Este martes se conoció el dato de inflación de febrero que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que fue del 6,6%. Es un dato preocupante porque es el tercer mes consecutivo de suba que se registra y, por otro lado, alcanzó el 102,5% interanual (la más alta desde octubre de 1991). Y, en ese contexto, el mercado empieza a hablar sobre la llegada de una nueva suba de tasas del plazo fijo por parte del Banco Central (BCRA). Las principales incógnitas a estas horas son si lo hará este jueves efectivamente y de cuánto será.
Lo cierto es que, desde septiembre del año pasado, el BCRA no toca el porcentaje de rendimiento de los plazos fijos. En esa ocasión llevó la Tasa Nominal Anual (TNA) al 75% y la efectiva al 107%, lo que garantizó, a lo largo de todos estos meses, una ganancia para el ahorrista del 6,2% mensual. Hasta el mes pasado, cuando la inflación fue del 6%, todavía le ganaba a la inflación (o salió empardado). Pero el dato de febrero rompió esa relación beneficiosa para el ahorrista, que perdió 0,6% contra ese índice.
“El dato del IPC demostró que la situación es mucho más compleja de lo que a veces parece reconocerse públicamente. Estamos en un régimen de alta inflación”, diagnostica a Ámbito el director de Analytica Claudio Caprarulo. Y, en ese entorno, opina que subir la tasa puede ser una señal positiva.
Por qué el BCRA subiría la tasa del plazo fijo
Ante esa realidad, crece la expectativa de que el Central decida este jueves subir la tasa con el objetivo de mantener los pesos en los instrumentos en pesos y desalentar la ida al dólar, que en los últimos días estuvieron calientes, pero también porque el Central tiene que seguir cumpliendo su compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de mantener una política de tasas positivas.
Ya el mes pasado, en la reunión de directorio posterior a que se conociera el dato de inflación de enero se debatió la posibilidad de una suba de tasas, con voces a favor y en contra sobre la mesa. Algunos integrantes de ese organismo consideraban que era necesario dar una señal fuerte por parte del BCRA para controlar la inflación. Finalmente, se decidió no avanzar en ese sentido, tal como se esperaba en la City.
En el comunicado de ese momento, el BCRA explicó que la decisión se debió a que la aceleración mensual en el ritmo de aumento del IPC se explicó casi en su totalidad por aumentos en las categorías Estacionales (fundamentalmente verduras y turismo) y Regulados (especialmente transporte, gas y comunicación), mientras que la inflación Núcleo, que refleja el comportamiento más tendencial del nivel general de precios, se ubicó en un nivel similar al de diciembre (5,4%, +0,1 p.p.).
Este mes, ese argumento ya no corre porque la inflación núcleo de febrero se ubicó en el 7,7%, muy por encima del rendimiento mensual del plazo fijo. Por lo que, aunque –tal como informó una fuente del BCRA a Ámbito- “aún no se habló el tema en el directorio y las decisiones se toman por consenso”.