El domingo 17, a las 19.30, quedará inaugurada la exposición Escultores del Norte Grande como una de las actividades paralelas a la Bienal Internacional de Escultura. Esta muestra tiene como principal objetivo brindar un panorama de la producción escultórica regional, a través de una selección de artistas de las provincias que las integra.
Este proyecto de la Fundación Urunday fue desarrollado por el curador Gustavo Insaurralde, quien seleccionó a los artistas Daniel Sotelo (Corrientes), Gisela Bollini (Misiones), Jorge Balassi (Formosa), Juárez De la Cámara (Salta), Fernando Cerezo (Jujuy), Guillermo Rodríguez (Tucumán), Amalia Martínez Gramajo (Santiago del Estero), Carina Fabaro (La Rioja), Bruno Ceballos (Catamarca) y Fabriciano (Chaco).
EL TERRITORIO
QUE se Habita
Gustavo Insaurralde -curador y asesor de Fundación Urunday- escribe: «Después de tantos años de compartir nuestra Bienal del Chaco como referencia internacional de la escultura, esta exposición refuerza la idea de Fabriciano cuando decía: ‘Una de las cosas más hermosas es reunir escultores que no se conocían, que no sabían que existían y gestar una comunión’. Por eso, Escultores del Norte Grande pretende ser un escenario de trabajo para el desarrollo artístico que nos identifica, pero sobre todas las cosas afianzar un paisaje para contemplar».
En el texto curatorial escribe: «La selección de obras reunidas presenta una generosa diversidad de materiales, propone algunas formas elocuentes y otras sugerentes. La nobleza de las maderas y la tenacidad de los metales, pero también la huella de la tierra y la herencia de sus habitantes, ideas y formas que mediante las manos de los artistas adquieren la contundencia de un objeto estético. Los escultores elegidos conciben obras que, como una cicatriz del paisaje, resignifican el territorio que habitamos».
Finalmente, señala: «Me gusta pensar que el espectador es parte de una escultura como observador ineludible pero más aún como cómplice absoluto entre las piezas expuestas y en esa singular experiencia artística se configura nuestro espacio personal y colectivo. Entonces, en ese ser y estar con la obra adquirimos una nueva perspectiva de lo cotidiano y podemos imaginar que la sala es como nuestra Resistencia, Ciudad de las Esculturas».
LOS ARTISTAS
Y SUS OBRAS
FABRICIANO (Chaco). La muestra incluye tres obras de distintos materiales y épocas: «Corazón de luna» (mármol, 1969), «Ansia de luz» (bronce, 2008) y «Solo él»(madera, 2019). .
GUILLERMO RODRÍGUEZ (Tucumán). «Coca manta» ensambla maderas del norte para rescatar que «la savia de Mama Coca aún corre por el cuerpo ausente. cardón de los valles le regala vestidos, coronada con sus hojas su naturaleza se expresa con toda la fuerza. Resiste», según las palabras del artista.
GISELLA BOLLINI (Misiones). «Autorretrato breve» reúne un pincel tallado en madera misionera y terminado con su propio pelo, un trazo sobre papel con barro del arroyo Piraíminí donde vive. «La idea de fabricar miss propias herramientas tiene un significado especial y esta obra está vinculada a otros cuatro retratos (no convencionales) que tienen que ver con las mujeres de mi familia», reflexiona la artista.
Entre 1981 y 1988 estudia escultura en la Facultad de Bellas Artes de La Plata. A fines de los ´90 se fue a vivir al monte misionero. «Experimenté una nueva construcción del tiempo y empecé a trabajar con eso y los materiales que tenía a mi alcance, al margen de todo lo que pasaba en el mundo del arte», señala la artista. Participó de clínicas de artistas que «fueron buenas experiencias de diálogo, de algunos proyectos y muestras, hice buenos amigos», comenta.
AMALIA MARTÍNEZ GRAMAJO (Santiago del Estero). «Seres del monte» es una instalación escultórica realizada con troncos caídos intervenidos. La artista reedita desde la observación de las formas orgánicas a las formas del imaginario del hombre de campo que percibe seres encontrados de la propia naturaleza. Esta serie presenta una trama intrincada que se transforma en una abstracción lúdica imaginaria.
BRUNO CEBALLOS (Catamarca). «Viento típico» con hierro y alambre, curvado a mano y soldado hace referencia al ser humano que se resiste al cambio.
JORGE BALASSI (Formosa). «La luna amarrada» es una obra perteneciente a la serie «De la Tierra a la Luna I». (Un relato-cuento en doce instancias las cuales cada una es una escultura). La propuesta, con cierto carácter ingenuo y de cierta fantasía, intenta relatar con alguna aspereza el esfuerzo del hombre por conquistar y apoderarse de la Luna.
FERNANDO CEREZO (Jujuy). «Un pedazo de mí» es el registro del momento en que fui consciente que expando mi ser en todas direcciones, en un Big Bang existencial inmerso en la profunda soledad que implica la paradoja de ser uno y estar conectado con todo, desde la conciencia individual. Con el tiempo descubrí que esos pedazos a veces, cuando nos permitimos, se encuentran con otros de múltiples maneras y que siempre, esos encuentros, alteran y modifican los rumbos. Pero que siempre vagan navegando con la esperanza de llegar a la unidad del todo.
CARINA FABARO (La Rioja). «Florescencia» es una composición con una síntesis de tres brotes vegetales realizados en travertino y madera de algarrobo que se encuentran en un semicírculo de metal que lo contiene. La obra connota la esencia de la naturaleza que nos muestra la vida en armonía. Si bien la escultora nació en San Juan, actualmente vive en La Rioja, donde llevó adelante su formación académica (profesora de Artes Visuales y técnica en Escultura.