Desde septiembre, el mapa de la provincia sobre riesgos de incendios, que elabora diariamente el Servicio Nacional del Manejo del Fuego, está prácticamente pintado de rojo, lo que implica un peligro extremo de ocurrencia.
En lo que va de este año, el fuego arrasó con 15 mil hectáreas en la provincia. Entre enero y agosto, según datos oficiales, se contabilizan 1.128 incendios en el país, con una superficie afectada de 375 mil hectáreas. Al tope del ranking está Corrientes, donde se consumieron 87mil hectáreas.
La sequía prolongada que atraviesa el territorio, más allá de algunas lluvias aisladas, como las que se registraron ayer, mantienen esta situación de riesgo, que podría agravarse con la llegada de la temporada estival y las altas temperaturas.
Considerando que el 99% de los incendios son provocados por el hombre, es fundamental la prevención de cada habitante para evitar este tipo de desastres. Así lo explicó el subsecretario de Protección Civil, Mario Sandoval, en contacto con Radio Facundo Quiroga.
«Lamentablemente el 99% de los incendios son por la actividad del hombre, de cada uno como vecino que provocamos los incendios que tenemos en el territorio provincial, por distintas motivaciones, muchas veces por simple negligencia. Lo que normalmente vemos, son esos pequeños fuegos que uno cree que puede controlar, que se desmadra y termina generando grandes problemas y muchas veces daños a tercero inclusive», explicó.
En cuanto a los incendios de campos como practica agrícola, el especialista recordó: «El fuego en los campos, sobre todo, para renovar pasturas o poder buscar el rebrote para alimentar el ganado, tenía que ver con la cuestión cultural, pero también tenían otras condiciones. Había ayuda en el control de los fuegos que hacían todas las zonas bajas que normalmente tenían agua, como bañados, esteros, represas. Eso, desde 2020, hace más de dos años, fue desapareciendo paulatinamente y hoy no existen porque estamos en condiciones de sequía, porque no ha llovido lo suficiente”, describió.
Y continuó explicando: «Hemos tenido un déficit en las precipitaciones producto de un fenómeno climatológico que llamamos La Niña, donde lo que vemos como efecto principal es la reducción de la cantidad de lluvia que tenemos a lo largo del año. Este hecho, que estemos en sequía, hace que esa agua que hacía de contención natural para cualquier fuego hoy no este. La cuestión cultural, ancestral, la podíamos hacer referencia, tenemos que marcarle esa situación hoy, no son las mismas condiciones, como primer detalle».
«A esas condiciones de sequía que mencioné, hay que sumar las heladas que tuvimos en el territorio, días de viento norte bastante fuerte, hay que sumar también altas temperaturas, y, todo eso, generó que la vegetación se haya secado cada vez más y hoy esté completamente seca.
La vegetación se transformó en combustible, es una biomasa que está predispuesta a que cualquier chispa, que cualquier fuego inicial lo convierta en un incendio y lo convierta en generadora de un problema», aseguró.
Asimismo, continuó añadiendo factores a la generación de incendios: «A eso le tenemos que sumar la cuestión meteorológica del día a día. Es decir, tenemos altas temperaturas, viento, mucha insolación, todas estas condiciones previas se ven agravadas y terminan concentrándose de manera resumida en lo que diariamente publicamos, en consonancia con el Servicio Meteorológico Nacional, con el Ministerio de Ambiente de la nación y con otros organismos que tienen que ver con los índices de peligro».
En este sentido sostuvo: «Hoy, el Chaco está completamente pintada de rojo, porque el índice de peligro hoy es extremadamente alto. Quiere decir que cualquier chispa o fuego, fácilmente se puede descontrolar y convertirse en un incendio que se desmadre y empezar a ocasionar problemas y riesgos concretos a quienes estén cerca. En este contexto es que se emite esa alerta de peligro con respecto a los incendios».
Ante esta situación, el especialista señaló las responsabilidades individuales como el primer factor de prevención. «Esos fuegos que podrían causar grandes preocupaciones dependen de que nosotros lo encendamos, es decir si como vecino actúo de manera responsable, y cuido de no iniciar incendios ese peligro que está latente no podría concretarse y entonces el riesgo no podría hacerse efectivo por lo tanto el daño no lo sufriríamos. Eso es lo que tienen que entender todos los vecinos de la provincia».
Atento a lo que sucede en otras partes del país, y la posibilidad de que se replique en la provincia, Sandoval dimensionó: «Nuestro territorio provincial tiene características propias, por un lado, en lo que es el tipo de combustible que tenemos disponible en el territorio, y segundo la geografía que tenemos que es completamente distinta a la de Santa Fe, a la zona del Delta en particular, que es más entrerriano que santafesino. Santa Fe padece el problema, pero se da en el territorio entrerriano que corresponde al Delta».
«Tiene una situación totalmente distinta porque es una zona muy densa en cuanto al material vegetal que se ha ido descomponiendo, secado y ha conformado capa tras capa, con lo cual hay una capa muy gruesa de combustible disponible con muchísimas dificultades para el acceso, con muchos problemas operativos para poder accionar sobre la zona cuando tenés un incendio declarado», describió.
Al tiempo que comparó: «En el Chaco tenemos incendios mayoritariamente de pastizales, esos incendios por el tipo de combustible prenden muy rápido, se desparrama, se propaga muy rápidamente, pero también tienen la posibilidad de ser controlado con mayor facilidad que en el caso del Delta, o los de la sierra cordobesa o los cerros de Jujuy. Cada geografía es distinta y presenta problemas diferentes en casa zona».
Por otra parte, enumeró: «En la provincia hay 29 cuarteles de bomberos voluntarios operativos que dependen de la Defensa Civil provincial, tenemos, además, siete cuarteles de bomberos de la Policía y en esos 29 cuarteles de bomberos voluntarios hay 462 hombres y mujeres puestos a disposición de las comunidades para combatir incendios.
Cuando tenemos situaciones concretas, de un fuego fuerte, un incendio importante, se colabora entre varios cuarteles y eso le sumamos la colaboración de cada uno de los municipios, tanto el local como el que esté más cerca. Gráficamente la colaboración mayoritaria es con el abastecimiento de agua, el aporte de hombres que vienen a colaborar, los municipios en eso tienen ya una tradición y en algunos casos también un grupo de gente bastante capacitado y con experiencia en ese tipo de colaboración, con lo cual la respuesta no es solo de los cuarteles, que es importantísimo porque es el personal idóneo, sino que se le suma un montón de gente más que tiene que ver con el municipio en que esté la afectación concreta».
«Muchas veces, además, en el caso de los campos, tenemos personal rural que colabora con maquinarias que aporta otro tipo de elementos propios de la zona para el trabajo en el terreno y colabora con el control para luego empezar a hacer los trabajos de extinción y demás», aportó.
Tras esta descripción, el especialista reconoció «que en este contexto estamos tranquilos, tenemos mucha gente predispuesta y preparada, si bien siempre aspiramos a tener algo más, porque cuando se te dan muchos focos en un mismo momento, entonces se genera un problema de logística operativa más que de recursos».
ULTIMAS NOTICIAS
- Secheep reemplaza línea subterránea para mejorar el servicio de Resistencia
- Pampa del Indio : secuestraron drogas, tumberas y dinero
- Roy Nikisch es el peor intendente de la Argentina
- Leandro Zdero se ubica entre los cinco gobernadores con mejor imagen
- Zimmermann viajó a Brasil para participar de la 1ª Cumbre Sudamericana Agroglobal
- Fischer: «La labor de Luis Niveiro es un acto de cuidado de la memoria»
- Presentaron «Descubre la ganadería regenerativa en los bajos del este del Chaco»
- Chorotis: apertura de sobres para obras de infraestructura