«La evolución de los precios de los animales seguirá condicionada a este desequilibrio, dificultando que los precios récord actuales puedan alcanzar un plafón más alto», señaló un reciente informe.
En los últimos dos años, el precio de la carne al público ha venido corriendo desde atrás a las cotizaciones del mercado de hacienda, comprimiendo los márgenes comerciales. Esto supone un freno para la manifestación de valores más acordes a la relación histórica entre oferta y demanda.
El sitio especializado Valor Carne realizó un análisis en base a una serie de precios de la hacienda y de la carne al público que «persigue entender la sustentabilidad de aquéllos o la posibilidad de tomar posiciones más altas».
Observando los valores del trimestre febrero-abril de 2015, se determinó que a lo largo de esas doce semanas, ambos registraron una notable estabilidad nominal, a pesar de la inflación del 25% anual vigente entonces, lo que indica que la relación entre ambos era equilibrada.
Los marcados aumentos en las cotizaciones de los novillos de consumo del último trimestre de 2020 llevaron a marcar precios récord históricos en febrero de 2021, repetidos en mayo y luego en junio, y vueltos a superar en diciembre pasado. En las últimas semanas, se observó nuevas marcas máximas.
En forma simultánea, la demanda de los consumidores se ha rezagado en la convalidación de los nuevos valores, en el marco de una recesión notable en 2020, por la pandemia, de la que el país no se ha recuperado del todo, y la política económica aplicada.
Esto significó que el sector comercial -industria consumera, matarifes, carniceros- no ha podido reflejar en los precios al mostrador los nuevos costos de su materia prima principal y haya estado trabajando con márgenes considerablemente inferiores a los que se considera «de equilibrio».
«Inclusive, la base que tomamos no refleja exactamente la situación de los años posteriores, ya que la desvalorización del recupero y la recaudación mayor de impuestos, al menos durante la administración anterior, pusieron más presión sobre dichos márgenes», apuntó el informe.
En estos dos años, el desfasaje promedio fue de 10% y sólo en forma aislada se pudo cerrar la brecha hace un año, situación que no se ha repetido.
Para quedar neutralizados, los precios en el mostrador deberían aumentar 17%, o los de la hacienda bajar algo similar o encontrarse en algún punto intermedio. No creemos que ninguna de estas alternativas sea posible en el corto plazo.
«La evolución de los precios de los animales seguirá condicionada a este desequilibrio, dificultando que los precios récord actuales puedan alcanzar un plafón más alto».