Ese no es el único dato. Además, los controles no tienen lugares «fijos». ¿Por qué? La Municipalidad descubrió que existen grupos de WhatsApp que avisan dónde se están realizando para que los conductores no pasen por allí.
Desde la Municipalidad de Resistencia informaron que se han implementado “estrictos controles nocturnos” desde julio, con tolerancia cero para quienes consumen bebidas alcohólicas y conducen. Con el apoyo de la policía del Chaco, un equipo de inspectores trabaja para impedir que los conductores de automóviles y motocicletas conduzcan con alcohol en sangre.
La ordenanza fue precursora de la posterior aprobación de una ley para ampliar la tolerancia cero con alcohol al volante en toda la provincia. De esta forma, con la ayuda de nuevas herramientas jurídicas, se podrá llevar a cabo la acción interjurisdiccional en el Gran Resistencia.
El subsecretario de Tránsito y Seguridad Ciudadana de Resistencia, Matías Breard, aseguró que en la madrugada del pasado sábado y domingo fueron secuestrados 58 vehículos por diferentes motivos, entre ellos 36 motos y 22 autos. De ellos, 28 fueron por alcoholemia, 15 motos y 13 autos.
«Estos controles los hacemos con mucha energía en diferentes horarios y puntos de rotación. Notamos que el movimiento aumentaba en los primeros quince días del mes y disminuye en las segundas dos semanas. Lo relacionamos con cuestiones económicas, inicialmente a las dos semanas, que cobran a la mayoría de los empleados», señaló Breard.
Por otro lado, el problema de los puntos de control rotativos es que, debido a los grupos de WhatsApp, los vecinos informan donde se encuentran los inspectores: “advierten a las personas que beben alcohol que no pasen por ahí, sabemos que eso sucede entonces cambiamos de lugar».
Además, buscan reiniciar el programa de choferes designados. Consiste en que locales gastronómicos, bares y boliches entreguen agua de forma gratuita a los conductores designados (quienes no toman alcohol en esa salida).
En cuanto a la multa, Breard garantiza un mínimo de 58.000 pesos y un máximo de 260.000 pesos, según la gravedad del caso. Se mide en litros de nafta, por lo que cada vez que se aumente el combustible, también aumentará el importe de la multa.
“Si es la primera vez que se comete la falta (positivo por alcohol), la jueza de falta municipal, que es quien fija el monto, suele tomar una cantidad mínima que se puede pagar voluntariamente, es decir, unos 60 por ciento del valor. Pero si se trata de un reincidente, que además no poseía documentación, que además agredió al personal de tránsito, la pena seguramente será mayor», agregó el funcionario.
En ese sentido, se espera que también se evalúe la suspensión de la licencia de conducir: “A veces pagar una multa no es un problema para un sector. Entonces, cuando ocurre una reincidencia, la jueza suele ejecutarla por un período de 60 días a dos años, según la gravedad del caso», manifestó Breard.