Por medio de un documental, un joven trabajador audiovisual de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) investiga sobre los orígenes africanos en Misiones y su influencia en la cultura regional. Lautaro Contepomi, junto al productor Benjamín Correa, buscan develar la existencia de rasgos afro en los orígenes de una provincia «europea». A partir de un convenio recientemente rubricado, desde la Unne se respalda el trabajo y se acuerda incluso desarrollar proyectos en el ámbito académico, de investigación, extensión, transferencia tecnológica, actividades de voluntariado, entre otros. «Samba Tu É» es el nombre del largometraje documental de aproximadamente 90 minutos con la investigación, el guión y la dirección de Contepomi y la producción de Benjamín Correa. Tras varios años de intenso trabajo, en las próximas semanas comenzaría el rodaje, a partir del financiamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, luego de que el proyecto obtenga el subsidio Vía Digital, así como también uno otorgado por el Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones.
«Y el apoyo de la Unne viene a sentar un precedente sumamente importante para el inicio de un trabajo en conjunto, que aspira además a abrir nuevos horizontes culturales y nuevas formas de vinculación con la sociedad. Y estas maneras de producir son fundamentales para el desarrollo de la industria de un cine realmente federal y regional», dijo Lautaro agradecido a la institución, por el convenio marco de cooperación que se firmó en diciembre pasado con la Secretaría General de Extensión Universitaria de la Unne, donde se desempeña hace tres años. En ese marco, los audiovisualistas y su productora recibirán el apoyo técnico del Centro de Producción, Experimentación y Capacitación Audiovisual (Cpeca) de la Universidad del Sol. La motivación de Contepomi para esta producción fue inicialmente musical. Egresado de una carrera audiovisual y amante de la música, este joven que nació en una ciudad envuelta por el eco de tambores y diferentes manifestaciones culturales enriquecidas por la diversidad étnica, descubre la influencia afro y siente el deseo de investigar y reflejar esa realidad en una producción suya. Ante esta revelación de la existencia de negros en Misiones desde tiempos coloniales, y de su invisibilidad actual, comienza una búsqueda que lo ayude a saber más. Y aparece allí la motivación personal. «Una tía me cuenta que mi abuelo hablaba de los carnavales de comienzos de siglo XX con fuerte participación de negros y mencionaba un cuadro, aparentemente muy famoso, de un escritor y artista plástico: Areu Crespo, quien retrató los carnavales posadeños de la década de 1.940. En el cuadro, -según mi abuelo- se ven negros bailando y tocando tambores», relata en el dossier del largometraje.
Ojos celestes, sangre africana
Pero en la búsqueda de ese cuadro, Lautaro se topó con una revelación que lo ahonda más en el tema, y esas fotos de su niñez tocando tambores hechos de latas de dulce de batata y de baldes plásticos pintados de muchos colores. «Mi bisabuelo Fernando era africano», cuenta este misionero y en sus ojos celestes se puede advertir el orgullo que también se siente en la voz. Contrario a lo que indica su tez blanca y cabello rubio, en sus raíces hay sangre «negra». La «noticia» lo emocionó y lo alentó a seguir. «Como una road movie por el territorio misionero», cuenta, con palabras de cineasta, se abrió paso a una investigación que le permitió hablar con etnomusicólogos, historiadores, periodistas y músicos a través de cuyas charlas «los negros y su influencia en la cultura regional emergen como una presencia que se resiste a abandonar el territorio que habitaron y siguen presentes en nuestras vidas cotidianas, aunque las políticas de blanqueamiento han intentado borrarlos de la historia», dice Lautaro. Con el largometraje, «intento devolverle vida a un pasado que buscaron enterrarlo por más de tres siglos, y que mediante insistencias ancestrales asomaron lentamente».