En tiempos de crisis económica, como la que atraviesa el país, la gente busca alternativas que le permitan paliar la situación, aunque esto signifique transgredir algunas normas, como es el caso de la venta callejera, principalmente de alimentos, que prolifera por la ciudad. Esto genera malestar, principalmente del sector comercial, que cuestiona este tipo de actividad al entender que genera una competencia desleal, ya que quienes no pagan alquileres, habilitaciones, tributos e impuestos, pueden vender productos a menor precio. Por carta orgánica, es función municipal el control y la inspección del cumplimiento de las normativas vigentes en la actividad comercial y, en este sentido, Julio Aguirre, coordinador de la Unidad de Inspección Comercial Integrada, detalló en declaraciones a radio Facundo Quiroga, las medidas que toma la comuna para encontrar una solución a esta situación.
«Lógicamente que tratamos que el pequeño emprendedor regularice su situación, porque tenemos comercios debidamente habilitados, que tributan al municipio y es atendible el reclamo que hacen, pero acá no se trata de matar a nadie, ni atacar a nadie, sino de usar el sentido común y que progresiva y paulatinamente vayamos corrigiendo las situaciones irregulares», aseguró.
Medidas
El funcionario explicó que el área que conduce «coordina las acciones de inspección, asesoramiento, de atención de algunos reclamos, con la intervención de varias áreas a la vez. Por ejemplo, transporte, bromatología, inspección general, defensa al consumidor, por eso es que desde acá se coordinan los equipos integrados que intervienen en distintas situaciones», describió.
Consultado sobre la proliferación de puestos de venta de comida callejera, Aguirre indicó: «Tenemos que señalar que el municipio, más allá de disponer o establecer los límites conforme a las normativas vigentes, también de alguna manera debe brindar soluciones. A muchas personas que venden en la vía pública se las fue reubicando para que integren el plantel de feriantes, o también articulando con la Secretaría de Desarrollo Local», detalló. «Esto viene desde hace mucho tiempo, tampoco es la cuestión retirarlo de un lugar y listo. La idea es articular para brindar soluciones, teniendo en cuenta que es una persona que está tratando de sobrevivir», recordó el funcionario.
En esta línea repasó las acciones que lleva adelante el municipio para la regularización de la actividad: «La Municipalidad brinda capacitación gratuita para la manipulación de alimentos. Por otro lado, también está en vigencia la ordenanza de blanqueo de la actividad comercial, que generó mayor dinámica y celeridad al trámite de habilitación. Y nosotros tenemos una concurrencia masiva al área de industria y comercio, en el que la gente fue a iniciar los trámites para regularizar su situación», aseveró.
También comentó: «Nosotros recomendamos a los vecinos que no consuman en estos puestos, porque no es lo mismo consumir alimentos preparados en un local comercial habilitado correctamente, con todas las normas bromatológicas, que consumir algo en la vía pública, también nosotros hacemos esa recomendación», aportó.
Seguidamente añadió que «desde acá también brindamos asesoramiento aquellos vecinos que por ahí se están reubicando, están tratando de regularizar su situación».
A modo de análisis, Aguirre destacó que «teniendo en cuenta la situación económica que atraviesa el país, esto no es perjudicar algunos para favorecer a otros, sino encontrar una solución integral, que no es fácil, porque cada uno asume la posición intransigente y tenemos que perseverar para lograr una solución satisfactoria», reconoció.
Asimismo, el funcionario municipal también señaló que «dentro de los comercios habilitados permanentemente llevamos a cabo inspecciones porque los productos están afectados al consumo, también con la participación de vecinos que colaboran, trabajamos con comisiones vecinales, con referentes de barrios que de alguna manera son nuestros indicadores de todas las acciones que se lleven a cabo», afirmó.
ferias de trueque y de garaje
También fue consultado por las ferias de trueque que se ven en diferentes puntos de la ciudad. «Esas son cuestiones que tenemos que tener en cuenta, tratamos de preservar los espacios para la recreación de las familias, las personas, pero también recomendamos y asesoramos a las personas que tienen esa actividad, que lo hagan en forma responsable, lo que se adquiere o se consume de la calle no tiene una garantía de calidad en relación con lo que uno puede consumir en un local que está habilitado correctamente por los controles que corresponde», reiteró.
En cuanto a las ferias de garaje, detalló: «Estamos analizando esa cuestión que son personas particulares que en su domicilio venden artículos personales, como prendas o calzados, y el precio que se vende es prácticamente simbólico, son elementos usados. Por un lado, es una familia que vende elementos de su pertenencia y otra cosa es lugares donde son prendas de fábrica con otro tipo de volumen, esto es totalmente diferente», comparó.
«Lógicamente que tratamos de que el pequeño emprendedor regularice su situación, porque tenemos comercios debidamente habilitados, que tributan al municipio, y es atendible el reclamo que hacen, pero acá no se trata de matar a nadie, ni atacar a nadie, sino de usar el sentido común y que progresiva y paulatinamente vayamos corrigiendo las situaciones irregulares», aseguró.
«No es fácil, tenemos que ser realistas, cuesta mucho que las personas tomen conciencia, entonces es un trabajo permanente día a día».
Demanda de comerciantes
En julio, desde la Cámara de Comercio de Resistencia señalaron que el comercio ilegal de Resistencia «crece y no se detiene, invade espacios públicos, como el nuevo Parque Tiro Federal, que últimamente ha dejado de ser un lugar de recreación para los habitantes de la zona sur, transformándose en una gran feria de productos ilegales, de contrabando, productos alimenticios sin control bromatológico y una gran aglomeración de gente sin sanitarios», indicó.
«Son varios los factores que influyen para que esta actividad crezca, una de ellas y la más importante es la presión impositiva, que permite que la informalidad sea un gran negocio, que además termina destruyendo el trabajo formal y los aportes tributarios que generan las pymes legales. A nuestra entidad llegó un petitorio con más de 500 firmas de dueños de comercios y vecinos de la zona sur pidiendo que se recupere este espacio público, que nos pertenece a todos», comentaron desde la entidad.