Hoy es el Día de promoción de los derechos de las Personas Trans en recuerdo a Claudia Pía Baudracco, impulsora de la Ley de Identidad de Género , quien falleció en el 2012 sin poder ver reconocido el derecho por el que tanto luchó.
Nacida en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, Claudia Pia Baudracco desarrolló su activismo en todo el país y fue clave para la articulación de un movimiento nacional de personas trans, y en el impulso de la primera ley de Identidad de Género en el mundo que reconoció la identidad autopercibida de mujeres y varones trans sin condicionantes médicos ni psiquiátricos, despatoligizando a las identidades de género trans.
Las huellas de Claudia Pía en la comunidad trans
Su muerte temprana le impidió gozar del derecho por el que tanto había luchado, y nos dejó la
Claudia Pia Baudracco fundó diversas organizaciones que nuclearon a personas trans y lograron así visibilizar su comunidad e impulsar los reclamos urgentes de un colectivo históricamente marginado.
Ya en 1993 fundó la Asociación de Travestis, Transgéneros y Transexuales de Argentina (ATTTA) desde donde lideró las acciones para la derogación de los Códigos de Faltas y Contravencionales de distintas provincias, herencia de los edictos de la dictadura militar y persecutorios de las trabajadoras sexuales.
En los últimos años fue miembro y referente de en la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans (RedLaCTrans), desarrollando un amplio trabajo regional y nacional.
Claudia contribuyó activamente a la campaña para la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario durante 2009 y 2010 y fue una muy activa militante por la ley de Identidad de Género; fue parte del debate en Comisiones en la Cámara de Diputados de la Nación y encabezó la gira de difusión de la campaña pública que la ATTTA y la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans desarrollaron para apoyar la aprobación de la ley.
Murió apenas un mes antes de su sanción en mayo de 2012, sin el DNI que reconociera su identidad, acaso como otro lamentable reflejo de la discriminación que la acompañó hasta el final. Su temprana muerte a los 41 años marca todo lo que falta para que las personas trans puedan vivir una vida digna, sin discriminación y plena de derechos.
Los avances normativos de los últimos años abren nuevas perspectivas pero, para el pleno goce de estos derechos y la conquista de muchos otros, son necesarias políticas públicas que acompañen los cambios socioculturales y simbólicos y el entendimiento y responsabilidad por parte de la sociedad y los medios de comunicación.
Claudia decía: «Si hubiera podido elegir, no hubiera elegido ser discriminada pero sentí muy fuerte la expresión de género y así lo manifesté y por suerte me saqué una gran mochila, que era la de cumplir con las pautas sociales y no ser feliz. Hoy digo que con tanta represión, con tanta tortura, igualmente volvería a nacer trans porque así soy feliz».
Fuente: Filo News