El Instituto de Cultura del Chaco dio a conocer las y los ganadores de los Premios Provinciales de Novela Chudnovsky y de Poesía Veiravé 2021/2022. Pamela Fierro y Darío Ruido obtuvieron los primeros lugares de Poesía y Novela respectivamente.
En Poesía el primer premio fue para Pamela Fierro por «El hambre de los espejos», con el seudónimo Río de Sal; el segundo para María Lara Shaffer por «Quienes hablan cuando escribo», con el seudónimo «Brote»; y el tercero para Matías Ávalos por «A favor del agua», con el seudónimo «Ayarabi».
Mientras que en Novela el primer premio fue para Darío Ruido por su obra «Los propósitos», con el seudónimo de «Goldman»; el segundo para Alicia Rossi por «Las carimbas del silencio», con el seudónimo de «Oganga»; y el tercero para Gregoria Leiva por «Ahora que estamos solos» con el seudónimo de «Elda».
Además, en Novela se otorgaron una primera mención a la obra «Los días inútiles» de Pamela Fierro con el seudónimo «Río de sal», y segunda mención a la obra: «Crayones en la piel» de Franco Boillat, con el seudónimo «Cronopio».
El jurado estuvo conformado por Alicia Genovese, Juano Villafañe y Natalia Aldana, en el caso de poesía; y a Orlando Van Bredam, Alejandro Vaccaro y Susana Ríos en el caso de novela, «un jurado que prestigia la labor literaria, y el trabajo intelectual», destacó Romero.
Asimismo, se imprimirán 6 mil ejemplares, que serán destinados a un circuito de ferias nacionales, para garantizar el reconocimiento a la producción literaria y visibilizar la industria editorial de la provincia.
Sobre las obras
Alicia Genovese, en representación del jurado de Poesía, señaló que «‘El hambre de los espejos’ es una obra ajustada en sus recursos discursivos, capaz de explorar y abrir sentidos, y sostener un campo de significaciones personales a partir de la esfera cotidiana más próxima.
Con esa materia sensible los poemas hilan su extrañeza y alcanzan enorme densidad; construyen maneras de acercar o acercarse al mundo, maneras de que algo de ese mundo permanezca».
«‘Quienes hablan cuando escribo’ son poemas que reconstruyen un diálogo mínimo, pero intenso. Trabaja con elementos que movilizan, por cotidianos y por estar reubicados en el imaginario de la escena. Se destaca la experimentación que alterna sujetos poéticos, con distintas identidades», aseveró.
«‘A favor del agua’ es una escritura aventurada en metáforas que a través de una segunda persona interlocutora interroga y reflexiona emocionalmente acerca del desvalimiento humano, la muerte, la hostilidad», agregó.
Sobre las novelas ganadoras, el jurado señaló que «‘Los propósitos es simple y profunda, creemos lo que le pasa al personaje del principio al fin. Se plantea la existencia del hombre, del hombre común, agobiado por el tedio de sus días. Con un lenguaje coloquial propio de nuestro entorno nos adentra en el territorio del vacío, la inutilidad de las cosas, las trampas y vicios del sistema».
«‘Las carimbas del silencio’ nos interpela con un tema que muchos nunca nos preguntamos: la negritud en nuestro país. La trama intercala textos del libro de los hermanos, y los vínculos de una nieta y su abuela, se van desentrañando los mensajes de las almas de los muertos. Arroja luz sobre ese pasado negado por la historia oficial», comentó Genovese.
«‘Ahora que estamos solos’ lleva al lector a recordar su propia historia con una prosa ágil y cuidada. Construida desde una intriga, expone secretos de familia, costumbres de nuestra zona y las ataduras que nos determinan si nos ceñimos a nuestro pasado», finalizó.
Sobre las menciones otorgadas a «Los días inútiles» y «Crayones en la piel», el jurado expresó que «es oportuno estimular a los escritores que realizaron un trabajo serio, cuidado y creíble, para alentarlos a seguir escribiendo».
Los ganadores
Darío Ruido
Nació en Presidencia Roque Sáenz Peña. Reside en Resistencia desde siempre. Es padre de cuatro hijos. Trabaja hace casi 30 años en la Administración Tributaria Provincial (ATP). Se recibió en la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) como licenciado en Letras.
Realizó Talleres de Escritura con los escritores Mariano Quirós y Miguel Molfino. Obtuvo un premio en poesía y otro en cuento en concursos provinciales de la SADE y Federico Veiravé.
En 2019, recibió el primer lugar en el Premio Bienal de Novela Breve, organizado por el CFI, obra que fue publicada por la Editorial Contexto y presentada en la Feria del Libro del Chaco en 2021.
«Son muy importantes en tanto y en cuanto el circuito editorial resulta inaccesible, hostil a lo nuevo. De todos modos, un premio es un empujón; si no se trabaja sobre esa base, queda la anécdota y se asegura el olvido. Recibir un premio es estimulante.
En ocasiones, una especie de alivio. Lo fue para mí hace tres años cuando estaba a punto de tirar la toalla. Excepto que seas un animal literario, una bestia distinta, y pienso en Mariano Quirós, un premio puede ser el principio, pero también el final sin pena ni gloria. Quizás en algún momento se incorpore tu nombre a una compilación de literatura chaqueña o lo que sea, eso no me parece una gran hazaña».
Pamela Fierro
Es profesora en Letras de Nivel Medio y Superior. Escribe desde hace varios años. Participó en los talleres literarios de Mariano Quirós y Selva Almada. Publicó artículos y textos en la revista Extrañas Noches.
En 2020 participó del concurso local «Crónicas de pandemia» y obtuvo la cuarta mención. También participó de la convocatoria que Virginia Feinmann realizó en Facebook «Crónicas de cuarentena», donde uno de sus textos fue seleccionado para la serie de podcast «Diarios de cuarentena» que se realizó como producción final para Spotify.
«Diría que fue difícil llegar hasta acá y una enorme satisfacción. Pero lo que más me gustó escribir fue la novela, que sí la trabajé para este concurso. Me considero más narradora que poeta.
Considero también que me gusta no ponerle límites o estructuras a lo que se escribe, hablando de lo estético no del contenido. Hay que desobedecer desde las formas. Eso no quiere decir que a mí me salga, pero lo intento», dijo.
Alicia Rossi
Alicia Rossi, obtuvo el segundo premio de novela con su obra «Las carimbas del silencio». «Mis inicios fueron convulsos. Hace algunos años sentí la necesidad de decir acerca del mundo que percibía y me habitaba, desde otro lado, lejano al derecho, que era mi profesión. Otro lenguaje, no lógico pulsaba por salir, el poético: ‘las palabras dicen lo que no sé, lo que no aprendí’.
Me alejé del paisaje urbano y me acerqué al río, y desde el deslumbramiento de la creación, empecé a crear yo también», contó la autora.
«Pronto comprendí la necesidad de adquirir las herramientas del oficio. Ingresé a todos los talleres que me recomendaron en Resistencia y fueron de gran ayuda», aseveró.
Matías Ávalos
El docente y escritor obtuvo el tercer premio de poesía con el poemario «A favor del agua».
«Mi recuerdo más lejano es componiendo poemas excesivamente cursis, a los 9 o 10 años, y esconderlos en el cajón de una mesita de noche. Mis padres los encontraron y sentí vergüenza. No volví a escribir hasta la adolescencia. También entonces escribía textos cursis, seguramente porque leía poco.
La poesía es, desde hace unos años, lo que más me sale escribir. Quizás por pereza, pero escribo pocos cuentos. No soy riguroso, no escribo todos los días ni me pongo metas. Pero la poesía es el lugar o el no lugar en el que me siento más seguro, al menos en este momento.
Pienso que escribir es emplear fuerza de trabajo, fuerza física e intelectual.
Alguna vez me ha dolido el cuerpo luego de terminar un cuento, una recopilación de cuentos o poemas para enviarlos a un concurso o a editoriales», finalizó Ávalos.