El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (Odsa-UCA) presentó el informe especial «Evaluación de impacto de la Asignación Universal por Hijo (AUH) en la infancia a diez años de su implementación».
El documento procura estimar los efectos de la asignación en indicadores de bienestar y desarrollo humano de la infancia y adolescencia en la Argentina. El informe exhibe resultados positivos de la AUH sobre la pobreza, la indigencia, los ingresos y la inseguridad alimentaria de los destinatarios. También muestra efectos positivos sobre indicadores educativos y de salud.
Entre los principales resultados destacan que la AUH ha ido extendiendo su cobertura en el período 2010-2020, hasta alcanzar a más de un tercio, es decir a uno de cada tres, niños/as y adolescentes del país.
Según el nuevo relevamiento, en diciembre de 2020 había 2.468.209 titulares de la AUH en todo el país por 4.359.317 niños y niñas que recibían el beneficio.
Además, la AUH reduce casi 20% la brecha de pobreza y entre 30% y 40% la brecha de indigencia. El ingreso per cápita familiar de la población destinataria ha sido casi 40% superior durante el período 2010-2017 de quienes no recibieron esta asistencia.
La AUH es una asignación mensual por cada hijo menor de 18 años o hijo con discapacidad, sin límite de edad. La cobra uno solo de los padres, priorizando a la mamá. Desocupado. Los requisitos para acceder son ser trabajadora o trabajador no registrada/o sin aportes), o del servicio doméstico. También contempla a monotributista sociales y beneficiarios de programas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Actualmente contempla una ayuda económica mensual de $6.375 por hijo, hija o embarazo, y de $20.766 para descendencia con discapacidad.
sobre el informe
La fuente de información es la Encuesta de la Deuda Social Argentina (Edsa) Serie Bicentenario y Serie Agenda para la Equidad.
En el mismo, además, se realiza una descripción de la población destinataria en una serie de indicadores de resultado ligados a la AUH, como la situación socioalimentaria, de salud, de educación y estimulación. Evaluación de los efectos de la AUH en términos de reducción de pobreza e indigencia por ingresos. Evaluación de impacto en cuatro dimensiones: situación socioeconómica y alimentaria, salud, educación y estimulación y protecciones especiales al trabajo infantil.
En este sentido indicaron que más de dos tercios de los niños/as destinatarios pertenece a los niveles socioeconómicos más bajos, alrededor de tres cuartas partes viven en hogares pobres por ingresos y casi un quinto de ellos/as viven en hogares en situación de indigencia. Dentro del perfil sociodemográfico de las familias se destaca la mayor prevalencia de hogares monoparentales, extensos y más numerosos que sus pares no destinatarios/as.
Asimismo, se estableció que entre 2010 y 2020 se incrementó la pobreza monetaria en la infancia argentina y el efecto de la AUH sobre la incidencia de la pobreza se ubicó en un -13,2% en 2010-2013, en -11,9% 2014-2017 y se redujo a -4,5% en 2018-2020. El efecto es significativamente más fuerte en la indigencia: es de casi 50% en cada uno de los tres períodos analizados. Además, la AUH reduce casi 20% la brecha de pobreza y entre 30 y 40% la brecha de indigencia.
La AUH ha tenido un impacto positivo y sostenido en el tiempo sobre el ingreso per cápita familiar y la situación de seguridad alimentaria de niños/as y adolescentes. El ingreso per cápita familiar de la población destinataria ha sido casi 40% superior durante el período 2010-2017 al del grupo de comparación. Asimismo, la AUH ha implicado una reducción de entre 3 y 6 puntos porcentuales en la inseguridad alimentaria en la población destinataria en comparación con el grupo de control.
Salud
Se observaron efectos positivos de la AUH en la reducción de distintos déficits en indicadores de salud. Sin embargo, los impactos en la dimensión no han sido persistentes en el tiempo. Se apreciaron resultados positivos en la reducción del déficit en el cumplimiento del calendario de vacunación, del déficit de consulta médica y del déficit de consulta odontológica. Los impactos en la reducción del déficit de vacunas y de control odontológico solo se evidenciaron en 2018-2020, en el marco de un fuerte empeoramiento de la situación en los niños/as del grupo de control. En el caso del déficit de consulta médica, se ha observado un efecto positivo más intenso entre la población de niños/as cuya madre tenía baja educación, vivían en barrios informales o en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Educación
De manera congruente con estudios previos, se identificaron impactos positivos de la AUH en la reducción de los déficits educativos. La AUH contribuyó a la reducción de la no asistencia escolar en la población de niños/as de 5 a 17 años. El impacto del programa en la reducción de la no asistencia a la escuela se estimó entre -1,4 y -3,9 puntos porcentuales, según el período considerado. La reducción del déficit educativo asociado ha sido superior entre los adolescentes de 13 a 17 y entre los niños/as con madres de menor nivel educativo y más jóvenes. En los demás indicadores considerados de la dimensión de estimulación, sólo se evidenció un efecto positivo en la reducción de la probabilidad de no haber festejado el último cumpleaños entre 2010 y 2013 y se registró un efecto positivo entre 2010 y 2017 en la probabilidad de haber sido receptor de cuentos y canciones por parte de los adultos de referencia.
Por último, se encontró un efecto positivo de la AUH sobre la reducción de la propensión a realizar trabajo económico y doméstico intensivo en el período 2014-2020. El impacto de la AUH en la reducción de la realización de trabajo infantil económico y doméstico intensivo fue de -3,7 puntos porcentuales en 2014-2017 y de -3,3 en 2018-2020, una reducción de riesgo relativo de 22,8% y de 20,2% entre los destinatarios/as con respecto a los niños/as del grupo de control.
«Es una política de protección social, y en ese sentido es una buena política, pero la existencia de la AUH es también el reconocimiento de que hay casi un 50% de trabajadores en economía informal, convalida que eso es así. Lo que hay que discutir es cómo se hace para generar trabajo de calidad para que estas familias puedan cambiar la AUH por la asignación familiar», consideró Santiago Poy, uno de los autores del trabajo.