«Cuando terminó la gestión de Cristina Kirchner, en el 2014 y 2015, nacían 770 o 780 mil niños. Del 2016 al 2019, bajamos a 620 mil. Un 25%. ¿Por qué ocurrió esto? Bueno, yo creo que está muy claro. Nacían niños por que la gente tenía esperanza, tenía futuro y veía la vida con perspectiva de futuro. Cuando asumió Macri, en 2016, claramente todo eso se vino abajo». La declaración pertenece al senador nacional del Frente de Todos, Oscar Parrilli, quien la pronunció durante una reunión de las comisiones de Legislación general y Presupuesto e instaló el debate.
Sin embargo, el legislador omitió parte de los datos. Es que, según publicó recientemente el Ministerio de Salud de la Nación, la tasa de natalidad -el número de nacimientos por cada 1000 habitantes- registra una caída abrupta desde el año 2014, hasta alcanzar, en 2020, un valor de 11,8.
Los nacidos vivos en ese año fueron 533.299, un 14,7% menos respecto al 2019 -625.441- y un 31,4% con relación al 2014 -777.012-.
La Tasa Global de Fecundidad (TGF) -el número de hijos que en promedio tendría cada mujer al final de su vida reproductiva- también mostró un significativo descenso y se ubicó en 1,54 en 2020. Este indicador cayó un 35% desde 2014 -hasta 2020-. «Para que una población se mantenga estable en el tiempo, sin disminuir su volumen, la TGF debe ser 2,1 (bajo el supuesto de mortalidad constante y ausencia de migración)», afirma el boletín Notivida.
Para el boletín mencionado, el descenso se explica a partir de la implementación de diversas políticas, entre ellas:
– «En 2014 -bajo la presidencia de Cristina Kirchner-, el Ministerio de Salud incorporó el implante subdérmico (anticonceptivo de larga duración orientado a adolescentes y jóvenes) a la canasta de medicamentos que se distribuye a través del programa Remediar. Ese mismo Ministerio -y con el «apoyo técnico» de la filial local de la IPPF- redactó en 2015 el Protocolo de aborto».
– «En 2017, el gobierno de Cambiemos implementó el Plan ENIA para reducir el embarazo adolescente (consejerías en salud sexual, anticoncepción y aborto). En 2018 Macri abrió el debate legislativo sobre aborto y si bien no prosperó, produjo un cambio cultural que aumentó la demanda. Simultáneamente, la ANMAT aprobó el uso del misoprostol como abortivo y poco después autorizó su venta en farmacias».
– «Durante el 2020 Alberto Fernández paralizó todo menos la llamada «salud reproductiva». A poco de comenzado el confinamiento estricto Juan Carlos Escobar, coordinador del área de adolescencia del Ministerio de Salud, anunció que el acceso a métodos anticonceptivos y al aborto eran «servicios esenciales» que quedaban fuera de las restricciones impuestas por el Covid».
Además, advierte que el próximo año se observará el impacto de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo -sancionada a fines de 2020- sobre los indicadores de fecundidad y natalidad.
Fuente: Filo News