Las lluvias del pasado martes fueron sin dudas un alivio para la región que sufrió su ausencia por prácticamente tres meses, y abrieron una ventana de esperanza para la temporada que se acerca. Radio Facundo Quiroga consultó al especialista hídrico, Hugo Rohrmann, para conocer que deparan los próximos meses en materia meteorológica.
«La herramienta que mejor está representando el acontecer de las lluvias en los últimos tiempos es las perspectivas trimestral que todos los meses actualiza el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que está indicando, para el Chaco, dos escenarios de algún modo distinto: para la parte este con lluvias por debajo de lo normal, y la parte central al oeste de la provincia las perspectiva de marzo a mayo, están indicando valores normales de lluvia que de algún modo se están registrando también durante el verano», expresó.
En este sentido aclaró: «Esto es un balance que se hace a lo largo de todo el mes y contabiliza, se compara con el promedio y se sabe si está cumpliendo o no, pero los últimos tres meses que fueron de diciembre a febrero se cumplió a rajatabla, o sea que todo el sector este de la provincia llovió muy poco y en coincidencia también en Corrientes, Misiones se dio exactamente así con todos los incendios por todo el mundo conocidos».
En este sentido, Rohrmann explicó: «Independientemente de situaciones muy variables en el espacio, que en algún lugar le llueve en demasía y en otros muy pocos, en líneas generales la mejor herramienta para visualizar que viene de las precipitaciones hacia adelante es este informe».
«Mencionado esto es auspicioso que en un lugar que durante tres meses llovió 70 mm que en una sola lluvia se llegue a 70, 80 a 90 mm no deja de ser una buena señal, que la despedida, porque ya estamos entrando en marzo y abril, de la temporada de lluvia, puede comenzar a normalizarse. Vamos a ver si eso es así o no», indicó.
En cuanto al rápido escurrimiento que se dio, el especialista destacó: «Está claro que la tierra está muy seca, que todos los espejos de agua están muy bajos, lo que vimos con esa imagen de la laguna Francia prácticamente seca, tras esta lluvia permitió que se recupere, entonces todos los sistemas estaban necesitando agua, por lo tanto absorbe rápidamente».
Además recordó: «Estamos en un contexto de una sequía regional en la cuenca del Paraná, creo que es eso es lo que está gobernando de algún modo el acontecer de las precipitaciones en zona marginales como es el Chaco y Formosa porque la sequía está muy instalada en el centro de la cuenca del Paraná en lo que es Misiones, en la cuenca del Iguazú, arriba de Itaipú, al sur de Brasil y nosotros de algún modo estamos a merced de esta situación».
«Por eso digo que es muy auspicioso que haya ocurrido una lluvia como la pasada, y que el sector central y oeste de la provincia de algún modo tengan lluvias normales», resaltó.
«Eso se refleja también en un contexto de sequía de la cuenca del Paraná que la zona oeste del país, las cuencas del Bermejo y Pilcomayo normalmente y este año no es una excepción, llueve y bastante, por eso de algún modo la influencia se siente en el oeste y en el centro», aportó.
Variabilidad
Otra cuestión que explicó el especialista tuvo que ver con los diferentes registros que se obtuvieron en distintas partes de la ciudad durante la última lluvia. «Claramente cuando hay demasiados chaparrones y tormentas hay mucha variabilidad y en poca distancia puede haber una gran variación. En mi casa, en villa San Martín, medí 100 mm y la jefatura que está en la 25 de Mayo, o el campus de la facultad estaban en el orden de los 70 mm o 80 mm, es muy probable que suceda en este tipo de tormenta, y es algo que se estudia justamente la alta variabilidad de la lluvia con espacio de tiempo que tienen una influencia muy definida en los sistemas de desagües pluviales, porque una cosa es que llueva 60 mm y otra 100 en corto período de tiempo que pone en crisis los desagües pluviales», reconoció.
Y continuó ejemplificando: «El sistema de telemedición sobre la cuenca del río Negro que tiene la Administración Provincial del Agua, y refleja eso, la obra de control en Martín la lluvia fue de 70 mm, en la laguna Ávalos, atrás del Regatas, estuvo arriba de los 100, y en otros lugares, en 80mm es una variabilidad totalmente posible en situaciones como esta. Y ya se dio esto en otras ocasiones claramente».
dos escenarios
Por otra parte, el especialista analizó las perspectivas a futuro: «En líneas generales dividiría la provincia dónde, si los pronósticos realmente se cumplen, las precipitaciones normales se dan, se va a entrar al otoño e invierno con una buena humedad en los suelos porque eso ayuda a lo que es la ganadería».
«Ahora, en el contexto de la bajante general que está teniendo el río Paraná eso ya no alcanza, se necesita lluvias por encima de lo normal para que el Paraná recupere el nivel de sus aguas a nivel medio por lo menos, y eso no está pronosticado», resaltó.
Al tiempo que dijo: «Por otro lado termina la temporada de lluvia. Ya hay que mirar con esperanza la próxima temporada de lluvia, a partir de septiembre para ver si se normaliza, termina el fenómeno de la niña o sea que desaparece otro de los factores de poca precipitación, y también uno recuerda que hace 50 años se dieron tres años consecutivos muy similares entonces esperamos que para el cuarto se recupere».
A modo de reflexión final, Rohrmann expresó: «Creo que es un sello de la lluvia en la provincia, la alta variabilidad entonces la gran pregunta es por ejemplo el sector agropecuario se acomoda a esa alta variabilidad que da en líneas generales que el 50% de los años la lluvias acompañan los requerimientos del sector agropecuario y el otro 50% no, entonces evidentemente eso está reflejando de algún modo ese compartimiento tan particular de la lluvia».
Aconsejan esperar «para definir posibles estrategias de restauración» en el Iberá
. Claudia Luna, especialista en Silvicultura de la Unne, se refirió a las posibilidades de recuperación de los ambientes afectados por los incendios en Corrientes. Indicó que no es aconsejable una estrategia de «restauración inmediata», sino que debe esperarse cómo reacciona el suelo y la vegetación, y luego definir qué acciones implementar para «ayudar» en la recuperación de la estructura y funcionalidad de los ecosistemas.
Destacó estrategias en otros países de «diversificación del paisaje» para reducir la incidencia de estas catástrofes.
Los incendios en la región, y en particular en Corrientes, afectaron amplias zonas de bosques nativos y superficies forestadas, totalizaron casi un millón de hectáreas afectadas.
Las lluvias de los últimos días y la labor de cientos de bomberos y brigadistas llevaron a que en la actualidad estén prácticamente contenidos los focos ígneos, por lo que se empieza a posar la mirada en cómo quedaron esos ambientes y las posibilidades de que recuperen su funcionalidad.
Para conocer qué estrategias podrían implementarse para «facilitar» o ayudar en la recuperación de los ecosistemas y zonas productivas afectadas, el departamento de Comunicación Institucional del Rectorado de la Unne dialogó con la doctora Claudia Luna, docente de la Cátedra de Silvicultura de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Unne e investigadora del Instituto de Botánica del Nordeste (Ibone-Conicet).
«La recuperación de los bosques, sobre todo nativos, se vuelve mucho más difícil cuando el cambio climático estresa al bioma. Por lo que intentar restaurar un bosque después de un gran incendio es mucho más difícil», resaltó para exponer la dimensión del impacto del fuego sobre los ambientes naturales.
Luna habló de las estrategias
de restauración ecológica
«La restauración no siempre recupera la composición y estructura del ecosistema previo, ya sea por limitaciones del conocimiento, o porque las condiciones actuales han cambiado y pueden definir una trayectoria de recuperación diferente, dando lugar a un ecosistema alternativo», resaltó.
En esa línea, opinó que un objetivo realista de restauración ecológica es fomentar las condiciones que permitan la existencia de un ecosistema propio de la región; en la que se encuentra el área alterada, a través de proveer hábitats y características funcionales necesarias, para mantener la dinámica del ecosistema original.
La restauración ecológica se lleva adelante a través de acciones concretas tales como: detener o menguar la ocurrencia de los eventos que originaron la alteración, recuperar la flora y fauna nativa de los ecosistemas, promover la sucesión ecológica o dinámica local estimulando la regeneración natural, reponer procesos y funciones ecosistémicas, y fomentar acciones de auto-recuperación que permitan al ecosistema sostener su recuperación en el tiempo.