La trágica decisión que tomó una adolescente de quince años, al quitarse la vida por el incesante hostigamiento que sufría en las redes sociales, se agrega a la cruel estadística de un flagelo que no para de crecer: siete de cada diez chicos sufren todos los días algún de tipo de acoso y ciberacoso en nuestro país. Así lo reveló un estudio de la ONG internacional Bullying Sin Fronteras para América Latina y España.
De acuerdo a las «Primeras Estadísticas Mundiales de casos de Bullying», desarrolladas por la ONG, la Argentina se ubica entre los países con más episodios en el mundo, al totalizar 14.800 casos (contra 12.300 del último informe): «Ha tenido un crecimiento del acoso escolar o bullying y del acoso cibernético o ciberbullying en los últimos cinco años», se indicó.
Fabiola tenía quince años. Oriunda de Valle Fértil, en la provincia de San Juan, se suicidó por el sufrimiento que le provocaba el ciberbullying en Facebook e Instagram, por parte de chicos y chicas de su zona.
El fiscal Ivan Grassi ordenó la autopsia y secuestró el teléfono celular de la adolescente. Además, trascendió que en una carta, la víctima dejó un mensaje de despedida. En ese texto se establecería el ciberbullying como motivo de la fatal decisión.
Según el abogado Javier Miglino, fundador de la ONG, el ciberbullying crece en Facebook, Instagram, WhatsApp y Twitter. «A la par del crecimiento sostenido del bullying, cada vez se reportan más casos de hostigamiento y abusos en las redes sociales. Hay legiones de trolls pagos y de trolls que solo atacan por pura maldad y que no discriminan entre menores y mayores», sostuvo.
«Esos verdaderos asesinos sin rostro son responsables de más de 200.000 muertes al año, entre niños y adolescentes en todo el mundo», dijo Miglino, experto en Derechos Humanos y Protección de la Niñez.
Para el experto, «ya no ocurre como antes, que padecían acoso escolar aquellos con mayor rendimiento escolar o atributos físicos. Ahora cualquier motivo es una excusa para el bullying y para dañar, recibiendo las víctimas golpes, amenazas, burlas y ciberacoso en las redes sociales por la sola publicación de una imagen».
En el caso de la Argentina –explicó- se da «un particular fenómeno con los niños y muchachos, diferente a lo que ocurre con las niñas y las chicas. Con los chicos de entre 6 y 17 años, el pobre rendimiento en las actividades deportivas es motivo de bullying, porque en general los acosadores toleran mejor a un compañero con buenas notas que al que no juega bien al fútbol o al vóley»
Entre las chicas, la belleza suele ser un factor de agresión e incluso de actos de violencia. «Es increíble, porque en países como los Estados Unidos, Francia, España, México y Brasil, ser bella es motivo de distinción en la clase y en la escuela, tanto para niñas como para las chicas más grandes».
El reggaetón, en la mira
Para el letrado, «el reggaetón y sus letras» es otra peligrosa chispa. «Alaban el papel del matón y de la chica sexy y accesible. Y eso tiene consecuencias violentas que influyen en forma significativa en el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes».
«En esta concepción –añadió- llamar ‘matón’ o ‘sicario’ a un joven es visto como algo bueno y a partir de allí, la violencia se desborda. En el caso de las chicas, llamar ‘mamita buena’ a una señorita también es visto como algo positivo, al menos al principio, para desencadenar luego, verdaderas espirales de celos, violencia y agresiones de todo tipo».
Un dolor inabarcable
«No tenemos paz ni consuelo. Pido justicia. Sufrió bullying y eso la llevó a tomar esa decisión. Ella nunca me dijo, pero sus amigos me contaron que se le reían porque era flaquita, cuando salía a caminar, y después me enteré lo de la página esa. Quiero que, si son menores, los padres salgan a dar la cara. Ese día me fui a trabajar, le di un beso y esperó a estar sola para tomar esa decisión», afirmó Angélica Ortiz, la madre de Fabiola.
«No me la conteiner 22» sería -según afirmó Miglino- el perfil de Instagram al que la investigación apunta por haber publicado mensajes descalificativos y burlas sobre la chica.
En Valle Fértil, el martes se realizó una marcha para pedir justicia por la muerte de Fabiola. «Esto va a seguir sucediendo si nadie hace nada. No quiero que haya más chicos como mi hija, que ahora la tendré que visitar en el cementerio», indicó Angélica.
«Era una flaquita hermosa. Se burlaban porque era delgada y siempre se rellenaba. No me contó que le hacían bullying. Yo la defendía como leona, pero me decía: ‘mami, no digas nada’», agregó.
«Había veces que la notaba triste y le preguntaba qué le pasaba. Una vez vino triste y me dijo ‘andan diciendo que estoy embarazada’ porque ella había puesto en el estado la panza de la hermana y de ahí empezaron los comentarios. Estuvo una semana mal», explicó Ortiz.
Fuente: Diario Popular