El auge de la delincuencia organizada en la provincia, en especial en el área metropolitana, sigue dando que hablar.
El viernes pasado se frustró el robo de unos $600 mil gracias a un trabajo de contrainteligencia, labor policial que echó por tierra la planificación pergeñada por una pequeña banda de colombianos que operaba en Resistencia.
Es que los agentes del Departamento de Investigaciones hicieron una tarea con paciencia, siguiendo datos aportados por los responsables de la firma comercial damnificada, pero que todavía no se cerró.
EL MODUS OPERANDI
Para empezar, se debe saber que un colombiano fue detenido y su cómplice, de la misma nacionalidad, sigue prófugo al igual que la Policía trata de dar con una mujer que formaría parte de esta banda delictiva.
Al parecer, la dama se habría convertido en cliente de una de las sucursales de una de las sucursales de la conocida carnicería La Esperanza, ubicada en avenida Hernandarias y Molina.
Todo indica que la clienta se encargaba de mirar el lugar y tratar de levantar la mayor información del movimiento diario. Pero no se descarta que exista algún «topo» en la firma comercial que pasaría datos sobre las salidas de los distribuidores.
LA DETENCIÓN
Y así fue el viernes, pero sin que los ladrones sepan que serían seguidos por policías encubiertos.
Los colombianos, bien vestidos y a bordo de una moto tipo cross de alta cilindrada, siguieron a uno de los repartidores hasta villa Universidad el viernes a la mañana.
Primero intentaron el robo cuando el rodado se detuvo en un comercio por calle Gerardo Varela casi Remedios de Escalada.
Luego continuaron hasta que el conductor del vehículo comercial entró a un conocido comercio 24 horas de avenida de Los Inmigrantes.
Allí uno de los motociclistas se bajó, abrió sin problemas la puerta del rodado y manoteó un bolso con $600 mil, producto de la recaudación del día, para luego subirse al rodado y escapar. Llamó la atención que el hampón sepa con certeza donde se guardaba el dinero y la recorrida del vehículo.
Los delincuentes escaparon hasta que en la zona de Gerardo Varela y Liniers, al parecer, el acompañante se bajó y siguió caminando con el bolso, simulando ser un inocente vecino.
No tuvo tiempo de nada cuando los policías de civil, más el acompañamiento del Cuerpo de Operaciones Motorizadas (COM), lo rodearon y lo detuvieron.
En sede policial confesó ser colombiano, al igual que el conductor de la moto, quien escapó, pero sigue siendo buscado al igual que la amiga de ellos, que sería pareja de uno de los dos.