Matías Alexis Michel es un médico veterinario egresado de la UNNE que actualmente tiene el desafío de gerenciar la instalación de un proyecto avícola a gran escala, de producción de huevo y carne, en Angola, un país de África conocido por su pobreza, que hace sólo dos décadas logró consolidarse democráticamente y tiene como meta la incrementar la producción de alimentos de primera necesidad.
“Es un desafío aportar a la autosuficiencia alimentaria de un país en crecimiento pero que mantiene aún elevados niveles de pobreza” señaló el profesional de la UNNE.
Angola fue la última colonia portuguesa en independizarse, en noviembre de 1975, tras casi 15 años de intensas luchas armadas. Pero luego de ello, el país vivió décadas de guerra civil, que terminó a principios de 2002 con un acuerdo de conciliación nacional.
Así en tiempos de paz y consolidación democrática, la lucha de los angoleños es por la reconstrucción económica y social del país, según proclama la página de la Embajada de Angola en Argentina.
Uno de los objetivos para la reconstrucción es lograr la autosuficiencia alimentaria, en especial de los alimentos básicos, entre ellos el pollo y el huevo, que junto al pescado, constituyen la base de la alimentación en Angola por el aporte de proteínas. Para ello, el Gobierno de Angola promueve las inversiones nacionales o extranjeras que incrementen la producción de alimentos.
Es en ese contexto, en el cual a Matías Alexis Michel, un veterinario egresado de la UNNE, le llega, de un día para otro, la propuesta de trabajo en Angola, en un proyecto avícola de producción a gran escala de carne y huevo, dentro de la mencionada estrategia nacional de seguridad alimentaria.
Trayectoria personal
Matías Alexis Michel es oriundo de Las Garzas, Santa Fe, un pueblo de 1.779 habitantes según el Censo Nacional 2010, y tras finalizar sus estudios secundarios decidió estudiar para ser veterinario.
Entre los 366 kilómetros que dividen Las Garzas de la capital provincial de Santa Fe y los 201 kilómetros que la dividen de la ciudad de Corrientes, Michel eligió la distancia más corta y se anotó en la Universidad Nacional del Nordeste, en la Facultad de Ciencias Veterinarias.
La vida universitaria sería un cambio rotundo para un estudiante que se formó en una escuela de alternancia, rural, modalidad en la que se vive una semana en la escuela y luego un periodo similar de estudio desde las casas.
En la Universidad tuvo un cursado ejemplar, con una calificación final de 9,28 con experiencias estudiantiles en actividades de investigación y académica, como ayudante alumno en las Cátedras de Fisiología y Producción de Aves.
Tras graduarse como médico veterinario, a finales de 2011, con título en mano Michel rápidamente empezó a trabajar en el área para la cual se preparó: la producción avícola.
En la Unión Avícola de Avellaneda realizaba tareas en el sector de reproducción de aves, y en paralelo comenzó el Doctorado en Ciencias Veterinarias, en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE.
En el marco de su Doctorado, realizó una pasantía de investigación en el Departamento de Ciencias Avícolas de la Universidad de Arkansas, Estados Unidos.
Hacia el 2019, tomó nuevos rumbos laborales en una empresa de mayor envergadura en Buenos Aires, Coto, a cargo de tareas en producción e incubación avícola.
Su desempeño en la profesión en la faz privada se iba consolidando, y en medio de la pandemia logró una gran meta que fue alcanzar el título de “Doctor en Veterinaria”, proceso formativo que desde lo personal le posibilitaba seguir vinculado a su Universidad y en particular a su facultad.
En la Facultad de Ciencias Veterinarias seguía colaborando, según sus posibilidades, en actividades académicas con la Cátedra de Producción de Aves, así como en algunos proyectos de investigación.
Nuevo desafío
El buen momento profesional de Michel, a principios de 2022 se vio frente a un nuevo desafío, que implicaría un cambio radical en su vida: hacerse cargo de un emprendimiento avícola, pero en un país tan lejano como Angola, en África, y conocido en general por sus altos niveles de pobreza.
En ese país desde el año 2012 está trabajando una compañía internacional que también tiene base en Argentina, y que contactó al Dr. Michel para expandir sus objetivos hacia el sector de la producción de pollo y huevo.
Es que Angola cuenta con tierras e infraestructura productiva no utilizadas, tras años de guerras civiles, y que son licitadas para ser utilizadas por empresas privadas en pos de potenciar la producción primaria y agroindustrial.
En Cuimba, al norte de Angola, la mencionada compañía internacional logró la concesión de un campo que cuenta con silos de acopio de cereales, fábrica de balanceados, galpones de pollo y gallina ponedoras, frigorífico y planta de envasado de huevos, lo necesario para todo el proceso de producción con gallinas ponedoras de huevos y producción de carne de pollo.
La tarea de Michel es poner en operación dicha infraestructura, complementarla con lo necesario en nuevos espacios, maquinarias e insumos, y la contratación del personal, profesionales y trabajadores.
“Es un gran reto en lo personal. Cuento con la formación profesional en el aspecto específico de la producción avícola pero la tarea será mayor” destacó el egresado de la UNNE que desde el mes de enero está en Angola.
Primero estuvo alojado en la capital, Luanda, y actualmente ya se encuentra en Cuimba (Provincia de Zaire), la ciudad donde está ubicado el emprendimiento.
Entre las responsabilidades del cargo de gerente de producción avícola estará definir si será necesario llevar profesionales formados desde Argentina para los primeros momentos de la empresa, o si existe toda mano de obra calificada disponible en el lugar o en otras ciudades de Angola.
“Las expectativas son a corto plazo, y la experiencia en Angola definirá qué hacer en el futuro” insistió el profesional egresado de la UNNE sobre esta nueva etapa de su vida.
Realidad de Angola
La economía de Angola ofrece grandes oportunidades de negocios, y durante los últimos años registró un marcado crecimiento, pero aún requiere avanzar hacia un mayor grado de aprovechamiento, según detalla Michel.
Se calcula que, de los 58 millones de hectáreas de tierras cultivables en Angola, sólo se cultiva una superficie de entre el 8 % y el 14 %.
En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) para 2018-2022, se afirma que para lograr la seguridad alimentaria del país son fundamentales el desarrollo agrícola, la utilización sostenible de los recursos naturales y una mayor competencia en el mercado.
En esa línea, las políticas económicas adoptadas por el gobierno angoleño prevén la eliminación de restricciones en la oferta de bienes y servicios, la concepción de incentivos fiscales a la inversión productiva y la inversión privada, razones por las cuales Angola se sitúa en la cima de los países que más crecen en África y con mejores condiciones para invertir.
En cuanto a los alimentos, el país intensificó notoriamente los niveles productivos, pero aún depende sobremanera de la importación de alimentos básicos, productos que se adquieren a altos precios y que bajarían significativamente de producirse a nivel local.
En el caso de las explotaciones avícolas, aunque están creciendo, se estima que sólo está en uso el 30% de la capacidad instalada.
Pero si bien los indicadores económicos de producción y empleo mejoraron, aún no alcanzan a revertir las altas tasas históricas de pobreza e indigencia del país, así como las inequidades existentes en la población.
“Espero desde la faz profesional acompañar el desarrollo de este país que ahora demanda mis servicios” auguró Matías Alexis Michel.
Perspectivas
Respecto a su futuro, explicó que el régimen de trabajo por el cual se lo contrató es por un año, no obstante, no tiene precisiones sobre si su estancia en Angola será una aventura laboral temporaria o un estado laboral permanente.
“Me preocupo por responder al desafío para el cual me contrataron, y además por hacerlo en un país que con tanta necesidad busca el logro de la autosuficiencia alimentaria” resaltó.
Los contactos con Argentina, su tierra de origen en “Las Garzas”, Santa Fe, y con la Universidad espera no cortarlos. “A la distancia espero seguir colaborando con mis pares de la Facultad de Ciencias Veterinarias” estimó.
Para no interrumpir los vínculos con el país de origen, la empresa que lo contrata otorga a sus trabajadores tres pasajes gratis, “ida y vuelta” cada uno, para regresar, en diferentes momentos del año, por dos o tres semanas. Esa es la forma operativa en el caso de producciones agrícolas de la compañía, que debería adecuarse para la parte avícola.
“Creo que esta etapa que inicio será una oportunidad de poner en práctica toda la formación recibida en la Universidad” finalizó.