En los primeros 26 días de agosto se registraron 20 episodios que generaron demoras importantes en el tránsito del puente Chaco-Corrientes. Choques de automóviles y camiones con desperfectos, son algunos de los motivos que complican la circulación interprovincial, insumiendo largas horas para realizar el trayecto. Estas situaciones son altamente complicadas si se tiene en cuenta que por día 27 mil vehículos usan esta conexión, única en la región.
Ante esta situación, el ingeniero profesor de la Facultad de Ingeniería de la Unne, Benicio Szymula, en declaraciones a Radio Facundo Quiroga enumeró una serie de alternativas, no estructurales, como sería la concreción del segundo puente, que ayudarían a mejorar la seguridad y evitar estos trastornos en el lugar, entre las que se encuentran el control de peso de los vehículos de gran porte y elásticos que eviten el traspaso de vehículos.
El referente, en primera medida, destacó que «Vialidad Nacional está haciendo un control exhaustivo y permanente de la estructura del puente, esto no invalida que en algún momento aparezca alguna circunstancia impredecible, para hacer una analogía, me puedo sentir bien, los chequeos salen perfectamente, y de imprevisto aparece una situación que puede ser desagradable. En una estructura como esta, que se calcula en 50 años, estamos con el tiempo cumplido, puede aparecer una situación no prevista», reconoció.
Al mismo tiempo recordó a modo de ejemplo que «hace algunos años, en un puente mucho más nuevo que este, como lo es el de Zárate-Brazo Largo, hubo que clausurar una de las manos por varios meses ante el accidente de un camión que colapsó contra los obenques». También señaló que «el domingo pasado me ha tocado pasar cerca del mediodía hacia Corrientes, tuvimos más de una hora esperando encima del puente por un camión que tuvo problemas de frenos, si ese camión chocaba contra los obenques, en primer lugar significaba varios días clausurado, para verificar el estado de los obenques, y ojalá que no hubiese ocurrido nada, porque si no hay que clausurarlo», reconoció.
Si se presentara una situación similar, sería caótico para la circulación: «Es una situación extrema, hoy estamos con un tránsito de aproximadamente 27 mil vehículos por día, de los cuales el 70% es tránsito habitual entre Resistencia y Corrientes, gente que trabaja o estudia, y el 30% restante es tránsito interprovincial o internacional, realmente no hay forma de resolver esto si por alguna circunstancia hay que clausurar el puente, sería una situación tan caótica que no todos estamos reflexionando de lo que significaría», advirtió.
Alternativas al segundo puente
Ante esto, Szymula resaltó «la urgente necesidad de plantearse y buscar una alternativa para construir el segundo puente, pero mientras tanto, hay una serie de medidas no estructurales que podrían adoptarse, que nosotros hemos estudiado en la Facultad de Ingeniería», aseguró.
Tras lo cual detalló: «Por ejemplo, construir una división elástica entre ambas manos cruzando el puente, para que el tránsito no pase de un lado para otro, porque muchos accidentes lamentablemente son frontales, lo que significa a veces dos o tres horas de demora para cruzar», indicó.
Otra cuestión es «poner una balanza al ingreso del puente para controlar a los camiones que vienen con cargas excedidas, mucho de los inconvenientes también son por camiones que no logran subir el puente porque vienen con sobrecarga, o no le da la relación peso potencia que habría que controlar al ingreso al puente. Con una balanza se controla algo que no se hace que son camiones con sobrecarga que están rompiendo las rutas en todo el país», explicó.
Y continuó enumerando: «En tercera medida hay que sacar el control policial del lado de Corrientes y llevarlo más hacia afuera de la avenida, y que también Gendarmería no inicie los controles justo en la subida del puente en el lado correntino. Porque un camión que tiene que frenar ahí, tiene que salir en primera marcha, forzando el motor, y esto muchas veces hace que no tenga la potencia suficiente para poder subir el puente, entonces una medida tan simple, para que el camión ingrese con la inercia suficiente para poder subir el puente. Hay varias medidas más a adoptar, por lo menos trataríamos de agilizar el tránsito actual del puente y disminuir el nivel de accidentes que hoy estamos teniendo y que son muy complicados», sostuvo.
A su vez diferenció: «Hay dos tipos de accidentes, uno son los automovilistas particulares imprudentes que pasan de mano. Muchas veces hay víctimas fatales o en estado de gravedad extremo y hay que llamar al fiscal, son dos o tres horas que está interrumpido el puente, por eso ahí hay que generar una barrera elástica en todo el trayecto, desde la estación de peaje, hasta la bajada del puente, sea a la velocidad que sea, no tengamos posibilidades de pasar de una mano a la otra», amplió su propuesta.
«Después está la situación de los camiones, hay algunos que no se sabe cómo están circulando, honestamente violan todas las leyes previstas al respecto. Por esa razón, pedimos nosotros un control al ingreso, en el sector del Chaco, donde hay espacio, hay que estudiar cómo implementar esto del lado de Corrientes. El camión cuando ingresa se debe tomar el peso, para saber si puede subir, y la legislación prevé la relación potencia-peso, ya que por cada tonelada transportada se necesita una cantidad de potencia en el motor, entonces por lo menos vamos a asegurar que el camión no se va a quedar en el medio del puente porque no le va alcanzar la potencia para subir, porque la sobrecarga además implica que los frenos tampoco le alcanzan, porque los camiones están diseñados para una cantidad de tonelaje, no para cualquier peso. Por ejemplo, si se fabrica un camión para un frenado de 40 toneladas, pero se está transportando 50 y entonces está faltando freno para 10 toneladas, entonces este control habría que hacer al principio», detalló.
Asimismo, reconoció que este control fácilmente se puede implementar del lado chaqueño. «Hay espacio suficiente, y del lado de Corrientes habría que estudiar dónde ubicarlo, pero es un control fundamental; entonces, con el control del tránsito pesado y con la barrera elástica, que existen varios modelos, que los hemos evaluado, de esta forma se podría controlar por lo menos la cuestión de los accidentes hasta tanto podamos resolver la ejecución del segundo puente».
Por último, el ingeniero entendió que debe existir «un criterio de control unificado, me parece muy bien los controles, hay que hacerlos, pero no se puede hacer a la salida del peaje controles de Gendarmería y a los cinco metros nos vuelve a controlar la Policía. Un vehículo no puede tener tres controles en 20 o 30 metros, esto origina también un caos, la gente se pone nerviosa, ansiosa. Hay muchas medidas a tomar que pueden minimizar el impacto negativo que implica transitar en el puente», finalizó.
» El segundo puente
El segundo puente que unirá al Chaco y Corrientes estará ubicado a nueve kilómetros al sur del General Belgrano, conectando a las ciudades de Puerto Vilelas (Chaco) y Riachuelo (Corrientes). A lo largo de sus 772 metros de extensión, contará con dos carriles de ida, y dos de vuelta, además de veredas a ambos lados, completando 24 metros de ancho total. Una vez finalizada, la obra permitirá aliviar en un 50% el tránsito que actualmente se concentra en el primer puente.
Tendrá una estructura principal conformada por un puente atirantado de 772 metros de longitud conformado por tres vanos atirantados: el mayor de 330 metros, ubicado sobre el canal de navegación, y otros dos vanos que compensan la estructura y cuentan con 161 metros de extensión cada uno. La estructura incluye además un viaducto de 6.400 metros (4.500, del lado correntino y 1.160 del lado chaqueño).
Actualmente se está trabajando en la definición del financiamiento de la obra central que en total implicará una inversión de USD740 millones aproximadamente.