J Balvin, tras reunirse con Francisco. El cantante colombiano participó de una reunión de dos horas con el pontífice, de la que también participaron los artistas Bull Nene y Alexander Acha, entre otros. «¡Ustedes son predicadores de la belleza. La belleza es buena, la belleza cura, la belleza te lleva adelante en el camino!», les dijo.
El cantante colombiano J Balvin aseguró este jueves que «ama» al papa Francisco, con quien se reunió en el Vaticano junto a un grupo de 25 artistas, y aseguró que es el pontífice «más cool» que ha visto.
«El Papa es espectacular, yo lo amo», planteó Balvin este jueves tras participar de una reunión de dos horas con el pontífice en la sede de las Academias de Ciencias y Ciencias Sociales del Vaticano de la que también participaron los artistas Bull Nene y Alexander Acha, entre otros.
«Es una persona a la que admiro mucho y no solamente por ser el Papa sino por el ser humano que es. Ha traído algo nuevo al Vaticano, es realmente ejemplar su humildad. Es el Papa más cool que he visto», dijo el cantante colombiano.
«¡Ustedes son predicadores de la belleza. La belleza es buena, la belleza cura, la belleza te lleva adelante en el camino!», les había planteado minutos antes el pontífice en una conversación abierta que tuvieron y de la que también participaron, entre otros, el poeta argentino Alejandro Roemmers y el empresario mexicano Patrick Slim.
En el transcurso de la conversación que desarrolló con ellos, el Papa indicó algunos caminos de comunicación, como la verdad, el bien y, particularmente para los artistas, la belleza, un camino de contemplación.
«Quien está en camino está en búsqueda, el arte atrae al camino» y quien está en camino tiene la conciencia de ser esperado, de que «alguien me espera», les dijo.
El Papa destacó durante la conversación que el arte «abre puertas, toca los corazones y nos ayuda a caminar adelante» y trae «el respeto por la persona, por el camino que recorre».
El papel del arte, por lo tanto, explicó Francisco en el encuentro organizado por la Fundación Vitae, es poner «una espina en el corazón, que te mueve a la contemplación y la contemplación te lleva a un camino».
(Télam)