Es la opinión de Darío Ruido, ganador de los Premios Provinciales de Novela Chudnovsky.
El martes, el Instituto de Cultura del Chaco dio a conocer las y los ganadores de los Premios Provinciales de Novela Chudnovsky y de Poesía Veiravé 2021/2022. Este nuevo certamen cuenta además con el apoyo de Lotería Chaqueña.
En cuanto a los premios de novela, el primer puesto fue para Darío Ruido por su obra “Los propósitos”, el segundo puesto para Alicia Rossi por “Las carimbas del Silencio”, y el tercero para Gregoria Leiva por “Ahora que estamos solos”. Además se otorgó una Primera Mención a la obra “Los días inútiles”, de Pamela Fierro, y una Segunda Mención a “Crayones en la piel”, de Franco Boillat.
A continuación una breve charla con Darío Ruido, flamante primer puesto del certamen de novela José Chudnovsky.
¿Cómo fueron tus inicios en la escritura?
Creo que fui un niño escritor o que soñaba con ser un escritor muy diferente del producto actual. Cuando leí las novelas de Julio Verne tuve el deseo de haberlas escrito yo, vivir en esos mundos. Así que intenté flashear historias. Después vinieron los poetas románticos y los simbolistas. También lo intenté sin éxito. Creo que la imaginación o la literatura como anticipación (Piglia dixit) no son mi fuerte. Al final, supongo que mi paso por la universidad modificó mi perspectiva, me teoricé demasiado. A veces siento que pierdo frescura y necesito volver a lo simple, aunque parece más sencillo complejizarse que retornar a la infancia, o a la semilla.
¿Para vos son importantes los premios literarios?
Son muy importantes en tanto y en cuanto el circuito editorial resulta inaccesible, hostil a lo nuevo. De todos modos, un premio es un empujón; si no se trabaja sobre esa base, queda la anécdota y se asegura el olvido. Recibir un premio es estimulante. En ocasiones, una especie de alivio. Lo fue para mí hace tres años cuando estaba a punto de tirar la toalla. Excepto que seas un animal literario, una bestia distinta, y pienso en Mariano Quirós, un premio puede ser el principio, pero también el final sin pena ni gloria. Quizás en algún momento se incorpore tu nombre a una compilación de literatura chaqueña o lo que sea, eso no me parece una gran hazaña.
¿Qué podemos esperar del libro? ¿Lo tenías escrito, o lo escribiste para el concurso?
Tenía la mayor parte del texto escrito, pero no estaba muy conforme. En general siempre se lo muestro a alguien para que me corrija un poco o me dé su punto de vista, no fue el caso. Lo leí mil veces y no estaba muy convencido. Había cosas que me gustaban bastante, pero sentía que podía tener mayor solidez en lo que respecta a detalles, datos, descripciones, no sé. Tenía expectativas con el concurso de poesía, pero se ve que ando torcido con eso o nunca estuve derecho.
No sé qué se puede esperar del libro. Quizá la exploración de algunas zonas oscuras, los lados b de un personaje, sus propósitos y sus defecciones, sus luces y sombras. Que podrían ser los de un lector.
¿Cómo ves la actual escena literaria del Nea?
Debería hablar del Chaco y decir que me siento muy orgulloso de pertenecer a esta provincia donde la literatura tiene una alta calidad. Por supuesto que están los escritores consagrados, pero hay otras voces a las que les cuesta instalarse. Insisto con que el circuito editorial suele ser impiadoso. Entonces me gusta la idea de juntarse y gestar nuevas formas de publicación. Esto es algo que venimos charlando con amigos que escriben, como Pamela Fierro, Marcos Falchini o Gustavo Perez Lindo, amigos a los que les leí textos espléndidos y que merecen una oportunidad. Parafraseando a Federico Moura “hay que poner el cuerpo y el bocho en acción” para no quedarnos en el camino.
En cuanto al Nea reconozco que no leí tanto, aunque no creo que el panorama sea muy distinto. Creo que hay escritores muy grosos como Mariana Rinesi (de quien leí una novela fabulosa y precisa como La capilla del Diablo) o Matías Aldaz (cuyos cuentos son cachetazos para ponerse a llorar los domingos). Y los poetas claro, Franco Rivero es un animal, Rocío Navarro, maravillosa, y quien me invitó a responder este cuestionario, al que considero el poeta chaqueño.
Un poco de Ruido
Darío Ruido nació en Presidencia Roque Sáenz Peña. Reside en Resistencia, Chaco, desde siempre. Es padre de cuatro hijos. Trabaja hace casi 30 años en la Administración Tributaria Provincial. Se recibió en la Universidad Nacional del Nordeste como Licenciado en Letras. Realizó Talleres de Escritura con los escritores Mariano Quirós y Miguel Molfino. Obtuvo un premio en poesía y otro en cuento en concursos provinciales de la SADE y Federico Veiravé. En 2019, recibió el primer lugar en el Premio Bienal de Novela Breve organizado por el CFI, obra que fue publicada por la Editorial Contexto y presentada en la Feria del Libro del Chaco en 2021.