En diálogo con diversos medios de comunicación, el gobernador Jorge Capitanich se refirió al contexto político nacional y compartió su lectura acerca de la situación del Frente de Todos en vistas al calendario electoral.
«Estamos estancados en discutir candidaturas en lugar de discutir un proyecto político, económico y social que nos incluya a todos», aseguró Capitanich, quien destacó las actividades de cara a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que está llevando adelante desde el Frente Chaqueño.
A nivel nacional, consideró necesario discutir cuestiones centrales para la organización del Frente: «En primer lugar, si se va a llamar Frente de Todos es una primera definición. En segundo lugar, las alianzas: si las vamos a ampliar o reducir; y tercero, si vamos a tener efectivamente PASO en términos de varias listas, de pocas listas, de una lista, esas son las tres principales definiciones de ingeniería política».
«Pero no sin antes discutir lo que a mí me parece es esencial: un plan de gobierno holístico, sistémico e integral, equipos que trabajen en la elaboración de ese programa y, por último, unas primarias que puedan definir un perfil», remarcó.
Tres ejes para superar las restricciones
Capitanich propuso tres ejes de las políticas «que son necesarios discutir». A nivel político propone avanzar en consensos hacia lo que denomina una quinta república. A nivel social, un enfoque multidimensional de la pobreza, y a nivel económico un régimen multimonetario.
«Si nosotros no somos capaces de discutir a fondo estos temas vamos a una elección en donde se presentará una mayor dispersión relativa en las primarias, y una lógica binaria en las elecciones de balotaje. En esa lógica binaria la discusión será entre Estado sí o Estado no; entre educación pública, gratuita, obligatoria, inclusiva, equitativa y de calidad o vouchers; entre salud pública o salud arancelada para el pueblo argentino», advirtió.
En cuanto a la quinta república, el dirigente chaqueño hizo referencia la necesidad de un profundo debate y una posterior reforma constitucional, dando paso a un nuevo momento histórico de superación de las restricciones históricas del país, considerando los aprendizajes colectivos desde la primera república con la Constitución de la Nación (1953), la denominada república peronista con su constitución de avanzada y ampliación de derechos (1949), la denominada «república fallida» con la Constitución de 1957 y la república actual, a partir de la reforma constitucional de 1994. Capitanich remarcó la necesidad de contar con un plan de gobierno federal para generar infraestructura social básica, garantizar la calidad y el acceso a derechos, una política de ingresos que, mediante empleos de buena calidad, reducción y eliminación de la informalidad, aumente la tasa de salario promedio, baje la pobreza y la indigencia y promueva equidad en la distribución del ingreso.