimos cinco años, con respecto a productos de similares características e idénticas funcionalidades destinados a los hombres.