El Índice de Producción Industrial (IPI manufacturero) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), arrojó para enero de 2023 una suba de 6,3% respecto a igual mes de 2022. Este análisis incluye un exhaustivo relevamiento de todas las actividades económicas que conforman el sector de la industria manufacturera, con cobertura para el total del país.
Este indicador mide la evolución del sector con periodicidad mensual y se calcula a partir de las variables de producción en unidades físicas, ventas en unidades físicas, utilización de insumos en unidades físicas, consumo aparente en unidades físicas, cantidad de horas trabajadas del personal afectado al proceso productivo y ventas a precios corrientes deflactadas.
Consultado sobre estos resultados, el presidente de la Unión Industrial del Chaco (Uich), Andrés Irigoyen, explicó a Radio Nacional Resistencia que este índice alcanzó en enero el nivel más alto de los últimos siete años. «Si bien es un dato positivo, y de las doce cadenas industriales relevadas todas prácticamente mostraron un incremento en enero respecto al año anterior, todas estuvieron por arriba de enero 2022, la única que estuvo por debajo fue Sustancias y productos químicos, el índice arrojó el mejor enero de los últimos siete años», detalló.
No obstante aclaró: «Esto que parece una buena noticia no es tanto, porque si lo comparamos con respecto al mes anterior, diciembre tuvo una disminución de 1,8%, y si lo comparamos con cualquier otro mes de 2022, la capacidad instalada estuvo por debajo de cualquier mes del año anterior».
Causas y motivos
Más adelante el referente del sector fundamentó: «Esto se debe a que la industria está pasando hace un tiempo por diferentes cuestiones y problemas que no son ajenos, en algunos casos a los que puede tener cualquier familia del país u otra empresa, con el agravante por ahí de que el sector industrial tiene necesidades de adquirir insumos de origen importado», y recordó «por estas trabas en las importaciones, que las hemos planteado hace bastante tiempo, en algunas cuestiones puntuales y particulares se han solucionado, pero siguen siendo un cuello de botella toda vez que las empresas necesitan algún insumo de origen internacional que no puede ingresar libremente al país», precisó y continuó detallando: «Las autorizaciones para importar no salen, se rechazan, salen a cuentagotas y, además, entendemos que es un problema de escasez de dólares, pero esto, si bien lo entendemos, no deja de ser un inconveniente para la actividad industrial y no deja de reflejar un índice negativo», reconoció.
«El índice de producción de la industria también viene cayendo, lo que es lógico, porque si la capacidad instalada de la industria disminuye es porque antes de eso ha disminuido la producción, una es consecuencia de la otra, es lógico que suceda, aunque por ahí no es lo que queremos ni lo que esperamos», destacó.
En este sentido ilustró: «En un estudio que tenemos hecho, el 40% de las empresas encuestadas necesita entre un 25% y un 50% de insumos de origen internacional, y un 20% necesita más de un 50% de insumos internacionales, o sea que el 70% de las empresas encuestadas necesita al menos un 25% de insumos de origen internacional».
No obstante, Irigoyen señaló que también existen otros factores que contribuyen a esta situación: «Hay distintas cuestiones, podemos sumar naturalmente el alto nivel de inflación que hay, la falta de previsibilidad de la actividad, de poder hacer programas a mediano plazo, ni siquiera a largo, con el nivel de inflación que tenemos, sumado a esto, producto por las cuestiones exógenas, con cuestiones que no tienen que ver con la Argentina y mucho menos con esta provincia, en el encarecimiento del crédito, la dificultad de acceso y, en el caso de empresas que pueden hacerlo, el costo que esto tiene».
«El comportamiento de las familias que ven que sus ingresos están erosionados y en consecuencia han dejado, o porque han perdido o porque estratégicamente no le conviene, la capacidad de ahorro, una familia o una empresa que no ahorra la verdad que es una inversión futura que no se da y es una generación de puestos de trabajo que no se logran y esto genera una cadena donde estas empresas y estas familias tienen restringido el crédito para consumo de bienes durables o con alto costo, las familias consumen todo su dinero en bienes no durables, necesidades mínimas y demás y eso obviamente tiene un impacto en el nivel de la actividad industrial», aseveró.
Aspecto positivo
Pese a este panorama desalentador, Irigoyen también señaló «el lado positivo de las cosas»: «Si bien no puedo dejar de decir estas cuestiones que son reales y que está atravesando la mayoría de las empresas, salvo algunas particularidades, pero también digo que tenemos un potencial muy grande, la región noreste de nuestro país, por ejemplo, en términos de exportaciones representa tan solo un 1,4% de las país, y del NEA, el Chaco particularmente de las cuatro provincias que conforman la región, tiene el 40% de las exportaciones, entonces tenemos un potencial muy importante», aseguró.
«Y es en lo que el gobernador viene trabajando desde el Norte Grande con sus pares, de tratar de limar las asimetrías que hace décadas vienen sucediendo en el país y que el Norte Grande tenga un mercado exterior, porque tenemos también la capacidad de hacerlo, tenemos productos que son demandados en el exterior y que sea una salida con doble impacto, en el que entren divisas al país lo que permitiría que se vayan flexibilizando un poco más las exportaciones de posicionar los productos del Norte Grande, y del Chaco en el mercado externo y de esta forma lograr este objetivo que desde el Gobierno se trata de impulsar, generar, incentivar y que tiene que ver la generación de puestos de trabajo y familias que tienen la posibilidad de tener un sueldo digno y poder mantener su familia», definió.
La pyme industrial creció 4,8% anual en febrero
La producción de la industria manufacturera pyme aumentó 4,8% en febrero frente al mismo mes del año pasado, a precios constantes. Comparada con enero, también tuvo una variación positiva que alcanzó a 1,2%.
El uso de la capacidad instalada de las empresas de la muestra se redujo levemente, a 71,7%, es decir 0,9 puntos porcentuales por debajo de enero. Es el segundo mes donde se combinan progresión en la producción con menos uso de instalaciones, un fenómeno que se explica por mayores niveles de inversiones en diferentes sectores industriales, especialmente en Alimentos y Bebidas.
Este febrero estuvo muy afectado por las subas de costos. Las demoras en las entregas de insumos por parte de los proveedores y dudas de algunas empresas al momento de aceptar nuevos pedidos de producción, por temor a incumplir con los tiempos de entrega, se ubican entre los patrones observados. También algunas firmas adelantan el stock de fabricación. Para las empresas exportadoras, las exigencias de los clientes sobre plazos y costos generan incertidumbre.
Estos resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), con una muestra que alcanzó unas 372 industrias pyme a nivel federal.
La mejor performance en la comparación anual, en febrero, estuvo en Maderas y Muebles (+9,2%) y la peor, ocurrió en papel e impresiones (-7%). De los seis sectores medidos, cuatro finalizaron con crecimiento y dos con bajas en la producción.
Alimentos y bebidas
La producción tuvo un aumento de 8,1% anual en febrero y de 2,8% mensual a precios constantes. De esa forma, acumula un desarrollo de 6,6% en los primeros dos meses del año. El uso de la capacidad instalada bajó de 80,1% en enero a 73,5% en febrero, siendo uno de los sectores con más inversiones. Hubo buena demanda y las empresas manifestaron no poder tomar todos los pedidos por falta de capacidad de producción y recursos humanos para ampliar la oferta.
«Estamos produciendo en un nivel óptimo, esperamos que en los próximos meses continuemos así», dijo el dueño de una empresa de la ciudad de Malagueños, en Córdoba, dedicada a la elaboración de alfalfa en fardos, megafardos y pellets.
«Tenemos más demanda de la que estamos pudiendo cubrir, necesitamos ampliar nuestra capacidad de producción», fue la respuesta de una empresaria dedicada a la fabricación de panificados industriales de Santiago del Estero.